Brasil, República Dominicana y países de Centroamérica intercambiaron técnicas y buenas prácticas para superar los retos que enfrentan con la escasez del agua en la agricultura


Durante una semana, representantes de seis países estuvieron en Brasil para serie de conferencias técnicas y visitas de campo sobre gestión del agua y zonificación de riesgo climático.


Brasilia, Brasil, abril 2024 – Se estima que cerca de 10,5 millones de personas viven en el Corredor Seco Centroamericano, y aproximadamente el 50% de esta población vive en condiciones de pobreza.

Con el fin de intercambiar experiencias sobre nuevas tecnologías de monitoreo y gestión de recursos hídricos, así como para conocer el funcionamiento del sistema brasileño de Zonificación Agrícola de Riesgo Climático (ZARC), seis países del Sistema de la Integración Centroamericana/SICA (El Salvador, Honduras, Guatemala, Panamá, República Dominicana y Costa Rica) participaron en una misión internacional en Brasil. La actividad incluyó una serie de conferencias técnicas y visitas de campo a la región con mayor escasez de agua del país: el Semiárido, que alberga alrededor de 28 millones de habitantes.

Este intercambio fue una acción conjunta entre la Agencia Brasileña de Cooperación del Ministerio de Relaciones Exteriores (ABC/MRE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el marco del proyecto «Innovación para la reducción de riesgos agroambientales en los países del Corredor Seco Centroamericano: Zonificación Agrícola para Riesgos Climáticos (ZARC) y Gestión de Recursos Hídricos”, que busca contribuir a la mitigación de los efectos de las sequías en las áreas de agricultura familiar y desarrollo rural en tres países: Guatemala, El Salvador y Honduras.

Carolina Salles, analista de proyectos de la ABC/MRE, explicó que los países tuvieron la oportunidad de conocer experiencias de agricultores familiares brasileños que utilizan técnicas de manejo del agua y preservación del bioma Caatinga (recaatingamento).

Estas prácticas permiten el sustento de sus familias y la prevención frente a las variaciones climáticas mediante el uso del agua para la cría de animales, así como el cultivo de alimentos para consumo y comercialización. «Fue muy importante que los países de la delegación tuvieran contacto con estas experiencias, ya que enriquecerán la elaboración de nuestro plan de trabajo, que será nuestra próxima actividad», comenta. Las acciones en este plan tienen como objetivo satisfacer las demandas de los tres países que integran el proyecto – El Salvador, Honduras y Guatemala – para mejorar la seguridad alimentaria de los agricultores familiares.»

El coordinador del proyecto Iniciativa América Latina y el Caribe sin Hambre 2025, Ronaldo Ferraz, destacó la importancia de la herramienta de Zonificación Agrícola de Riesgo Climático (ZARC) como una política pública que beneficia la agricultura familiar por medio de la anticipación de los efectos climáticos.

Según Julian Carrazon, oficial de Agricultura de la Oficina de la FAO para Mesoamérica, muchos de los desafíos que enfrentan Brasil y los países del Corredor Seco Centroamericano son similares en términos de cómo atender las necesidades de las familias y de la producción agropecuaria. Para Carrazon, la misión fue la confirmación de que el proyecto ZARC es muy relevante para la región del Corredor Seco. “Creo que necesitamos ir más allá en el desarrollo de la herramienta para que responda de manera más eficaz a las necesidades”, señaló.

Además, destacó que soluciones como la provisión de agua para consumo humano o para uso agropecuario deben desarrollarse en un marco altamente participativo, “que cuente con la opinión y validación de las comunidades implicadas”, subrayó al comentar acerca de la importancia del intercambio y colaboración para la generación de conocimientos y tecnologías.

Experiencias brasileñas

La delegación internacional participó en una serie de conferencias técnicas e intercambios de experiencias presentados por investigadores de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), incluyendo las unidades Embrapa Suelos, Embrapa Semiárido y Embrapa Agricultura Digital, así como por representantes de la Articulación del Semiárido Brasileño (ASA), la Agencia Pernambucana de Aguas y Clima (APAC), el Banco del Nordeste, el Instituto Regional de la Pequeña Agricultura Apropiada (IRPAA) y la Fundación Araripe.

Entre los temas tratados se incluyeron la zonificación agroecológica para el manejo y uso sostenible del suelo y del agua, la gestión de recursos hídricos, la tecnología de captación y almacenamiento de agua para el Semiárido, los seguros agrícolas climáticos brasileños, entre otros. Además, se presentó la experiencia del proyecto REDESER, ejecutado por la FAO en Brasil para combatir la desertificación en el Semiárido brasileño.

Durante los dos días de visitas de campo, el grupo conoció diversas buenas prácticas implementadas en la región para la convivencia con la sequía. Una de estas experiencias destacadas fue la cooperativa Coopercuc, ubicada en Uauá, Bahía, donde se presentaron iniciativas exitosas de uso sostenible de los agro sistemas, así como oportunidades de comercialización y agroindustria familiar, como la producción de lácteos.

Además, se visitaron iniciativas en áreas de preservación ambiental que buscan revertir la desertificación del bioma caatinga, un bioma exclusivo de Brasil, mediante el uso sustentable de los recursos naturales.

Allan Caravantes, representante del Ministerio de Agricultura de Guatemala, destacó la relevancia de abordar la gestión de los recursos hídricos debido a los desafíos que enfrenta su país, principalmente relacionados con la variabilidad climática y la irregularidad en los patrones de lluvia. Durante los períodos lluviosos, se observa la ausencia de precipitaciones durante muchos días, a pesar de los pronósticos meteorológicos.

Según Caravantes, esta escasez de lluvia se refleja en registros que alcanzan un máximo de 150 milímetros, cantidad insuficiente para satisfacer las necesidades de la agricultura. “Por eso es importante dar alternativas a los agricultores en tema de captación de agua de lluvia para que ellos tengan agua para la época critica del cultivo. Además, nuestros agricultores de autoconsumo utilizan el ciclo de la lluvia para poder producir. El cultivo principal es el maíz, la base de la seguridad alimentaria del país”, recalcó.

El proyecto

El proyecto «Innovación para la reducción de riesgos agroambientales en los países del Corredor Seco Centroamericano: Zonificación Agrícola para Riesgos Climáticos (ZARC) y Gestión de Recursos Hídricos» forma parte de las actividades del proyecto Iniciativa América Latina y el Caribe sin Hambre 2025, en el marco del Programa de Cooperación Internacional Brasil-FAO. El objetivo es mejorar las capacidades institucionales para la toma de decisiones relacionadas con los sistemas productivos del Corredor Seco y zonas áridas de la región SICA, para aumentar la resiliencia y adaptación a los cambios climáticos de estos países.

Este proyecto es parte de la Iniciativa Mano de la Mano – Construyendo resiliencia en el corredor seco y zonas áridas de la región del Sistema de la Integración Centroamericana, impulsada por la FAO y el SICA.