Harina de insectos para alimentación animal: una alternativa sostenible


La búsqueda de fuentes de proteína más sostenibles ha puesto a los insectos en el centro de la investigación agroalimentaria.


Convertidos en harina, moscas soldado negra, grillos y gusanos de la harina se perfilan como sustitutos parciales de la soya y la harina de pescado en la alimentación animal. La promesa: reducir costos, mejorar el perfil nutricional de los piensos y disminuir la huella ambiental de la ganadería.

El valor nutricional de la harina de insectos

Los insectos poseen altos niveles de proteína (40–70 % según la especie), grasas ricas en ácidos grasos esenciales y minerales como hierro, zinc y calcio. En la mosca soldado negra (Hermetia illucens), ampliamente estudiada en Europa y América Latina, la harina obtenida de sus larvas contiene hasta 45 % de proteína y un perfil lipídico comparable al de aceites de pescado.

Además, su digestibilidad es elevada, lo que permite a pollos, peces y cerdos aprovechar de manera eficiente los nutrientes. Investigaciones en la Universidad de Wageningen (Países Bajos) muestran que, en pollos de engorde, reemplazar un 25 % de la proteína de soya por harina de insectos no solo mantiene el crecimiento, sino que mejora la salud intestinal.

Estudios recientes en diferentes regiones

En 2024, investigadores de la Universidad Nacional de Colombia publicaron un ensayo con harina de larvas de mosca soldado negra en tilapias, obteniendo resultados equivalentes a las dietas tradicionales basadas en harina de pescado.

En España, el Centro Tecnológico BETA de la Universidad de Vic evalúa harinas de insectos para piensos porcinos y analiza su potencial para reducir el uso de antibióticos, ya que algunos compuestos derivados de insectos estimulan el sistema inmune.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ya ha aprobado el uso de varias especies de insectos en piensos acuícolas, y la regulación avanza para extenderlo a avicultura y porcicultura.

Ventajas ambientales

  • Menor uso de tierra y agua: los insectos requieren mucho menos espacio y recursos que la soya.
  • Aprovechamiento de residuos orgánicos: las larvas pueden criarse sobre subproductos agrícolas, cerrando ciclos de nutrientes.
  • Reducción de emisiones: su huella de carbono es significativamente más baja que la de las harinas convencionales.

Desafíos pendientes

A pesar de su potencial, la harina de insectos enfrenta retos:

  • Costos de producción aún elevados frente a la soya.
  • Escalabilidad de la cría industrial sin comprometer estándares sanitarios.
  • Aceptación regulatoria y social, tanto de productores como de consumidores finales que podrían percibir con desconfianza su origen.

Perspectivas de futuro

La harina de insectos no pretende reemplazar por completo a las fuentes tradicionales de proteína, sino diversificar la dieta animal y reducir la dependencia de materias primas importadas. Con el crecimiento de la biotecnología aplicada a la cría masiva de insectos, se espera que los costos disminuyan en los próximos años.

En un contexto de aumento poblacional y presión sobre los recursos naturales, los insectos se perfilan como aliados silenciosos para una ganadería más sostenible y eficiente.

Referencias

  • Wageningen University (2023). Insect protein in poultry diets.
  • Universidad Nacional de Colombia (2024). Evaluación de harina de insectos en tilapia.
  • Centro Tecnológico BETA, UVic (2024). Harinas de insectos en porcicultura.
  • EFSA (2023). Opinion on the use of insects in animal feed.


Mundo Agropecuario
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