Un estudio publicado en Cell descubre las profundas raíces evolutivas del maíz dentado y del maíz sílex (también conocido comúnmente como “maíz”), dos variedades fundamentales para el cultivo y mejoramiento del maíz moderno.
por la Universidad de Copenhague
Al analizar el ADN antiguo de 32 muestras de maíz que abarcan los últimos 3.000 años, los investigadores han reconstruido el viaje del cultivo hacia el este de América del Norte, arrojando nueva luz sobre sus orígenes geográficos, rutas de dispersión e historia de selección.
Este estudio fue realizado por un equipo internacional de científicos y encabezado por Jazmín Ramos Madrigal del Centro de Hologenómica Evolutiva de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, y Nathan Wales del Departamento de Arqueología de la Universidad de York, Reino Unido.
Un vínculo genético entre los pedernales del norte y el maíz de Ozark de 1.000 años de antigüedad
Al reconstruir los genomas de mazorcas y granos de maíz arqueológicos, el estudio revela que el maíz de hace 1000 años de los refugios rocosos de la región de Ozark en Arkansas, EE. UU., comparte un estrecho vínculo genético con las variedades modernas de sílex del norte. Conocidos por su tolerancia al frío y su resistencia, estos sílex antiguos forman la columna vertebral de muchos híbridos de maíz comerciales que se cultivan en la actualidad.
«Nuestra investigación muestra que este linaje de maíz, que constituye la ascendencia de la mayor parte del maíz comercial, comparte sus raíces con el maíz cultivado por los pueblos indígenas en la región de Ozark hace más de 1.000 años», explicó Wales.
El largo viaje del maíz: a través de las Grandes Llanuras hasta el este de América del Norte
El este de América del Norte representa una de las últimas paradas en la dispersión del maíz desde su centro de domesticación en el sur de México. La ruta que siguió el maíz para llegar al este de América del Norte ha sido debatida durante mucho tiempo, con dos hipótesis en pugna: una propone una ruta a través del este de México y a través de la costa del Golfo de Texas, y otra sugiere que el maíz viajó a través de las Grandes Llanuras desde el suroeste de Estados Unidos.
El estudio aporta pruebas claras que respaldan esta última hipótesis. Los genomas antiguos del maíz de los abrigos rocosos de Ozark indican que el maíz entró en el este de Norteamérica en al menos dos pulsos de dispersión, con orígenes tanto en las tierras altas del suroeste de Estados Unidos como en el sur de Texas.
«Uno de los ancestros que encontramos en los Ozarks proviene del maíz ya adaptado a crecer en los días más fríos y cortos de las tierras altas del suroeste de Estados Unidos. Esto sugiere que el maíz sólo pudo introducirse en el este de Norteamérica una vez que los humanos crearon variedades locales con las herramientas genéticas necesarias para hacer frente al desafiante entorno de la región», señaló Ramos-Madrigal.
Adaptaciones evolutivas: la selección del gen del almidón refleja las preferencias alimentarias tempranas
El estudio también destaca la selección repetida en la vía metabólica del almidón del maíz durante su dispersión en el este de Norteamérica. Un gen clave en esta vía, conocido como ceroso, que influye en la textura del grano, mostró signos claros de selección en el antiguo maíz de Ozark hace 1.000 años.
Las variantes genéticas del gen ceroso afectan la pegajosidad y masticabilidad del maíz, características que aún hoy se valoran en algunas cocinas tradicionales.
«Esto sugiere que los agricultores indígenas no sólo estaban adaptando el maíz a los climas locales, sino que también podrían estar seleccionando rasgos que se ajustaran a sus preferencias culinarias específicas», explicó Wales.
«Nuestra investigación aporta otra pieza del rompecabezas que es la cronología de la selección y la adaptación durante la domesticación del maíz, al mostrar que este gen fue seleccionado en algún momento entre la salida del maíz del suroeste de Estados Unidos y su llegada al este de América del Norte hace al menos mil años», añadió Ramos-Madrigal.
Este estudio destaca cómo el ADN antiguo puede arrojar luz sobre los orígenes y las adaptaciones de los cultivos que dieron forma a la historia de la humanidad. Al rastrear el viaje y la adaptación del maíz hasta el este de América del Norte, la investigación no solo mejora nuestra comprensión de los orígenes y la evolución del maíz, uno de los tres pilares de la agricultura moderna, sino que también proporciona nuevos conocimientos sobre la historia evolutiva de uno de los cultivos más importantes del mundo.
Más información: El origen genómico del maíz temprano en el este de Norteamérica, Cell (2024). DOI: 10.1016/j.cell.2024.11.003 . www.cell.com/cell/fulltext/S0092-8674(24)01277-7