El proyecto Diverfarming evalúa el impacto de los cultivos intercalados y la gestión agrícola en la dinámica del carbono orgánico del suelo en cuatro regiones climáticas de España, Italia y Finlandia
by University of Córdoba
La agricultura sostenible surge como una estrategia clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, que busca reducir la pobreza y el hambre, y hacer frente al cambio climático preservando los recursos naturales. En este sentido, el aumento de las reservas de carbono orgánico del suelo puede representar un paso importante hacia el desarrollo de sistemas agrícolas más sostenibles. Teniendo en cuenta que el carbono orgánico del suelo se considera uno de los indicadores más importantes de la calidad del suelo y la sostenibilidad agronómica debido a su impacto en otras propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, el aumento (o evitación de pérdidas) en el carbono del suelo será determinante en esta marcha hacia la sustentabilidad agrícola y ambiental.
Con el objetivo de evaluar el impacto en el ciclo del carbono del suelo de aquellas prácticas de intercalado y bajos insumos que se han implementado dentro del proyecto, un equipo de investigadores de la Universidad de Portsmouth, la Estación Experimental Aula Dei del CSIC, la Universidad de Cartagena, el Consiglio per la ricerca in agricoltura e l’analisi dell’economia agraria en Italia (CREA) y el Instituto de Recursos Naturales LUKE en Finlandia evaluaron los cambios en el carbono orgánico del suelo en cuatro estudios de caso en los que probaron prácticas agrícolas sostenibles y de cultivos intercalados durante más de ocho años.
El uso de un modelo ECOSSE modificado para evaluar el impacto del manejo agrícola y de cultivos intercalados en la dinámica del carbono orgánico del suelo reveló que el tipo de cultivo, la labranza y el tipo de enmienda orgánica son los factores que tienen los mayores impactos en el carbono orgánico del suelo.
En el caso de estudio español de Murcia, en nueve años la adición de compost y el uso de cubiertas vegetales en los sistemas diversificados produjeron un aumento del carbono orgánico del suelo, en comparación con el manejo convencional. Con respecto a los casos de estudio en Foggia (Italia) y Huesca (España) se modelizó el efecto de la labranza sobre las reservas de carbono orgánico del suelo en secano, y se pronosticó un impacto positivo cuando la decisión fue de no labranza.
En concreto, en el ensayo de cereales en Huesca se certificó la gestión integrada de labranza cero y el aporte de estiércol como la mejor estrategia para aumentar el carbono orgánico del suelo, que podría duplicarse en 20 años siguiendo estas estrategias, frente a las prácticas actuales.
Esta evaluación también se utilizó para comprender el impacto de los cultivos intercalados en las regiones boreales de Finlandia, donde existe una tendencia a la disminución de las reservas de carbono del suelo (0,4 % menos por año). Según los resultados, la pérdida de carbono orgánico del suelo en los cereales tradicionales se puede evitar introduciendo cultivos de gramíneas o leguminosas en las rotaciones de cereales convencionales y añadiendo estiércol.
Tanto las simulaciones como las mediciones revelaron que, al considerar el cultivo intercalado, la ganancia de carbono orgánico del suelo es mayor en las zonas experimentales de las regiones mediterráneas que en los ecosistemas boreales.
Este estudio proporciona nuevos conocimientos sobre el potencial de los cultivos intercalados y las prácticas agrícolas sostenibles para aumentar el carbono orgánico del suelo en diferentes regiones edafoclimáticas de Europa.
La investigación fue publicada en Frontiers in Environmental Science .
Más información: Khadiza Begum et al, Modeling Soil Carbon Under Diverse Cropping Systems and Farming Management in Contrasting Climatic Regions in Europe,
Frontiers in Environmental Science (2022). DOI: 10.3389/fenvs.2022.819162