El uso de biocarbones, o carbones activados, además de ser una alternativa viable para manejar residuos industriales como el de palo de rosa y el del café, mejoran las propiedades del suelo, e incluso se observó que absorben metales pesados como el cadmio.
Julio César Rivera, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), señala que “el suelo es un recurso no renovable, y en las áreas donde la actividad agrícola se ha venido desarrollando durante muchos años, o presenta una baja fertilidad natural, es necesario realizar actividades de recuperación”.
Para su estudio, el magíster utilizó biocarbones producidos con raquis de palma, cuesco de palma, poda de árboles, pulpa de café y tallos de rosa, con el objetivo de caracterizarlos, evaluarlos como enmiendas sobre el crecimiento de lechuga y determinar su efecto en propiedades físico-químicas de suelos diversos contaminados con cadmio.
Explica que para obtener los biocarbones realizó un proceso de descomposición térmica en ausencia de oxígeno, conocido como pirólisis lenta a 350 oC, y después de quemar los residuos de las plantas, caracterizó las propiedades del producto obtenido.
También usó un microscopio electrónico para ver los carbones, evaluó el pH (o grado de acidez) y la capacidad de intercambio catiónico, entre otras variables, y realizó la prueba de campo en suelos contrastantes con lechuga debido a que es una planta que normalmente absorbe cadmio.
Según el experto, los biocarbones se obtienen de diversos elementos ya que la idea es generarlos a partir de material de residuo que está produciendo la contaminación en una zona específica para crear alternativas bio-ecológicas, y por eso en la prueba de campo se usaron diversos elementos para la producción del biocarbón como el cuesco de palma, desecho que abunda en la parte de los Llanos Orientales del país.
Eficacia puesta a prueba
Para el experimento, primero se contaminó artificialmente con cadmio los terrenos que se iban a utilizar, se dejó actuar el biocarbón de distinta procedencia en diferentes concentraciones durante dos ciclos de cosecha y se analizó la composición de los distintos suelos para evaluar los cambios que se efectuaron durante el cada ciclo.
Así evidenció que el biocarbón de pulpa de café y de tallo de rosa son los que tienen mayor potencial para la absorción de cadmio.
Independientemente del crecimiento de la planta, “el biocarbón produjo efectos favorables en la mejora de las condiciones fisicoquímicas del suelo en donde se aplicó: aumentó la porosidad y la retención de humedad, también aumentó el pH y disminuyó la densidad aparente, entre otras características, y funcionó como una enmienda que con el tiempo podría corregir los efectos indeseables, algo que se evidencia en zonas con suelos ácidos e infértiles como en los Llanos Orientales”.
El problema de la degradación y los desechos
La sobreexplotación de tierras agrícolas, malas prácticas de manejo de suelo y agua, son algunas de las principales causas de la degradación de los suelos, una problemática que –según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam)– se evidencia en el 40 % de los suelos de Colombia en los que se presenta algún grado de erosión.
A esto se le suma la contaminación por cadmio, que genera degradación química de suelos y se ha reportado en zonas agrícolas del país, especialmente en Cundinamarca, Antioquia y Meta.
Además, este metal pesado suele acumularse en mayor medida en los tejidos de lechuga, lo que puede llevar a enfermedades crónicas graves en los seres vivos que la consumen.