Pedro Raúl Solórzano Peraza
Los laboratorios que realizan análisis de suelos con fines de fertilidad, pueden utilizar diferentes metodologías para extraer y determinar los nutrientes de una muestra de suelo. Por existir diversas metodologías, cada laboratorio debe indicar en su reporte de resultados la solución extractora utilizada.
Para asociar lo que extraen las raíces de una planta con lo que extrae una solución extractora y que ésta pueda ser adoptada como metodología válida, debe existir una correlación satisfactoria entre el rendimiento de dicha planta y el nivel de nutriente extraído. Es decir, a grandes rasgos, las concentraciones bajas de nutrientes extraídas con la solución deben coincidir con rendimientos bajos de las plantas, y las concentraciones altas deben coincidir con rendimientos altos. Entre ambos se establecen los niveles críticos de respuesta.
En el país, para la extracción de fósforo (P), unos laboratorios extraen del suelo este nutriente con solución Olsen, otros laboratorios lo hacen con solución Bray 1 y otros con solución Carolina del Norte. La composición de esas soluciones extractoras son diferentes y, por lo tanto, extraen diferentes cantidades y formas de P de una misma muestra de suelo. Los resultados obtenidos con cada solución extractora han sido calibrados con la respuesta de las plantas a este nutriente, lo que ha permitido establecer categorías de respuesta identificadas como BAJO, MEDIO y ALTO.
Olsen es una solución de NaHCO3 0,5N y es la más débil de estas tres, luego Bray 1 es una mezcla de NH4F 0,03N + HCl 0,025N, y finalmente Carolina del Norte es una mezcla de dos ácidos fuertes, H2SO4 0,025N + HCl 0,05N y por lo tanto es la más fuerte de las tres y la que extrae mayor cantidad de P. Lógicamente, para cada solución extractora existe una tabla con los valores de la concentración de P correspondientes a las diferentes categorías de respuesta de las plantas a este nutriente. Dichas tablas de referencia son las siguientes:
CATEGORÍA
P mg kg-1
BAJO MEDIO ALTO MÉTODO
<5,0 5,0-10,0 >10,0 Olsen
<7,0 7,0-20,0 >20,0 Bray 1
<11,0 11,0-31,0 >31,0 C. del Norte
Esos valores indican, que si se somete una misma muestra de suelo a extracciones separadas con estas tres soluciones para determinar P aprovechable, los tres valores deben ser bastante diferentes. Por ejemplo, si consideramos que ese suelo tiene un contenido de P aprovechable en el límite superior de la categoría MEDIO, el resultado de ese análisis debería ser 10 mg kg-1 de P cuando la extracción se realiza con solución Olsen, 20 mg kg-1 con Bray 1 y 31 mg kg-1 de P con Carolina del Norte. Hasta aquí la interpretación de los resultados es correcta, pero también es el punto de partida para lo que considero una enseñanza errada de esta interpretación.
Todo comenzó cuando asistí a una charla de un joven ingeniero agrónomo, quien a partir de un análisis de suelo con una concentración de P extraído con solución Olsen expresada en ppm (mg kg-1), lo transformó en kg de P/ha. El análisis de suelo reportó 10 mg kg-1 de P, y los cálculos del joven transformaron ese valor en 22,5 kg de P/ha (igual a 51,5 kg de P2O5/ha), considerando una densidad aparente del suelo de 1,5 ton/m3 y una profundidad de 0,15 m. Por supuesto, hice el planteamiento de que si la extracción hubiera sido con solución Bray 1 el reporte del laboratorio hubiese sido 20 mg kg-1, equivalentes a 45 kg de P/ha (igual a 103,05 kg de P2O5/ha); y si la extracción se hubiera realizado con solución Carolina del Norte el reporte del laboratorio hubiese sido 31 mg kg-1, equivalentes a 69,75 kg de P/ha (igual a 159,7 kg de P2O5/ha).
Entonces, ¿cuántos kg de P aprovechable/ha contiene ese suelo?, ¿Serán 22,5; 45 o 69,75 kg de P/ha?. Hacer esa transformación de mg kg-1 a kg/ha es un error conceptual y no debe continuar multiplicándose esa enseñanza errada. Cuando un reporte de laboratorio indica que la concentración de P corresponde a la categoría BAJO es porque en ese suelo las plantas responderán claramente a la aplicación de fertilizantes fosfatados; si corresponde a la categoría MEDIO la respuesta de las plantas será moderada; y si corresponde a la categoría ALTO no habrá respuesta de las plantas a la aplicación de fertilizantes fosfatados. Aquí debe terminar la interpretación de los resultados de análisis de rutina de suelos con fines de fertilidad.
En la actualidad, este error lo cometen muchos profesionales del agro porque ha continuado su divulgación en aulas de clases, laboratorios, en congresos y en otros medios donde se presentan e interpretan análisis de suelos con fines de fertilidad.
Pedro Raúl Solórzano Peraza es colaborador destacado de Mundo Agropecuario
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