Un nuevo mapa genómico internacional permitirá desarrollar variedades de avena más productivas, nutritivas y resistentes al cambio climático.
Redacción Mundo Agropecuario
La avena, uno de los granos más saludables y versátiles del mundo, acaba de recibir un impulso científico de proporciones históricas. Un consorcio internacional de investigadores ha logrado construir el primer pangenoma completo de avena, un avance que ofrece una visión sin precedentes de la diversidad genética de este cultivo y abre nuevas posibilidades para su mejoramiento agrícola.
El estudio, publicado recientemente en Nature, reunió el trabajo de más de 60 científicos de Europa, América del Norte y Oceanía, quienes analizaron el ADN de decenas de variedades cultivadas y silvestres de avena. El resultado es un “catálogo” detallado de los genes que determinan características fundamentales como resistencia a enfermedades, tolerancia a la sequía y valor nutricional.
Un genoma complejo, finalmente descifrado
Hasta ahora, la mejora genética de la avena había avanzado más lentamente que la de otros cereales como el trigo o el maíz. La razón principal: su genoma es extremadamente complejo, con seis copias de cada cromosoma (es decir, es hexaploide), lo que dificulta identificar qué genes están vinculados con rasgos de interés agrícola.
El nuevo pangenoma permite comparar de manera directa las diferencias entre variedades, identificar regiones del ADN asociadas a características agronómicas clave y entender mejor cómo la avena se ha adaptado a distintos entornos desde su domesticación.
Los investigadores señalan que este mapa genético facilitará la selección asistida por marcadores, una herramienta de precisión que acelera el desarrollo de nuevas líneas con mayor rendimiento, mejor calidad de grano y resistencia a plagas y hongos, como la roya coronada, una de las enfermedades más dañinas del cultivo.
La avena, un cultivo con futuro sostenible
Más allá del interés científico, este avance tiene implicaciones directas en la seguridad alimentaria y la sostenibilidad agrícola. La avena requiere menos insumos que otros cereales, se adapta bien a suelos pobres y húmedos, y contribuye a diversificar los sistemas de rotación de cultivos, ayudando a conservar la salud del suelo.
Además, su creciente demanda en la industria alimentaria —en productos como bebidas vegetales, harinas integrales y alimentos funcionales— ha despertado un renovado interés por incrementar su productividad sin perder su calidad nutricional, rica en fibra, proteínas y antioxidantes.
El pangenoma también puede contribuir a reducir el impacto ambiental del cultivo, al permitir el desarrollo de variedades más eficientes en el uso del nitrógeno y el agua, aspectos cada vez más relevantes frente a los escenarios de cambio climático y escasez de recursos.
Un esfuerzo científico global
El proyecto fue liderado por el International Oat Consortium, con la colaboración de universidades de Canadá, Estados Unidos, Suecia, Finlandia y Australia. Para construir el pangenoma, los científicos secuenciaron el ADN de 30 accesiones representativas de la diversidad global del cultivo, incluyendo especies silvestres de Avena fatua y Avena sterilis.
El análisis permitió identificar más de 300.000 variantes genéticas únicas y reconstruir cómo se han combinado a lo largo del tiempo. Con esta información, los investigadores establecieron una base de datos pública que servirá como referencia mundial para programas de mejoramiento y estudios evolutivos del género Avena.
Entre los hallazgos más relevantes destacan varios genes asociados con la síntesis de betaglucanos, compuestos solubles que reducen el colesterol y fortalecen el sistema inmunológico. También se identificaron variantes vinculadas con la resistencia a la roya y con una mejor eficiencia fotosintética, factores que pueden incrementar la productividad en condiciones de estrés ambiental.
Beneficios directos para productores y consumidores
El impacto de este descubrimiento no se limita a los laboratorios. Los productores podrán acceder a herramientas moleculares que les permitirán seleccionar las variedades más adecuadas para cada región o sistema productivo. En paralelo, la industria alimentaria dispondrá de información genética para optimizar el uso de la avena en nuevos productos funcionales y saludables.
En palabras de los investigadores, este trabajo “marca el comienzo de una nueva era para el cultivo de la avena”, al equiparar su potencial genético con el de otros granos ampliamente estudiados. La combinación de genómica avanzada, inteligencia artificial y agricultura de precisión podría convertir a la avena en un cultivo modelo para la producción sostenible y nutricionalmente superior del siglo XXI.
Referencias
https://phys.org/news/2025-10-oat-pangenome-reveals-keys-crop.html
