La cuarta detección mundial de un parásito protozoario en cerdos sugiere un alcance más amplio de la infección


El Instituto Nacional de Investigación Veterinaria de Polonia informa de la primera detección molecular de Sarcocystis miescheriana en un cadáver de cerdo decomisado en ese país.


Por Justin Jackson, Phys.org


La investigación confirma sólo la cuarta aparición conocida de lesiones quísticas visibles causadas por sarcocistosis en cerdos domésticos en todo el mundo.

Sarcocystis miescheriana es un parásito protozoario con un ciclo de vida depredador-presa. Los cerdos domésticos y salvajes pueden actuar como huéspedes intermediarios, ingiriendo potencialmente ooquistes o esporocistos infecciosos que excretan los cánidos. Los inspectores de alimentos consideran que la carne de cerdos con sarcocistosis visible no es apta para el consumo humano.

Los informes sobre sarcocistosis en cerdos siguen siendo limitados y las infecciones no son letales para el animal, aunque pueden sufrirla levemente. Las inspecciones de carne habituales rara vez detectan quistes de sarcocistosis en cerdos, pero la contaminación de las carcasas puede poner en peligro la seguridad alimentaria y el valor del ganado.

En el estudio titulado «Primera caracterización molecular de Sarcocystis miescheriana en una carcasa de cerdo condenada durante una inspección rutinaria de carne en Polonia», publicado en el Journal of Veterinary Research , el equipo informa sobre la detección de lesiones quísticas macroscópicamente visibles debido a la sarcocistosis en cerdos domésticos durante una inspección rutinaria de carne en todo el mundo.

Los investigadores recogieron lesiones blanquecinas con forma de grano de arroz de los tejidos musculares afectados de un cerdo que no mostraba síntomas de enfermedad parasitaria. Las muestras de tejido se sometieron a un examen macroscópico, un análisis histológico y una prueba molecular mediante PCR.

La histopatología reveló un núcleo necrótico recubierto por fibras de tejido conectivo e infiltrados inflamatorios. Las temperaturas de congelación probablemente comprometieron las observaciones de la pared del sarcoquiste. Las diez lesiones quísticas dieron positivo para el ADN de Sarcocystis miescheriana. Las lesiones individuales medían hasta 1,2 cm de largo y aproximadamente 3 mm de ancho.

El análisis filogenético situó las muestras polacas en estrecha relación con aislamientos de cerdos y jabalíes de Italia y Letonia.

Se desconoce la fuente de la infección. Los investigadores especulan que S. miescheriana podría haber sido transferida a un establo con paja utilizada como material de cama que había sido previamente contaminada por heces de perros o de otro huésped más típico. Apoyan esta idea citando la popularidad del sistema de cama profunda en la zona donde se crió el cerdo infectado, aunque no se realizó ninguna investigación real del lugar.

Los sarcoquistes son microscópicos, demasiado pequeños para ser identificados durante las inspecciones visuales rutinarias de la carne. La falta de casos descritos anteriormente podría no deberse a una ausencia de sarcocystis en las poblaciones de cerdos domésticos, ya que los casos notificados indican su presencia en muchos países. Estos informes se publicaron recientemente y probablemente sean el resultado de una mayor concienciación entre los inspectores veterinarios, más que de un repunte de la enfermedad.

Se necesitan más análisis para ampliar nuestro conocimiento sobre la prevalencia de sarcocystis entre los animales productores de carne para apreciar plenamente el alcance de las infecciones.

Más información: Weronika Korpysa-Dzirba et al, Primera caracterización molecular de Sarcocystis miescheriana en una carcasa de cerdo decomisada durante una inspección rutinaria de carne en Polonia, Journal of Veterinary Research (2024). DOI: 10.2478/jvetres-2024-0067