El amarilleo de las hojas de las hortensias a mediados del verano (julio) es una señal alarmante, pero generalmente solucionable. Julio es un período de floración intensa y calor, por lo que estas flores favoritas de los cultivadores de jardín son especialmente vulnerables. Veamos las principales razones y cómo eliminarlas.
La primera y más obvia razón por la que las hojas de hortensia se vuelven amarillas en julio es la falta de humedad.
Las hortensias ( Hydrangea ) son plantas que aman la humedad. El calor y la sequía de julio provocan un secado rápido del suelo. La falta de agua altera el transporte de nutrientes, especialmente el hierro, lo que se manifiesta por el amarilleamiento de las hojas. Estas se marchitan, pierden turgencia y se vuelven amarillas (a menudo de manera uniforme), comenzando desde las capas inferiores. Los bordes pueden secarse.
Qué hacer: Riegue abundante y regularmente. Riegue profundamente, empapando todo el cepellón, no superficialmente. La frecuencia depende del clima y la tierra, pero en climas cálidos puede ser necesario regar cada dos días o incluso a diario. El mejor momento es temprano por la mañana o al atardecer.
Asegúrese de cubrir el círculo del tronco (capa de 5-10 cm) con turba, compost, corteza triturada o hojarasca de pino. El mantillo retiene la humedad, protege las raíces del sobrecalentamiento y elimina las malas hierbas.
No riegue las hortensias en exceso. Aunque a las hortensias les encanta la humedad, el agua estancada en la zona radicular (especialmente en suelos arcillosos pesados y sin drenaje) provoca falta de oxígeno y pudrición radicular. En julio, esto puede ocurrir si un jardinero, con la mejor intención, riega las hortensias en exceso. Como resultado, las hojas amarillean, se marchitan (¡incluso con la tierra húmeda!) y el crecimiento se ralentiza. La tierra no se seca durante mucho tiempo.
Qué hacer: Mejore el drenaje desde el momento de la plantación, añadiendo arcilla expandida o ladrillos rotos al hoyo. Si el problema se presenta en un arbusto adulto, afloje la tierra con cuidado y retire el mantillo para un mejor secado. Riegue solo cuando la capa superficial de la tierra se seque. Evite el agua estancada. En casos graves, podría ser necesario replantar con un drenaje adecuado.
El amarillamiento de las hojas de las hortensias también se debe a la deficiencia de hierro, cuya causa ya se mencionó: la sequía. Sin embargo, otra causa de clorosis puede ser el pH del suelo.
Por qué: Las hortensias prefieren suelos ácidos (pH 4,5-6,0). En suelos alcalinos o neutros, el hierro se vuelve insoluble y no es absorbido por la planta, incluso si está presente en el suelo. Regar con agua dura (con alto contenido de cal) agrava el problema. La deficiencia de hierro es crítica durante el período de crecimiento activo y floración. Como resultado, las hojas se cloran entre las nervaduras, mientras que estas permanecen verdes. Las hojas jóvenes en la parte superior de los brotes son las primeras en sufrir daños.
Qué hacer: Acidifique el suelo. Use acidificantes específicos para hortensias y rododendros (según las instrucciones). Añadir turba roja, hojarasca de coníferas y azufre coloidal ayuda.
La aplicación de quelato de hierro es un remedio eficaz y rápido para la clorosis aguda. Rocíe las hojas con una solución de quelato de hierro (según las instrucciones) o riegue bajo la raíz. Generalmente se requieren varios tratamientos con intervalos de 7 a 10 días.
Agua con agua blanda y sedimentada, o idealmente, agua de lluvia.
La tercera razón es que la hortensia suele estar hambrienta. Una floración exuberante y prolongada requiere mucha energía. La deficiencia de nitrógeno (N), magnesio (Mg) u otros elementos (manganeso, zinc) puede manifestarse como amarillamiento en julio, especialmente si la fertilización primaveral fue insuficiente o desequilibrada. En este caso, se observará un amarillamiento generalizado de las hojas, posiblemente con diferentes tonos según la deficiencia (por ejemplo, la clorosis intervenal también puede ocurrir con la deficiencia de magnesio, pero suele comenzar en las hojas más viejas).
Qué hacer: Use un fertilizante específico para hortensias o rododendros (contiene los macro y microelementos necesarios en las proporciones adecuadas y acidifica el suelo). En julio, concéntrese en fertilizantes de fósforo y potasio (para favorecer la floración y prepararlos para el invierno), aunque sigue siendo necesario un poco de nitrógeno. Evite el exceso de nitrógeno, ya que estimula el crecimiento de las hojas, en detrimento de la floración y la resistencia al invierno. En caso de deficiencia grave, puede rociar las hojas con una solución de fertilizante complejo con microelementos.
Las quemaduras solares son un problema común en las hortensias de hoja grande en julio. Prefieren luz brillante pero filtrada o semisombra. El sol directo y abrasador de julio, especialmente al mediodía, puede quemar las delicadas hojas. Verá manchas amarillas o marrón claro, principalmente en las hojas expuestas al sol. Las hojas pueden secarse en las zonas quemadas.
Qué hacer: Durante las horas de más calor (de 11:00 a 16:00), proteja el arbusto de la luz solar directa. Utilice spunbond blanco, gasa o coloque una malla. Si el problema persiste, considere replantar la hortensia en otoño a un lugar más adecuado (sol de mañana/sombra de tarde).
Las enfermedades y plagas son menos probables, pero tampoco se pueden descartar. Las manchas (enfermedades fúngicas) pueden causar amarilleamiento y caída de las hojas. Suelen ir acompañadas de manchas de diferentes formas y colores. Las plagas (ácaros, pulgones) absorben los jugos, debilitando la planta y provocando el amarilleamiento de las hojas. Los ácaros son especialmente activos en climas secos y calurosos.
Inspeccione cuidadosamente las hojas (especialmente la parte inferior) para detectar manchas, telarañas e insectos.
Si se detectan enfermedades fúngicas, retire las hojas gravemente afectadas y trátelas con fungicidas con cobre (caldo bordelés, HOM) o preparados sistémicos modernos (según las instrucciones). Utilice insecticidas (contra pulgones y orugas) o acaricidas (contra ácaros) contra las plagas. Comience con productos más suaves, como Fitoverm.
Qué hacer primero si las hojas de la hortensia se vuelven amarillas en verano:
- Verifique la humedad del suelo: excave a una profundidad de 10-15 cm. ¿Seco? Riegue inmediatamente y abundantemente. ¿Mojado y no se seca? Afloje, retire el exceso de mantillo y ventile.
- Evalúe la naturaleza del amarillamiento: Amarillamiento entre las nervaduras (nervaduras verdes): quelato de hierro urgente y acidificación. Amarillamiento uniforme: posible deficiencia de nitrógeno o estrés general por calor o falta de riego.
- Inspeccione la planta para detectar síntomas típicos de enfermedades o plagas.
- Analiza las condiciones. ¿Dónde está plantado? ¿Cómo es el suelo? ¿Con qué frecuencia y con qué lo fertilizas? ¿Cómo lo riegas? ¿Qué tiempo hace?
- Actúe según los resultados del diagnóstico: Elimine la causa identificada y asegúrese de aplicar el programa de fertilización adecuado a sus hortensias. En primavera: fertilizante rico en nitrógeno; en verano (junio-julio): fertilizante rico en fósforo y potasio con microelementos; en otoño: fertilizante de potasio y fósforo para la resistencia invernal. Utilice fertilizantes específicos para hortensias, azaleas y rododendros.
