Trichoderma obtiene una importante mejora en el arroz de Brasil


Investigadores brasileños desarrollaron un método innovador para producir y formular el hongo Trichoderma asperelloides, considerado una herramienta clave en el control biológico de enfermedades que afectan a los cultivos.


La mayoría de los productos a base de Trichoderma disponibles en el mercado brasileño utilizan una única metodología basada en la producción de esporas en granos de arroz. El nuevo enfoque diversifica los métodos y reduce los costos de producción, haciendo aún más competitivo el control biológico, informa Cristina Tordin en un artículo del portal agrícola brasileño Revista Cultivar.

El logro, fruto de un esfuerzo conjunto entre la Universidad de São Paulo (UNESP) y el instituto de investigación Embrapa Meio Ambiente, utiliza un sistema basado en el uso de harina de residuos de arroz molido como sustrato para un llamado “biorreactor granular” para liberar lentamente el hongo en el suelo. Los desechos de arroz, como las cáscaras, son un subproducto económico y ampliamente disponible del complejo agroindustrial. 

Este enfoque combina eficiencia, sostenibilidad y rentabilidad. Representa una alternativa práctica y asequible que no sólo reduce costos sino que también alarga la vida útil del producto final. “Nuestro método no sólo aumenta la producción de conidios, sino que también mejora la estabilidad del producto, haciéndolo más accesible y eficiente para el agricultor”, explica Lucas Guedes, investigador de la Unesp que realizó su doctorado en el tema.

Una diferencia importante en la tecnología es el uso de gránulos secos (foto arriba) que contienen conidios de hongos, que actúan como “semillas” biológicas. Almacenados en el refrigerador, estos gránulos permanecen viables durante más de 24 meses, lo que garantiza la estabilidad incluso durante largos períodos de tiempo. Esta durabilidad es fundamental para aplicaciones agrícolas a gran escala. 

Cuando se aplica al suelo, el hongo Trichoderma contenido en los gránulos es eficaz para controlar los esclerocios de Sclerotinia sclerotiorum , un patógeno que causa una enfermedad grave conocida como moho blanco. Esta enfermedad afecta a varios cultivos de alto valor económico en Brasil, como la soja, el frijol, el algodón y el tomate, causando importantes pérdidas de producción.

El estudio se centró en cinco factores críticos en el proceso de fermentación del hongo utilizando harina de residuos de arroz como base. Los investigadores descubrieron que agregar 0,1% de nitrógeno al sustrato resultó en un aumento significativo en la producción de Trichoderma , según lo evaluado por los recuentos de unidades formadoras de colonias (UFC), un parámetro utilizado para medir la viabilidad del hongo.

Además, el estudio descubrió que las fuentes de nitrógeno complejas, como la levadura hidrolizada y el licor de maíz, superaron a las fuentes inorgánicas tradicionales, como el sulfato de amonio, en el proceso. «Este descubrimiento confirma la importancia de explorar alternativas menos tradicionales y más sostenibles en la agricultura», añade Guedes.

Otro punto importante fue la introducción de embalajes especiales con control de humedad y oxígeno. Los investigadores dicen que estos materiales ayudan a mantener la viabilidad de los conidios (estructuras producidas por Trichoderma ) incluso cuando se almacenan a temperatura ambiente, ampliando la aplicabilidad de campo del producto y reduciendo el desperdicio.

Gabriel Mascarin, de Embrapa, destaca que la utilización de residuos de arroz como sustrato cobra aún más relevancia ante el actual aumento de los precios del arroz en Brasil. 

“Sustituir el arroz por sus subproductos no solo reduce costes, sino que contribuye a la sostenibilidad añadiendo valor a materiales que de otro modo serían desechados”, señala, subrayando que este modelo es innovador y está en línea con el concepto de economía circular que promueve el pleno aprovechamiento de los residuos agrícolas.

Wagner Bettiol, también de Embrapa, destaca el potencial de los gránulos como pequeños biorreactores en el suelo: “Liberan el hongo de forma gradual y eficiente, optimizando el control de patógenos sin crear residuos adicionales en el medio ambiente, ya que no se generan residuos durante la producción del hongo ni de su fórmula”.

El uso de Trichoderma asperelloides es ampliamente reconocido como una alternativa a los fungicidas químicos, que a menudo inducen resistencia en los patógenos y pueden tener impactos negativos en el medio ambiente. La nueva metodología, a su vez, supone un avance significativo.

“Este tipo de producto se puede utilizar para controlar una amplia gama de patógenos vegetales transmitidos por el suelo, como Fusarium , Rhizoctonia y Pythium , así como nematodos si el aislado es específico para este fin”, explica Bettiol. “Esto amplía las posibilidades de uso para una variedad de cultivos, desde verduras hasta cultivos grandes como la soja y el algodón”.

Los investigadores dicen que la agricultura brasileña, que se caracteriza por la diversidad de cultivos y desafíos fitosanitarios, podría beneficiarse enormemente de la innovación. Especialmente con la creciente demanda de soluciones agrícolas sostenibles.

Al integrar sostenibilidad, rentabilidad y eficiencia, esta tecnología confirma el estatus de Brasil como un líder importante en innovación agrícola. Los productos obtenidos como resultado de esta investigación pueden ser demandados tanto en el mercado interno como para la exportación, ampliando las fronteras de la agricultura sostenible.

Principales áreas de aplicación de Trichoderma en el complejo agroindustrial brasileño

1. Control del moho blanco ( Sclerotinia sclerotiorum ) en los principales cultivos. Trichoderma previene y controla un patógeno que causa graves pérdidas en cultivos como la soja, el frijol y el algodón

2. Control de otros fitopatógenos del suelo en diversos cultivos. El hongo Trichoderma es eficaz contra enfermedades causadas por Fusarium , Rhizoctonia , Sclerotium y Pythium , comunes en varios cultivos agrícolas. Actúa como medida preventiva contra enfermedades que afectan al tomate, lechuga, plantas ornamentales y otras plantas de valor comercial.

3. Control de nematodos. Se recomiendan algunos aislamientos de Trichoderma para reducir las poblaciones de nematodos, plagas que atacan las raíces y alteran el desarrollo de las plantas.

4. Sustitución de fungicidas químicos. Reduce la dependencia de productos químicos, ofreciendo una solución sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

5. Mejora de tierras agrícolas. Promueve entornos de suelo saludables al mejorar la resistencia natural de las plantas a los patógenos y mejorar la productividad.

El hongo Trichoderma ha demostrado ser eficaz en muchos cultivos y promueve prácticas agrícolas más seguras y respetuosas con el medio ambiente.

Fuente y foto: Revista Cultivar. Autor: Kristina Tordin.