Los microplásticos y nanoplásticos en el suelo representan un problema ambiental creciente.
por la Universidad Tecnológica de Graz
Hasta ahora ha sido difícil comprobar hasta qué punto los cultivos agrícolas absorben estas partículas y si llegan a los alimentos. Esto se debe a que son difíciles de distinguir de los componentes vegetales y las partículas minerales, incluso con microscopios de alta resolución.
Un equipo dirigido por Johannes Rattenberger, que realiza investigaciones en el Instituto de Microscopía Electrónica y Nanoanálisis de la Universidad Tecnológica de Graz (TU Graz) y en el Centro de Microscopía Electrónica (ZFE), ha desarrollado un método para observar con precisión la absorción de nanoplásticos y su transporte posterior dentro de las plantas.
Los investigadores aplicaron con éxito el método en pruebas iniciales de laboratorio con trigo de invierno y pudieron detectar nanoplásticos en las raíces de las plantas de trigo de invierno.
El etiquetado con oro hace visibles las partículas
Para sus experimentos, los investigadores etiquetan partículas nanoplásticas con diminutas trazas de oro. Para evitar resultados falsos, las nanopartículas de oro se encapsulan en plástico para evitar que entren en contacto con el agua, la tierra o las raíces de las plantas.
«Gracias al etiquetado con oro, las partículas de plástico pueden identificarse claramente con un microscopio electrónico», afirma el director del proyecto, Johannes Rattenberger. «En nuestros experimentos, podemos rastrear con exactitud cuántas partículas de plástico absorben las plantas y a qué distancia se transportan dentro de ellas».

Ensayos de campo en curso
En los ensayos iniciales de laboratorio, los investigadores cultivaron trigo de invierno en bandejas de siembra cuya tierra contenía partículas de plástico marcadas con oro . Tras unas semanas, encontraron plástico en las raíces de las plantas jóvenes.
«Los análisis de nuestras pruebas de laboratorio previas sugieren que, en principio, los cultivos agrícolas absorben nanoplásticos. Investigaciones futuras deberán demostrar hasta qué punto esto ocurre, en qué partes específicas de la planta se acumulan los nanoplásticos y qué diferencias existen entre las distintas especies vegetales», afirma Johannes Rattenberger. Su equipo ya está realizando ensayos de campo en los que se analizarán los granos de cereales después de la cosecha.
El Centro de Investigación para el Procesamiento de Granos (VG) y el Instituto de Análisis de Alimentos (LVA) participan en la investigación. Juntos, los investigadores buscan investigar los efectos de los microplásticos y nanoplásticos en la calidad de los granos y la harina, y desarrollar recomendaciones específicas para minimizar la contaminación.
