Un estudio del proyecto Diverfarming compara la huella ambiental y el rendimiento económico del monocultivo tradicional de mandarina frente al cultivo de mandarina intercalado con cultivos herbáceos y el uso de riego deficitario
por Universidad de Córdoba
La transformación hacia una agricultura intensiva ha dado lugar en las últimas décadas a prácticas agrícolas en Europa centradas en aumentar el rendimiento y reducir costes, y que implican una gran dependencia de fuentes externas de agroquímicos y energía. Estos sistemas intensivos de monocultivo han generado pérdidas de biodiversidad, contaminación del agua y altas tasas de emisión de gases de efecto invernadero, además de degradar el suelo y reducir los servicios ecosistémicos.
Ante esta situación, el proyecto europeo Diverfarming ha ensayado la diversificación de cultivos en toda la Unión Europea, buscando las mejores prácticas para combinar cultivos y centrándose en la reducción de insumos para encontrar las mejores opciones para preservar la sostenibilidad de los sistemas y aumentar la resiliencia de los sector agrario europeo. Para ello, también es necesario conocer los impactos de estas prácticas tanto a nivel ambiental como económico.
Con el objetivo de conocer la huella ambiental y el rendimiento económico de la introducción de cultivos herbáceos entre los callejones de los mandarinos mediante riego deficitario controlado en un huerto de mandarinos situado en la Región de Murcia, un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Cartagena han llevado a cabo una evaluación del ciclo de vida del cultivo y una evaluación de los costos e ingresos de la finca durante los tres años que se llevó a cabo el experimento en este caso de estudio .
Aunque el área de cultivo aumentó con la introducción de cultivos herbáceos (en este caso, verdolaga, caupí, habas y una mezcla de cebada y arveja), no se produjeron efectos perjudiciales en términos de agotamiento de recursos, acidificación o calentamiento global. Por lo tanto, la práctica de cultivos intercalados no causó contaminación adicional u otros impactos ambientales. Esto, sumado a los resultados del aumento del contenido de nitrógeno y carbono orgánico y en el suelo y la reducción de la erosión y la escorrentía, hace que la introducción de cultivos herbáceos en los callejones de los mandarinos sea una buena opción ambiental sostenible para hacer frente a los retos actuales del sector.
En términos económicos, la seguridad financiera de la comunidad agrícola también se convierte en un elemento clave para adoptar con éxito sistemas diversificados. Este estudio destaca, a través de la evaluación económica, que los cultivos intercalados pueden conducir a un aumento en los costos de producción, en su mayoría relacionados con una mayor demanda de mano de obra en comparación con el monocultivo. Sin embargo, el estudio también concluye que “la elección correcta de prácticas de cultivo intercalado puede traer ventajas económicas”. Los resultados mostraron que el cultivo de mandarina con verdolaga y habas como cultivos intercalados podría ser rentable y reducir el riesgo para el productor frente a la volatilidad de los precios en el cultivo principal.
De esta manera, considerando todos los beneficios ambientales y económicos potenciales de las prácticas de cultivo intercalado, estos sistemas surgen como una herramienta para avanzar hacia sistemas agrícolas más sostenibles y rentables. La valorización de productos agrícolas más respetuosos con el medio ambiente por parte de los consumidores y el apoyo de la financiación pública (por ejemplo, ayudas directas a los agricultores que introducen cultivos intercalados) son aspectos clave para impulsar la adopción de estas prácticas.
La investigación fue publicada en Agricultura .