Los inoculantes bacterianos, que se hicieron famosos gracias a la soja, están llegando gradualmente más allá de la industria de la soja.
Los científicos portugueses están desarrollando un producto bacteriano líquido para inocular tomates, ya que el país produce alrededor de 1,2 millones de toneladas de tomates procesados al año y exportó tomates procesados por valor de 330 millones de euros el año pasado.
Los colaboradores de Rhizolab, un laboratorio de rizobacterias de la Universidad de Aveiro, en colaboración con una empresa nacional de fertilizantes líquidos, están investigando los efectos de los microorganismos promotores del crecimiento de las plantas en el tomate, dijo la Universidad de Aveiro en un comunicado.
Los resultados obtenidos de una prueba industrial de tomate realizada en 2023 en los campos demostrativos de Agroglobal en Santarém muestran que es posible aumentar el rendimiento del cultivo hasta en un 41% y reducir el impacto del estrés ambiental mediante el uso de microorganismos beneficiosos.
Investigadores de la Universidad de Aveiro seleccionaron entre varios cientos de microorganismos recolectados de la naturaleza en Portugal y probados en el laboratorio Rhizolab, consorcios que incluyen hongos del género Trametes : bacterias de vida libre fijadoras y solubilizadoras de nitrógeno, luminóforos. Las plantas de tomate fueron inoculadas con estos microorganismos unos días después de la siembra y además se les aplicaron fertilizantes líquidos ricos en ácidos fúlvicos, que fueron proporcionados por la empresa socia del proyecto científico.
El procedimiento de prueba consistió en estudiar seis condiciones de inoculación más un control (sin introducir microorganismos) en cinco repeticiones.
Se ha demostrado que los microorganismos probados en este estudio promueven el crecimiento y esto se asocia con una mayor capacidad de las plantas para obtener nutrientes esenciales como nitrógeno y fósforo, lo que resulta en una mayor productividad con los mismos niveles de fertilización.
“Analizamos los parámetros morfométricos y encontramos que el uso de microorganismos aumenta no solo el peso total de la planta del 3% al 42%, sino también su productividad, es decir, el peso de frutos por planta, del 6% al 41%. . %. En cuanto a los parámetros bioquímicos relacionados con la productividad de la planta, observamos un aumento en el contenido de clorofila y prolina en las hojas, que protegen a la planta del estrés. Algunos de los parámetros bioquímicos analizados reflejan cambios en la composición nutricional de la fruta, con mayor contenido de azúcar, almidón y licopeno y menor acidez”, explica Etelvina Figueira, investigadora de la Universidad de Aveiro responsable del Laboratorio de Rizobacterias y coordinadora científica del estudio. .
“En general, las plantas sólo absorben una parte de los fertilizantes aplicados y el cambio climático está agravando este problema. El desarrollo de inoculantes bacterianos es importante para el sector del tomate portugués como forma de mejorar la sostenibilidad de la producción de un cultivo importante”, señala el investigador.
(Fuente: Universidade de Aveiro.)