Científicos británicos recomiendan la siembra tardía de colza con el apoyo de bioestimulantes de silicio


El uso de bioestimulantes a base de silicio durante la siembra tardía ha demostrado ser una táctica eficaz para proteger los cultivos de colza de invierno de los escarabajos pulga, según nuevos ensayos.


Orion FT, especialista en bioestimulantes, probó este enfoque con dos de sus productos de silicio en dos híbridos de colza de invierno. Los cultivos tratados mostraron un enraizamiento más fuerte, tallos más anchos y menos daños por plagas, indicadores clave de resistencia a la presión de la pulguilla crucífera, según informa el portal agrícola británico FarmingUK.

Kate Finlayson, agrónoma investigadora de Orion, afirmó: «El uso de híbridos vigorosos y de rápido crecimiento, más adecuados para la siembra tardía, es cada vez más popular. Sin embargo, la amenaza constante de la plaga de pulgas no se elimina por completo para quienes optan por retrasar la siembra. Nuestro ensayo ha demostrado que el silicio permite que la canola desarrolle tallos más gruesos y anchos, y una cutícula más gruesa, lo que la hace menos atractiva para las pulgas».

La plantación tardía de colza de invierno tiene como objetivo reducir la carga larvaria retrasando su emergencia hasta que los escarabajos adultos hayan puesto huevos.

Las condiciones frescas del otoño también ayudan a ralentizar el desarrollo de los escarabajos. Si bien este enfoque por sí solo ofrece algunos beneficios, los ensayos demuestran que la adición de bioestimulantes puede mejorar aún más la resistencia de las plantas.

La siembra tardía aumenta el riesgo de que las plantas no tengan tiempo de enraizar con la suficiente rapidez y no sobrevivan al frío temprano. Los bioestimulantes con silicio ayudan a reducir este riesgo, ya que la colza de invierno absorbe más nutrientes con mayor rapidez. Esto significa que la colza enraíza más activamente, formando tallos más fuertes y raíces más profundas, explicó el investigador. 

Los datos de la prueba mostraron que el tratamiento de la colza de invierno con uno de los bioestimulantes en dosis de 0,25 l/ha y 0,5 l/ha produjo un aumento del ancho del tallo del 38 % y el 56 %, respectivamente, después de dos y cuatro semanas. Después de cuatro semanas, la colza tratada con silicio sufrió menos daños por pulguillas. 

 El silicio ayuda a combatir más que solo los daños causados por pulgas. Hemos realizado ensayos similares con babosas, que también mostraron una reducción significativa del daño a las plantas. Fortalecer la colza de invierno con bioestimulantes ayuda a fortalecer y engrosar la cutícula y a aumentar la densidad de los pelos foliares. Además, aumenta la cantidad de fitolitos en la planta, lo que la hace menos atractiva para los insectos fitófagos, explicó Finlayson.

Como el escarabajo pulga de las crucíferas continúa representando un desafío para los productores y las opciones agroquímicas se vuelven cada vez más limitadas, la combinación de la siembra tardía con apoyo biológico podría ser una estrategia revolucionaria.

«La siembra tardía de colza de invierno se está convirtiendo en una buena estrategia en el Reino Unido, pero el establecimiento puede acelerarse mediante el uso de bioestimulantes para ayudar al cultivo a resistir las plagas y establecerse más rápido para afrontar el frío y las condiciones adversas», concluyó Finlayson.

Fuente: FarmingUK.



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