Cuando pensamos en animales inteligentes, las especies de granja no suelen ser las primeras que nos vienen a la mente.

Por Megan Quail
Quizás nos imaginemos primates que usan herramientas o cuervos que resuelven rompecabezas. Pero mi investigación reciente sugiere que las ovejas, las cabras y las alpacas —elementos básicos de la granja— merecen más reconocimiento.
En dos estudios separados , evalué cómo estos animales aprenden, recuerdan y comprenden el mundo que los rodea. Los hallazgos revelan no solo que hemos subestimado sus capacidades cognitivas , sino también que existen diferencias importantes entre especies.
De los tres, las cabras resultaron vencedoras, superando tanto a las ovejas como a las alpacas en tareas que ponían a prueba la memoria y la resolución de problemas.
Las pruebas iniciales se centraron en la memoria espacial , que es la capacidad de recordar la ubicación de algo importante, como la comida . En la naturaleza, esta es una habilidad fundamental para la supervivencia. Los animales necesitan recordar dónde encontrar agua, comida o refugio.
Organicé un experimento sencillo. Cada animal debía localizar comida escondida en uno de varios cubos en un pequeño recinto. Una vez que aprendieron dónde estaba la comida, cambié las posiciones y comprobé la rapidez y precisión con la que la reubicaban.
Las cabras parecieron mostrar la memoria espacial más potente, encontrando la comida más rápido y cometiendo menos errores que las demás. Las ovejas también tuvieron un buen desempeño, aunque cometieron más errores que las cabras. Sin embargo, las alpacas tuvieron dificultades para completar las tareas dentro del límite de tiempo.
Esta memoria espacial más fuerte en las cabras podría estar relacionada con su historia evolutiva. Se han adaptado a buscar alimento en paisajes amplios y rocosos y probablemente han desarrollado una memoria aguda que les ayuda a orientarse eficientemente y a encontrar buenas fuentes de alimento.
El segundo estudio analizó habilidades cognitivas más complejas: la permanencia de los objetos, la competencia numérica y la categorización, todas ellas fundamentales para dar sentido a un mundo cambiante.
Quizás hayas comprobado la permanencia de los objetos sin darte cuenta, por ejemplo, si alguna vez has jugado al escondite con un bebé. Esta habilidad consiste en saber que un objeto sigue existiendo incluso cuando está oculto a la vista. Parece fácil, pero esta capacidad es un hito importante en el desarrollo humano. Otros animales utilizan la permanencia de los objetos para rastrear alimento, depredadores, presas o a sus propias crías. Es una habilidad esencial para la supervivencia.
Para este experimento, coloqué comida debajo de un vaso y fui aumentando la dificultad gradualmente. Añadí vasos vacíos o intercambié la posición de los vasos para que el animal tuviera que rastrear mentalmente la recompensa oculta.
Las cabras volvieron a destacar en esta tarea. Demostraron una mayor conciencia de la permanencia de los objetos que las ovejas y las alpacas, demostrando la capacidad de reconstruir mentalmente dónde se ocultaba el objeto.
En otras tareas, los tres podían distinguir entre cantidades mayores y menores de comida, y solían elegir el recipiente con más golosinas. Pero al agrupar formas que parecían similares, a todos les resultó igual de difícil.
Más inteligentes de lo que pensamos
En conjunto, estos estudios ofrecen evidencia que rebate la idea de que los animales de granja no estén dotados intelectualmente. Cada especie tiene diferentes fortalezas. Sin embargo, mi investigación sugiere que las cabras comprenden, recuerdan y procesan la información con mayor eficiencia en las habilidades evaluadas que las ovejas y las alpacas.
Comprender cómo piensan los animales no es solo un ejercicio académico; tiene implicaciones prácticas. Si conocemos mejor las capacidades cognitivas de un animal, podemos diseñar mejores entornos y mejorar su bienestar. También podemos predecir mejor cómo se comportarán al pastar o al adaptarse a nuevos entornos.
Por ejemplo, los animales con menor memoria espacial podrían necesitar ayuda adicional para desplazarse por un campo o recinto. Aquellos con mayores habilidades cognitivas podrían beneficiarse de entornos más estimulantes que les permitan explorar y resolver problemas.
Puede que en el corral ocurran más cosas de las que solemos suponer. Así que, la próxima vez que estés en un zoológico interactivo o pases por una granja, no te dejes engañar por sus pelajes lanudos ni su comportamiento. Sobre todo en lo que respecta a las cabras: puede que simplemente estén siendo más astutas que todos.
Más información: Megan R. Quail et al., ¿Recuerdan las ovejas? Comparación del comportamiento de búsqueda de alimento de ovejas y otras especies de ganado en una tarea de memoria espacial, Applied Animal Behaviour Science (2025). DOI: 10.1016/j.applanim.2025.106580
