Hoy, el mercado de bioproductos para plantas y entomófagos brinda una oportunidad para casi el 100% de la producción de cultivos. Lo principal es saber cuándo aplicar ciertos componentes en una estrategia orgánica.
Los consultores expertos Aldo van Os y Mark Welders, socios de The Conscious Farmer, compartieron su experiencia de protección orgánica por encima y por debajo del suelo en un artículo publicado en www.hortidaily.com. Han estado estudiando la bioseguridad de los cultivos durante décadas y recientemente abrieron sus laboratorios certificados Soil Food Web en Alemania y Medio Oriente.
“El agricultor consciente trabaja con organismos benéficos y productos fitosanitarios naturales sin el uso de químicos. En la superficie, trabajamos con mariquitas, avispas y ácaros entomófagos. Y bajo tierra, con amebas, bacterias y hongos. Estos beneficios nos funcionan todos los días, los siete días de la semana”, declaran unánimemente los expertos.
Según Mark Welders, la base para la protección de cultivos se establece bajo tierra: “Un bioma de suelo saludable proporciona la gama más amplia de nutrientes para su cultivo. Una nutrición adecuada es la base de un sistema inmunológico fuerte, no solo para nosotros los humanos, sino también para las plantas. Y los microbios del suelo siguen siendo las mejores y más poderosas plantas biofertilizantes. Y cuando las plagas y enfermedades aparecen sobre el suelo, las combatimos usando depredadores naturales y fumigando con biopesticidas naturales”.
Los expertos dicen que la protección biológica de las plantas cuesta la mitad por metro cuadrado que la agroquímica. Si, por supuesto, todo se hace sabiamente: “En el control biológico, un pequeño cambio afectará toda su estrategia. Este es un juego de ligas mayores. Como entrenador de fútbol, tienes que poner a tus jugadores en la posición correcta en el momento correcto y vigilarlos».
“Es muy importante formar su equipo de beneficios desde el principio, y no cuando ya es demasiado tarde. Los agricultores que dejan las cosas para el último minuto terminan teniendo que comprar más controles o usarlos con más frecuencia”, explica Aldo. – Sabemos en qué trampas suelen caer los fabricantes. El uso de insectos, biosprays o microbios en el momento equivocado, demasiado pronto o demasiado tarde, crea más problemas de los que resuelve. Por ejemplo, al género de esporas molidas Fusarium le gusta colonizar sustratos y suelos estériles y se activa solo cuando solo estos están presentes. Por lo tanto, es importante establecer una microbiología saludable una vez que comience con un nuevo sustrato mediante la esterilización del sustrato o suelo anterior”.
Los expertos aconsejan elaborar un plan de bioseguridad individual, identificando todos los riesgos potenciales, es decir, cubriendo cerca del 95% de las amenazas potenciales al inicio de la temporada.
“El plan para este año es la base. Luego, con su informe de reconocimiento semanal, ajustará el plan sobre la marcha. Para la exploración subterránea, son útiles las herramientas para escanear rápidamente el suelo en busca de actividad biológica y viabilidad, la presencia de patógenos y otros indicadores bajo un microscopio. En general, observamos que a los fabricantes les resulta difícil planificar una estrategia de bioseguridad. A menudo es más fácil para ellos simplemente reaccionar cuando hay un problema. En nuestro enfoque, llamamos a salir de este modo reactivo a favor de la defensa preventiva. Es decir, en el modo reactivo, las plagas y enfermedades gobiernan al productor, y en el modo preventivo, el productor está al mando”, concluyeron los expertos.
(Fuente: www.hortidaily.com.