Los pulgones, una de las plagas más molestas, ya han despertado y están en plena actividad poblando las plantas con el apoyo de sus protectoras, las hormigas. Los pulgones chupadores de savia, de cuerpo blando, son más dañinos a principios del verano, y luego son reemplazados por ácaros. Para combatir estos males, muchos recurren a métodos populares, entre ellos el jabón líquido y los insecticidas. Hay algunos puntos importantes que debes saber al utilizar estos productos.
El jabón líquido puede ayudar a controlar ciertas plagas (pero no todas), aunque de ninguna manera es un insecticida. Este es un detergente lavavajillas de uso doméstico, no un producto fitosanitario.
Como todos los detergentes sintéticos, los jabones líquidos contienen una gran cantidad de productos químicos, incluidos fosfatos, blanqueadores, enzimas, colorantes, fragancias y abrillantadores.
El líquido lavavajillas funciona disolviendo productos químicos grasosos como aceites, grasas y ceras, y hace un excelente trabajo al hacerlo. También es un potente desengrasante.
La teoría detrás del uso de jabón líquido contra las plagas de insectos es que elimina la capa protectora del cuerpo del insecto y hace que se seque.
Debido a este modo de acción, los insectos más susceptibles al jabón líquido son principalmente los pequeños, de cuerpo blando: pulgones, moscas blancas, trips y ácaros son buenos candidatos para ser rociados con agua jabonosa.
Los insectos grandes con un escudo fuerte, como los escarabajos de Colorado, no serán dañados.
Para un efecto protector, la solución de jabón líquido (agua jabonosa) no sólo debe tocar al insecto, sino cubrirlo por completo. Por lo tanto, no se deben ignorar las plagas que anidan en la parte inferior de las hojas: realice el tratamiento con cuidado y voltee las hojas. Rocíe con un chorro fuerte. Por su diligencia, recibirá una bonificación: muchos de estos pequeños insectos serán eliminados de la planta cuando rocíe, lo que le dará control físico y químico en una sola pasada.
¡Importante! Enjuague la planta con agua limpia dos o tres horas después de usar el detergente. El detergente no actúa sobre las plagas después del secado, pero obstruirá los poros de las hojas si no se lava el residuo.
Vuelva a aplicar el detergente cada dos o tres días hasta que las plagas desaparezcan y no lo use de manera preventiva: rociar jabón sobre las hojas cuando no hay insectos no hace nada, actúa por contacto.
Para un tratamiento casero contra insectos de cuerpo blando, utilice una concentración de 2 cucharaditas de líquido lavavajillas por cada frasco de medio litro de agua.
Para combatir las hormigas, prepare una solución más fuerte: 2 cucharadas por frasco de medio litro, agite bien y rocíe generosamente el hormiguero.
Recuerde que las concentraciones fuertes de jabón lavavajillas pueden quemar el follaje, especialmente cuando las plantas están estresadas, calientes o húmedas.
Nunca se debe rociar toda la planta, sólo las plagas. ¿Qué sucede cuando rociamos jabón lavavajillas diluido sobre las plantas? La solución elimina los aceites y ceras que se encuentran no sólo en los insectos dañinos, sino también en las plantas; los aceites y las ceras sirven para proteger las hojas.
Al eliminar la capa protectora de las hojas, les damos a los patógenos la oportunidad de establecerse e infectar las plantas.
¿Qué es el jabón insecticida?
Existen en el mercado jabones insecticidas diseñados específicamente para reducir la probabilidad de que las plagas dañen los cultivos.
El jabón insecticida es un pesticida de jardín que mata tanto los organismos dañinos como los beneficiosos. Y esto es jabón auténtico, no un detergente, o mejor dicho, una categoría especial del mismo.
El jabón común se elabora mezclando hidróxido de sodio o hidróxido de potasio con grasas. El producto final se llama sal de sodio del ácido graso o sal de potasio del ácido graso. Este es el ingrediente que se encuentra en la mayoría de los jabones de cuidado personal.
El jabón insecticida se elabora utilizando únicamente potasio, lo que produce un producto más suave y delicado que el sodio. También utiliza ácidos grasos de cadena larga, un tipo especial de grasa. Este jabón está especialmente diseñado para ser suave con las plantas.
Los jabones insecticidas son mucho menos dañinos para las plantas, pero ni siquiera ellos deben usarse para cubrirlo todo.
El jabón insecticida mata insectos como pulgones, cochinillas, ácaros y moscas blancas; controla artrópodos (tijeretas, ciempiés, garrapatas, moscas y hormigas). Desafortunadamente, mata las larvas de cuerpo blando de mariquitas y crisopas, que son insectos beneficiosos. Pero si se realiza una pulverización selectiva, los entomófagos no sufrirán ningún daño.
Algunas plantas son muy sensibles a los aerosoles de jabón y es mejor no utilizar detergentes en ellas: cereza, ciruelo, espino, guisante de olor, tomates.
En cualquier caso, cuando estés preocupado por las quemaduras en las hojas, haz una prueba: elige 2 o 3 hojas que puedas notar más tarde y rocíalas. Espere 24-48 horas. Si no se queman ni se enroscan las hojas de prueba, ¡todo está bien!
