Qué se debe considerar en el deshierbe agroquímico de la soja
Un experto estadounidense proporcionó trucos agronómicos útiles para los productores de soja en un artículo publicado en el portal www.agriculture.com.
“Cuando se trata de rociar malezas, hay puntos clave a tener en cuenta: rocíe malezas pequeñas, aplique herbicidas residuales, obtenga una buena cobertura.
Según una investigación de la Universidad de Nebraska-Lincoln, si las malas hierbas crecen hasta 20 cm, el rendimiento de la soja puede caer un 6 %; Las malas hierbas de treinta centímetros pueden reducir el rendimiento en un 10%.
Este año, la oferta y el precio de los herbicidas son un desafío para los productores. “Los agricultores deben hacerlo bien la primera vez y adoptar un enfoque más estratégico”, dice Leslie Lloyd, agrónoma de AgriGold.
Por ejemplo, recomienda que los agricultores usen una mezcla de herbicidas de preemergencia que requieren mucha agua para activarse y algunos que requieren muy poca agua para que los agricultores estén protegidos sin importar cuánta lluvia necesiten los pesticidas para activarse.
La cantidad de precipitación que se requiere para activar un herbicida residual depende de muchos factores, incluida su solubilidad en agua, la sensibilidad de las malezas al ingrediente activo, el desarrollo de malezas tras la aplicación y más.
Si una formulación de preemergencia con dos o tres mecanismos de acción no estaba disponible en el momento de la siembra, dice Lloyd, tenga en cuenta que se pueden agregar muchos residuos al rociado de postemergencia. Señala que algunos agricultores usan herbicidas residuales antes de plantar y los agregan a la fumigación posterior a la emergencia.
La disponibilidad de glifosato es otra preocupación. “No se trata solo de la disponibilidad del producto, también se trata del costo, que ha crecido significativamente en comparación con hace tres años. Esta situación conducirá a aplicaciones más precisas y oportunas”, dice Lloyd.
La búsqueda de malas hierbas se vuelve crucial para tratamientos costosos. Lloyd explica: «Si no necesita un determinado producto porque no tiene este tipo de malas hierbas, ahorra dinero».
La regla general es inspeccionar los campos entre 14 y 21 días después de la siembra.
“Las fumigaciones de postemergencia suelen realizarse tres semanas después de la siembra, por lo que es un buen momento para determinar qué especies de malas hierbas están presentes”, explica el experto.
Cuando aplique un herbicida de postemergencia, asegúrese de aplicarlo correctamente. Los precios actuales y la escasez de suministros significan que la repetición del trabajo no es una opción.
Un error común que Lloyd ve en su área es no usar suficiente agua con herbicidas de glufosinato. “Más agua significa más cobertura. En muchos casos, y no solo con glufosinato, usar suficiente agua ayudará a los agricultores a evitar costosos re-rociados”, explica, recordándoles que se ciñan a las etiquetas”.
(Fuente: www.agriculture.com. Foto: pixabay.com).