La biodiversidad fortalece a los polinizadores y garantiza rendimientos estables, según un estudio sobre el girasol


¿Mejorar la biodiversidad y mantener la producción al mismo tiempo? Para muchos, esto suena a contradicción. Sin embargo, un nuevo estudio de la Universidad de Würzburg demuestra que ambas cosas son posibles en las condiciones adecuadas.


por Sebastian Hofmann, Universidad Julius Maximilian de Würzburg


Para su estudio, investigadores de la Universidad de Wurzburgo (JMU), en colaboración con el Instituto Estatal de Agricultura de Baviera, analizaron 29 campos de girasoles en el norte de Baviera: 15 de cultivo ecológico y 14 de cultivo convencional. Querían determinar qué factores influyen en los polinizadores silvestres y cómo esto afecta a la producción agrícola. Consideraron tanto las condiciones de cada campo como la estructura del paisaje circundante.

Para determinar la contribución de los insectos, realizaron un experimento sencillo: algunas cabezas de girasol se protegieron de los polinizadores con mallas finas, mientras que otras se dejaron abiertas. El resultado: en promedio, los girasoles de polinización libre alcanzaron un rendimiento aproximadamente un 25 % superior, independientemente de si se cultivaban en campos de cultivo orgánico o convencional.

El estudio se publica en el Journal of Applied Ecology .

Diferentes requisitos, beneficios comunes

El análisis mostró claras diferencias entre los distintos grupos de polinizadores: «Los abejorros, por ejemplo, se beneficiaron de una alta proporción de campos de cultivo orgánico», explica Denise Bertleff, primera autora del estudio y bióloga del Departamento de Ecología Animal. «Pudimos demostrar que si se aumenta la proporción de dichas áreas del 10 % al 20 %, la población de abejorros prácticamente se duplica».

La abundancia de abejas solitarias, por otro lado, depende del tamaño de hábitats seminaturales como setos, pastizales calcáreos o huertos. «Nuestro estudio demuestra que la agricultura puede organizarse de forma que fomente la biodiversidad», afirma Bertleff. «Un paisaje diverso, por ejemplo, dejando las malas hierbas en pie deliberadamente, hace que las cosechas sean más estables y protege la biodiversidad».

El estudio ofrece recomendaciones para acciones prácticas

Los investigadores utilizaron sus datos para derivar varias recomendaciones de acción para agricultores, formuladores de políticas y asesores de conservación de la naturaleza:

  • Gestionar más tierras en una región de forma orgánica: esto fortalece el número de polinizadores, incluso en campos convencionales.
  • Preservar hábitats seminaturales como setos, pastizales calcáreos y huertos: estas áreas son esenciales para los polinizadores, especialmente para las abejas solitarias.
  • Permita cantidades moderadas de malezas: éstas proporcionan fuentes de alimento importantes para las abejas silvestres y las moscas sírfidas sin reducir necesariamente los rendimientos.
  • Evite las áreas de floración excesivamente extensas: Si demasiados cultivos florecen simultáneamente en una misma zona, existe el riesgo de efectos de dilución, ya que los polinizadores se distribuyen en áreas más extensas. Esto puede reducir el rendimiento de la polinización en campos individuales.

Más información: Denise Bertleff et al., Los polinizadores silvestres y las abejas melíferas responden de forma diferente a la agricultura ecológica a escala de paisaje y aumentan la producción de girasol, Journal of Applied Ecology (2025). DOI: 10.1111/1365-2664.70156



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