El trigo es el segundo grano más producido del mundo (784,91 millones de toneladas métricas) después del maíz (1235,71 millones de toneladas métricas) en la cosecha 2023/24, y la adopción de prácticas de agricultura de precisión y conservación está ayudando a dar a este cultivo vital el estatus de protector ambiental.
El trigo desempeña un papel importante para garantizar la seguridad alimentaria mundial. Sin embargo, su producción agrícola intensiva, orientada a maximizar los rendimientos y los beneficios económicos asociados, plantea interrogantes sobre su respeto al medio ambiente.
El 17 de marzo, la Asociación Nacional de Productores de Trigo (NAWG) anunció los resultados de una evaluación integral del ciclo de vida (LCA) que muestra un progreso significativo en la sostenibilidad de la producción de trigo de EE. UU. El estudio destaca reducciones significativas en las emisiones de gases de efecto invernadero, el consumo de energía, el uso del agua, el uso de la tierra y la erosión del suelo en términos de bushels durante las últimas décadas.
En colaboración con la Fundación Nacional del Trigo (NWF) y la Asociación Estadounidense del Trigo (USW), NAWG evaluó los impactos ambientales de la producción de trigo en los Estados Unidos. El estudio fue realizado por expertos de AgriLife Research de la Universidad Texas A&M y del Instituto AgNext de la Universidad Estatal de Colorado. El estudio proporciona una descripción detallada de las mejoras ambientales en las prácticas de cultivo de trigo de 1978 a 2018.
Los científicos analizaron la huella ecológica de la producción de trigo desde la materia prima hasta la entrega del grano, prestando especial atención a las prácticas agrícolas locales. Se recopilaron datos de 110 granjas arquetípicas que abarcan las principales regiones de cultivo de trigo en los Estados Unidos, lo que proporciona una visión amplia y representativa de las tendencias de la industria.
Los hallazgos clave incluyen:
- Las emisiones de gases de efecto invernadero se redujeron en un 33% mediante un uso más eficiente de fertilizantes y una aplicación precisa de fertilizantes.
- El consumo de energía se redujo en un 57% debido a la mejora en la eficiencia del combustible y la reducción de la labranza.
- El consumo de agua se redujo en un 46% debido al aumento del rendimiento por unidad de agua y a la reducción del riego.
- El uso de la tierra se ha reducido en un 45% debido a numerosas mejoras de producción y a la reducción de las áreas de cultivo.
- La erosión del suelo se ha reducido en un 60% debido a la reducción de la labranza y otras mejoras de producción.
«Análisis previos sugirieron una disminución en el impacto ambiental del trigo, pero se necesitaba un estudio más detallado para comprender mejor las tendencias por bushel», dijo Chandler Goole, director ejecutivo de NAWG. «Estos resultados serán fundamentales para educar a la administración, a los legisladores y a las principales partes interesadas sobre los beneficios ambientales del trigo y contribuirán a fundamentar futuras iniciativas políticas».
«Los productores de trigo pueden estar orgullosos de ser guardianes del medio ambiente», afirmó Pat Clements, presidente de NAWG. Esta investigación ayuda a la industria del trigo a establecer una base para el seguimiento de nuestro progreso actual en indicadores clave y permitirá a los productores contribuir a contar la historia de cómo ha mejorado la sostenibilidad de la producción de trigo a lo largo de cuarenta años.
Fuente: Asociación Nacional de Productores de Trigo. (EEUU)
