Desde captar la atención de los agricultores con innovaciones inesperadas como recubrimientos de semillas de algas hasta beneficios reales de plantación, las empresas quieren complacer a sus clientes.
El tratamiento de semillas antes de la siembra existe desde hace muchos siglos y no va a detenerse en su desarrollo. Con una tasa compuesta anual de casi el 10 %, se espera que el mercado mundial de tratamiento de semillas supere los 11 500 millones de USD para 2029, según el Informe de ResearchAndMarkets.
La fuerza impulsora detrás de esta tendencia es la mejora continua de tecnologías, equipos y la introducción de innovaciones biológicas.
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Si bien los tratamientos químicos actualmente ocupan una gran parte del mercado de tratamiento de semillas, se espera que los segmentos de tratamiento biológico de semillas crezcan significativamente durante los próximos siete años.
“La popularidad actual de los tratamientos de semillas se debe en gran medida a las mejoras en los equipos de procesamiento, la eficiencia del producto y nuestra comprensión del control de plagas y la dinámica del rendimiento”, dice Richard Shaw, gerente de desarrollo de productos de AgriThority, quien ha estado desarrollando productos de semillas a lo largo de su carrera. – Un ejemplo llamativo de la época es que ahora los gobiernos de diferentes países están fomentando el desarrollo de bioproductos para semillas. Por lo tanto, más de un tercio de las nuevas biotecnologías en la producción de cultivos en los últimos 10 años se están probando para la posibilidad de tratamiento de semillas.
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Los desarrolladores de bioproductos para el tratamiento de semillas se están enfocando en micronutrientes y aminoácidos, bioinoculantes, la posibilidad de usar el fármaco en dosis bajas y nuevas fuentes, como el recubrimiento de semillas a base de microalgas.
En general, los tratamientos de semillas con agroquímicos son más beneficiosos durante las primeras etapas de germinación y establecimiento de la planta, ya que muchas plagas causan el mayor daño durante las primeras semanas después de la siembra. Dado que los costos de producción aumentan constantemente, es más rentable para los agricultores suprimir las plagas que luchar contra una invasión en una temporada en la que el éxito no siempre está garantizado.
En lo que respecta a los bioestimulantes para el tratamiento de semillas, pueden ayudar a superar el estrés abiótico temprano en la temporada, como las bajas temperaturas o los suelos duros, manteniendo así las plantas productivas en las últimas etapas del cultivo.
“En algunas regiones/países, por cuestiones logísticas o económicas, como en Argentina, rara vez se utiliza la fertilización en surcos, y la aplicación foliar con inclusión de bioestimulantes depende demasiado de la aspersión de otros productos. Por ejemplo, es posible que los agricultores no deseen realizar una pulverización foliar solo para aplicar un nuevo bioestimulante. En este sentido, la economía del procesamiento de semillas parece más atractiva. La cantidad de producto necesaria para el tratamiento de semillas es mucho menor que la aplicación en surcos o en hojas, especialmente para cultivos de baja densidad”, dice Ignacio Colonna, Director Global de Ciencia y Tecnología de AgriThority.
(Fuente: agrithority.com.)
