El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) cuenta con una red de seis bancos de germoplasma, cuya misión es preservar el patrimonio genético vegetal y microbiano de Chile, constituyendo un aliado estratégico para el Plan Nacional de Resguardo de Semillas y Razas, impulsado por el Ministerio de Agricultura.
Santiago, 29 septiembre de 2022.- Fomentar la soberanía alimentaria en el territorio, por medio del desarrollo de capacidades de resguardo y uso de los recursos genéticos vegetales y animales en la Agricultura Familiar Campesina y los pueblos originarios, para preservar el patrimonio alimentario del país es el objetivo del Plan Nacional anunciado por el ministro Esteban Valenzuela, junto a la directora nacional del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), Iris Lobos.
“Con la infraestructura y experiencia técnica de INIA esperamos capacitar a mil productores y productoras para 2025 en el rescate y recuperación de cultivos anuales y de legumbres; identificar y proteger las variedades tradicionales de todas las regiones agrícolas de Chile; dar protección legal al material vegetal e ingresarlo a la Red de Bancos de INIA”, destacó Valenzuela al referirse a esta iniciativa que contempla una inversión estimada sobre los $8.000 millones de pesos y que comenzará a implementarse en 2023.
Bóvedas de conservación
En 1995, el Ministerio de Agricultura encomendó al Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) velar por la conservación del patrimonio fitogenético y microbiano de Chile, a través de sus programas y de su Red de Bancos de Germoplasma, creada en 2013. “Nuestra institución trabaja para cumplir con esta misión, de acuerdo a estándares internacionales, garantizando que el material se conserve a través del tiempo, y que pueda estar disponible para fines de investigación, docencia, valorización y uso por parte de emprendimientos productivos sostenibles, entre otros, en sintonía con la legislación vigente”, señaló la directora nacional de INIA.
La Red está conformada por un Banco Base, cuyo objetivo es la preservación a largo plazo (más de 50 años) y cinco Bancos Activos para la conservación a mediano plazo, cuyas funciones involucran también monitorear la variabilidad y viabilidad, intercambio, multiplicación, caracterización, documentación, uso y valorización de las colecciones de germoplasma, que hoy superan las 33.000 accesiones de especies vegetales cultivadas y nativas, además de 5.000 accesiones de microorganismos benéficos con aplicación en la agricultura.
• Banco Base y Activo de INIA Intihuasi: situado en Vicuña, en la región de Coquimbo, resguarda semillas de especies nativas y cultivadas de Chile. Estas últimas las recibe como duplicados de sus bancos activos. Cuenta con una capacidad para almacenar 75.000 muestras de semillas bajo estrictas condiciones de conservación (-20° C), las que permiten mantener su viabilidad por décadas e incluso cientos de años.
• Banco Activo de INIA La Platina: está localizado en la comuna de La Pintana, Santiago, Región Metropolitana, y constituye el primer centro de preservación de especies de importancia hortícola y frutícola en Chile. Su capacidad de almacenamiento es de 25.000 muestras de semillas aproximadamente.
• Banco Activo de INIA Quilamapu: se ubica en Chillán, en la Región de Ñuble. Su especialidad son los trigos panaderos y candeales, leguminosas de grano, especialmente porotos, arroz y ajo. Cuenta con una capacidad de almacenamiento de unas 15.000 muestras de semillas. Además, en este banco se realiza investigación orientada al desarrollo de cultivos tolerantes a sequía.
• Banco de Recursos Genéticos Microbianos: situado en Chillán, Región de Ñuble, conserva la colección chilena de recursos genéticos microbianos (CChRGM), que en 2012 adquirió la categoría de Autoridad Internacional de Depósito (IDA) por parte de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual, bajo el Tratado de Budapest. Almacena hongos y bacterias, y realiza investigación para su aplicación agrícola, alimentaria y medicinal, entre otras.
• Banco Activo de INIA Carillanca: está localizado en Vilcún, Región de La Araucanía. Su especialidad son los cereales, forrajeras, leguminosas y berries nativos. Trabaja principalmente con semillas ortodoxas, pero también efectúa cultivos in vitro y criopreservación, para la reproducción vegetal de semillas recalcitrantes (que no sobreviven en condiciones de sequedad o frío cuando son conservadas ex situ).
• Banco Activo de INIA Remehue: situado en Osorno, Región de Los Lagos. Su especialidad es la papa, manteniendo colecciones de 455 accesiones, cuyos tubérculos se encuentran sembrados en terrenos del Centro Regional INIA Remehue o mantenidos in vitro para su conservación. También resguarda ADN para la realización de investigaciones genéticas.
Los motivos para la conservación de semillas son diversos. “En el cultivo de alimentos, muchas variedades tradicionales se han ido perdiendo, debido a su subutilización para la producción agrícola comercial, siendo de vital importancia el resguardo y uso de esta diversidad, para la seguridad alimentaria del país”, advirtió Carolina Pañitrur, Encargada del Banco Base de Semillas. Además, “el almacenamiento en bancos de germoplasma, tanto de cultivos como de especies nativas, es una póliza de seguro contra la extinción de plantas en su medio natural, permitiendo disponer de este material en un futuro, si alguna de las especies ahí conservadas desaparece”, concluyó. Por esto, la Red de INIA es un aliado fundamental en este anhelo de alcanzar nuestra soberanía alimentaria, asegurando el material genético patrimonial de Chile.
Comunicado de Prensa