Cómo alimentar tomates de interior.


En los últimos años, ha habido un claro aumento del interés por el cultivo de tomates de interior. Esta tendencia es bastante fácil de explicar. Cualquiera puede cultivar tomates en casa si quiere aportar algo nuevo a su diseño ecológico. Esto no requiere mucho espacio, solo el alféizar de una ventana o un pequeño rincón en el balcón. Además, las variedades modernas de tomates, como «Bonsai» o «Balcony», están especialmente diseñadas para el cultivo de interior y no requieren grandes superficies.


Cultivar tomates de interior no sólo es una actividad útil, sino también una fuente de placer. El proceso de ver crecer las plantas, cuidarlas y finalmente cosecharlas genera alegría y satisfacción. Aunque la inversión inicial en semillas, macetas, tierra y bombillas LED puede parecer alta, muchos están dispuestos a derrochar.

Los tomates de interior no sólo son sabrosos. Se convierten fácilmente en un elemento atractivo del interior. Las frutas de colores brillantes y las plantas verdes añaden color y vivacidad a cualquier espacio. Muchos decoran los alféizares de sus ventanas y balcones, convirtiéndolos en minihuertos, lo que crea un ambiente acogedor en la casa.

¿Por qué es necesario fertilizar los tomates de interior en una maceta?

Uno de los principales factores que afectan el crecimiento de los tomates de interior es el espacio limitado en la maceta. A diferencia de las plantas plantadas en campo abierto, los tomates de interior tienen un acceso limitado a nutrientes y agua. La tierra de la maceta se agota rápidamente y, sin una fertilización regular, las plantas pueden experimentar una deficiencia de micro y macroelementos esenciales.

La falta de nutrientes puede provocar diversas enfermedades y debilitamiento de las plantas. Y viceversa: los fertilizantes ayudan a fortalecer el sistema inmunológico de los tomates, haciéndolos más resistentes a enfermedades y plagas. Las plantas sanas soportan más fácilmente condiciones desfavorables, como, por ejemplo, la falta de luz, típica de las estaciones nubladas y frías. 

Los fertilizantes contienen todos los elementos necesarios para el pleno crecimiento y desarrollo de las plantas. El nitrógeno, el fósforo, el potasio y otros oligoelementos contribuyen a la formación de los ovarios, mejorando el sabor de las frutas y aumentando su cantidad. La fertilización regular le ayudará a obtener una cosecha más abundante y de mayor calidad.

Cómo alimentar tomates de interior.

Se recomienda alimentar a los tomates de interior cada 2-3 semanas durante el período de crecimiento activo. Es importante recordar que el exceso de fertilizante puede provocar quemaduras químicas en las raíces, por lo que hasta las primeras cuatro semanas es mejor utilizar biofertilizantes caseros o comprados.

Macronutrientes esenciales

Para un crecimiento completo, los tomates necesitan los siguientes macroelementos:

1. Nitrógeno (N): responsable del crecimiento de la masa verde.

2. Fósforo (P): promueve el desarrollo del sistema radicular y la floración.

3. Potasio (K): mejora la estabilidad general de la planta y promueve la formación de frutos.

Horario de alimentación aproximado para tomates de interior.

En la etapa de crecimiento, las primeras 4 semanas (biofertilizantes caseros o ya preparados), a partir de las 6 semanas, énfasis en fertilizantes comerciales nitrogenados a la mitad de la dosis.

Aquí tienes la receta de infusión de plátano más sencilla y famosa para empezar con tomates caseros. Necesitarás 2-3 cáscaras de plátano y agua. Corta la cáscara en trozos pequeños. Colócalos en un frasco y llénalo con agua. Dejar actuar 2-3 días y luego colar. Diluir la infusión con agua en una proporción de 1:3 y utilizar para regar. Esta infusión contiene fósforo y potasio.

Por cierto, incluso en la etapa de preparación de la mezcla de tierra, puedes hacer un aditivo a partir de cáscaras de huevo. Recoge y lava bien las cáscaras de huevo. Moler en una licuadora o mortero hasta obtener polvo. Agregue a la mezcla de tierra y mezcle bien. Las cáscaras de huevo son una fuente de calcio, que fortalece las raíces y los tallos en desarrollo. 

Durante la floración aumenta la proporción de fósforo y potasio.

Durante el período de fructificación, continúe abonando con énfasis en el potasio.

Cada elemento del fertilizante desempeña su propio papel único. Por ejemplo, el nitrógeno es responsable del crecimiento de la masa verde, el fósforo favorece el sistema radicular y la floración y el potasio mejora el sabor de las frutas. El fertilizante complejo le permite mantener el equilibrio de todos los elementos necesarios, lo cual es especialmente importante para los tomates de interior, que pueden tener dificultades para obtener nutrientes de un volumen limitado de suelo.

Los supermercados ofrecen multitud de mezclas de fertilizantes para cualquier etapa de crecimiento con un alto contenido en aquellos nutrientes que se necesitan en este momento. Además, muchos ofrecen fertilizantes líquidos ya preparados que son fáciles y cómodos de usar en casa. 

Por último, abonar cada 2-3 semanas, alternando abonos orgánicos y minerales. Por ejemplo, puede utilizar infusión de plátano y luego añadir un fertilizante mineral complejo.