Una necesidad que crece con el cambio climático
Redacción Mundo Agropecuario
La agricultura moderna enfrenta un desafío sin precedentes: producir más alimentos con menos agua. En regiones donde la sequía se intensifica cada año, los agricultores dependen de datos precisos para decidir cuándo y cuánto regar. Hasta hace poco, esos datos se basaban en estimaciones o sensores de humedad del suelo, pero una innovación desarrollada por científicos españoles promete un salto tecnológico: un sensor que mide directamente el estrés hídrico de las plantas en tiempo real.
El avance llega desde el Instituto Tecnológico de Valencia (ITV), donde un grupo multidisciplinario de ingenieros agrónomos, físicos y biólogos ha creado un dispositivo que interpreta las señales eléctricas naturales que emiten las hojas cuando comienzan a sufrir déficit de agua.
Cómo funciona el sensor
El dispositivo utiliza electrodos ultrafinos colocados sobre la superficie foliar que detectan variaciones en el potencial eléctrico del tejido vegetal. Estas microfluctuaciones, invisibles al ojo humano, son procesadas por un microchip que las traduce en valores numéricos equivalentes al nivel de estrés hídrico.
Los datos se transmiten mediante una red IoT (Internet de las Cosas) a una aplicación móvil o panel de control en la nube. De esa manera, el agricultor puede observar en tiempo real cómo reacciona cada planta ante las condiciones de riego, temperatura y humedad ambiental.
“Hasta ahora sabíamos cuándo el suelo estaba seco; ahora sabremos cuándo la planta se siente seca”, explica el ingeniero líder del proyecto, Javier Soriano.
Resultados de campo: precisión y ahorro
Durante las pruebas en parcelas experimentales de tomate y vid, el nuevo sensor permitió ajustar los riegos con una precisión sin precedentes. En promedio, los cultivos tratados bajo este sistema redujeron el consumo de agua en un 27 %, sin afectar el rendimiento productivo ni la calidad de los frutos.
El dispositivo, además, puede integrarse en sistemas de riego automatizados, de manera que la información sobre el estado hídrico de las plantas active o detenga las bombas según necesidad. El sistema también aprende de los patrones climáticos locales, ajustando su sensibilidad a la hora del día y al tipo de cultivo.
Una tecnología limpia y autónoma
El sensor se alimenta con una pequeña célula solar flexible y no requiere mantenimiento frecuente. Está diseñado para ser biodegradable en caso de pérdida en campo y soporta altas temperaturas sin perder precisión.
El proyecto cuenta con financiación del programa europeo Horizon GreenTech y busca su transferencia comercial hacia cooperativas agrícolas en España, Italia y Grecia, donde el riego deficitario controlado se perfila como herramienta clave frente al cambio climático.
El futuro de la irrigación inteligente
El impacto potencial de esta tecnología es enorme. La FAO estima que el 70 % del agua dulce del planeta se destina a la agricultura, y que los desperdicios por riego ineficiente superan el 30 %. Con sistemas inteligentes que respondan a las señales de las plantas, esos números podrían reducirse a la mitad.
Los investigadores valencianos ya trabajan en una versión portátil para pequeños productores y en sensores adaptados a cultivos tropicales. Su meta es democratizar el acceso a la agricultura de precisión con costos accesibles.
“En los próximos años veremos cómo la planta será el principal sensor del sistema agrícola”, concluye Soriano. Y tal vez esa afirmación marque el comienzo de una era donde la tecnología escuche, literalmente, a los cultivos.
Referencias
- Instituto Tecnológico de Valencia (2025). Real-time plant water stress sensing technology report.
- Agricultural Sensors Review (2025). Smart irrigation and plant physiology monitoring.
- European Horizon GreenTech Program (2025). Precision agriculture innovations for water management.
