La termorregulación en las colmenas: ciencia detrás del confort apícola


Un vistazo al delicado equilibrio térmico en la vida de las abejas


Redacción Mundo Agropecuario

Las abejas melíferas (Apis mellifera) han desarrollado estrategias sofisticadas para mantener el interior de la colmena dentro de un rango térmico óptimo para el desarrollo de la cría y el bienestar de la colonia. Este artículo explora, desde bases científicas y de forma clara y atractiva, los mecanismos clave de termorregulación en la colmena y su relevancia para la apicultura.

El núcleo cálido: el clúster invernal y la generación de calor

En temperaturas bajas, las abejas forman un aglomerado compacto —o clúster— en torno a la cría y la reina, lo que reduce el volumen de aire caliente cercano a las celdas de cría y minimiza la pérdida de calor por convección.
La termorregulación se logra mediante dos mecanismos principales:

  • Termogénesis activa: abejas adultas (mayores de 2 días) contraen sus músculos torácicos (como un temblor) para generar calor. Su calor se transmite directamente a las paredes de las celdas, calentando la cría desde el interior.
  • Aislamiento pasivo y densidad: la migración de abejas hacia el núcleo aumenta la densidad y la resistencia térmica, elevando simultáneamente el metabolismo y la producción de calor.

Control fino: mantener entre 32 °C y 36 °C

El desarrollo saludable de crías (especialmente pupas) es extremadamente sensible a variaciones térmicas: deben mantenerse entre 33 °C y 36 °C para evitar malformaciones o muerte. Los sensores en la antena permiten detectar diferencias de apenas 0,25 °C, activando respuestas oportunas.

Refrescando en verano: ventilación y enfriamiento por evaporación

Cuando la temperatura exterior aumenta, las abejas activan mecanismos de enfriamiento:

  • Ventilación: se alinean en la entrada y baten sus alas (fanning), moviendo aire fresco dentro y expulsando aire cálido cargado de CO₂.
  • Evaporación de agua o néctar diluido: transportan agua y la distribuyen en puntos estratégicos. Las corrientes de aire que generan al batir alas facilitan la evaporación, absorbiendo calor latente.

Termorregulación integrada: un superorganismo que equilibra entre frío y calor

La colonia funciona como un superorganismo termodinámico: la termogénesis se activa desde niveles ambientales moderados, mientras las conductas de enfriamiento se activan incluso antes de que el calor sea extremo.
Este equilibrio dinámico permite reaccionar con precisión, sin interrupciones dramáticas: tanto el diluir el calor acumulado como generarlo se gestionan según comportamientos sociales coordinados.

Modelos y monitoreo: ciencia aplicada a la apicultura moderna

  • Los modelos biofísicos muestran cómo cambia la porosidad del clúster en respuesta a la temperatura ambiente, logrando regular la temperatura del núcleo sin “control central”.
  • Estudios recientes utilizan termografía e inteligencia aplicada a sensores de colmena para anticipar colapsos, diagnosticando salud y resiliencia térmica de la colonia a partir de series temporales de temperatura.

Significado para la apicultura tradicional y natural

Para el apicultor:

  • La observación del comportamiento de ventilación y agrupamiento da pistas sobre estrés térmico.
  • Hacer énfasis en el diseño de colmenas bien ventiladas y aisladas, según la estación, puede mejorar eficiencia y ahorro de reservas de miel.
  • Llevar registros de temperatura interna puede anticipar problemas de salud o estrés de cría, ayudando a tomar decisiones preventivas.

Referencias



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