¿Es posible eliminar los hongos dañinos y conservar los beneficiosos al tratar con un fungicida?


El uso de fungicidas es una de las principales herramientas para proteger los cultivos de enfermedades causadas por hongos patógenos. Sin embargo, surge una duda fundamental: ¿es posible eliminar únicamente los hongos dañinos sin afectar a aquellos que son beneficiosos para las plantas y el suelo?


Redacción Mundo Agropecuario

La respuesta no es sencilla, pues depende del tipo de fungicida, del modo de acción y del manejo integrado que se aplique en el campo.

Hongos: enemigos y aliados en el agro

En la agricultura, no todos los hongos son perjudiciales. Algunos, como Fusarium o Botrytis, provocan pérdidas millonarias cada año al atacar raíces, tallos, hojas o frutos.

Pero también existen hongos beneficiosos como Trichoderma, Beauveria o las micorrizas, que mejoran la salud del suelo, estimulan el crecimiento vegetal y protegen contra plagas y enfermedades. Estos organismos cumplen un papel esencial en la agricultura sostenible y la fertilidad de los suelos.

Cómo actúan los fungicidas

Los fungicidas convencionales suelen tener un amplio espectro de acción, lo que significa que pueden afectar tanto a hongos patógenos como a algunos benéficos presentes en el ecosistema del suelo.

Existen distintos tipos:

  • De contacto: permanecen en la superficie de la planta, afectando a esporas de hongos.
  • Sistémicos: penetran en los tejidos vegetales y actúan desde el interior.
  • Selectivos: dirigidos a procesos específicos del hongo (respiración, síntesis de membranas, etc.), lo que reduce el impacto en otros organismos.

¿Se pueden conservar los hongos beneficiosos?

Aunque ningún fungicida asegura una “eliminación exclusiva” de hongos dañinos, sí existen enfoques que ayudan a proteger los microorganismos útiles:

  1. Uso de fungicidas selectivos: algunos productos biológicos o de última generación tienen un impacto más reducido en hongos benéficos.
  2. Biocontrol con hongos antagonistas: emplear Trichoderma u otros agentes de control biológico puede desplazar a los patógenos sin dañar la microbiota.
  3. Rotación y manejo integrado: alternar el uso de químicos con prácticas culturales (rotación de cultivos, manejo de humedad, variedades resistentes) disminuye la dependencia de fungicidas.
  4. Aplicación localizada: aplicar el producto solo en áreas afectadas reduce el impacto en el ecosistema del suelo.

Hacia un manejo equilibrado

La clave no está en eliminar totalmente a los hongos patógenos, sino en mantener un equilibrio en la microbiota del suelo y la planta. Los enfoques modernos de protección vegetal buscan combinar fungicidas de bajo impacto con bioproductos y manejo cultural, logrando así un control eficaz y más respetuoso con el medio ambiente.

De esta manera, es posible reducir los efectos negativos sobre los hongos beneficiosos y conservar su papel esencial en la productividad agrícola.



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