España, al igual que otros países del sur de Europa como Italia, Francia, Portugal y Grecia, continúa reduciendo la superficie cultivada con arroz. En la última década, esta ha disminuido más de un 24 % en toda Europa. Al mismo tiempo, aumentan las importaciones de arroz procedentes de terceros países, donde los requisitos fitosanitarios son mucho más flexibles.
Las cooperativas agroalimentarias españolas han solicitado formalmente al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que adopte medidas urgentes y excepcionales para autorizar el uso de ingredientes activos necesarios para proteger el arroz, informa el portal agroalimentario español agroinformacion.com.
Según las cooperativas, “la actual situación de desventaja competitiva, provocada por las restricciones y la falta de soluciones fitosanitarias, regulaciones no armonizadas entre Estados miembros de la Unión Europea y en terceros países, amenaza seriamente la viabilidad de este cultivo en España”.
«Las cooperativas están trabajando al límite de su capacidad. No podemos exigir una producción sostenible sin proporcionar herramientas eficaces para proteger los cultivos», afirmó Félix Liviano, presidente del sector arrocero de Cooperativas Agroalimentarias de España.
En particular, Cooperativas Agro-alimentarias de España solicitó al Ministerio, a través de las autoridades competentes de las comunidades autónomas implicadas en la producción de arroz, de acuerdo con el artículo 53 del Reglamento (CE) 1107/2009, una autorización urgente para el uso exclusivo del herbicida AURA (profoxydim 20%), producto que ha sido autorizado en países europeos productores de arroz como Italia, Grecia y Portugal, como herbicida esencial para el control de malas hierbas.
La solicitud de este uso exclusivo del herbicida se limita al 10-15 % de la superficie arrocera española, precisamente donde más se necesita este ingrediente activo. Las cooperativas agroalimentarias españolas han exigido reiteradamente que se aplique el principio de reciprocidad a los productos importados, incluido el cultivo en la propia UE, donde algunos países permiten el uso de ciertos plaguicidas mientras que otros no lo permiten para el mismo cultivo.
La Comisión Europea anunció recientemente que había alcanzado su objetivo de reducir el uso de pesticidas químicos antes de lo previsto (en un 50% para 2030), llegando incluso al 58% para 2023. España ha cumplido este objetivo, pero el sector cooperativo del arroz no comparte la alegría.
La falta de autorización para el uso de ciertas sustancias activas dificulta el control eficaz de plagas y malas hierbas, lo que afecta gravemente al rendimiento y, por consiguiente, a la rentabilidad de los cultivos agrícolas, que sin ellas están condenados a desaparecer. En muchos casos, no existen alternativas viables en el mercado español, lo que genera una situación de desigualdad con respecto a otros Estados miembros que autorizan su uso de forma puntual o permanente.
El cultivo del arroz no sólo tiene importancia económica y social para las zonas rurales donde se produce, sino que también juega un papel clave en la conservación de humedales, áreas protegidas y hábitats de aves acuáticas.
“Sin una respuesta decidida y urgente, terminaremos con la desaparición del cultivo del arroz en nuestro país, con todas las consecuencias que esto tendría sobre el empleo, la tierra y el medio ambiente”, concluyó Félix Liviano.
Fuente: agroinformacion.com.
