Frente al cambio climático y la escasez de recursos hídricos, la ganadería mundial está adoptando estrategias sostenibles como la incorporación de granos resilientes como el mijo y el sorgo en la alimentación animal.
Redacción M.A.
El reto climático en la producción ganadera
La ganadería enfrenta múltiples desafíos derivados del cambio climático: aumento de temperaturas, sequías prolongadas, escasez de agua y reducción en la productividad de cultivos convencionales como el maíz y la soya. Ante este panorama, es urgente desarrollar sistemas alimentarios más resilientes y sostenibles. Uno de los enfoques emergentes es la nutrición climáticamente inteligente, que implica ajustar las dietas del ganado con ingredientes que se adapten mejor a las nuevas condiciones ambientales.
Mijo y sorgo: los granos del futuro
El mijo y el sorgo son cereales considerados «climáticamente inteligentes» por varias razones:
- Son altamente resistentes a la sequía.
- Requieren menos agua y fertilizantes en comparación con el maíz o la cebada.
- Tienen buen rendimiento en suelos pobres y bajo manejo.
- Emiten menos gases de efecto invernadero durante su producción.
Ambos granos tienen un perfil nutricional adecuado para la alimentación animal, especialmente en rumiantes y aves. Son ricos en fibra, energía metabolizable y contienen niveles moderados de proteína.
Ventajas nutricionales y zootécnicas
En la alimentación de bovinos, el mijo y el sorgo han demostrado ofrecer beneficios como:
- Mejora en la digestibilidad de la dieta cuando se trituran adecuadamente.
- Reducción de costos en zonas áridas donde el maíz es más caro o escaso.
- Incremento en la eficiencia de conversión alimenticia en sistemas semi-intensivos.
Estudios han mostrado que dietas con hasta un 40% de sorgo o mijo pueden mantener rendimientos productivos similares al uso de maíz, sin comprometer la salud animal.
Adaptación regional y seguridad alimentaria
El uso de estos granos favorece la seguridad alimentaria local, ya que muchas regiones africanas, asiáticas y latinoamericanas ya cultivan mijo y sorgo como parte de sus sistemas agrícolas tradicionales. Potenciar su uso en la ganadería puede:
- Impulsar la economía rural.
- Diversificar los cultivos en sistemas agroecológicos.
- Reducir la dependencia de insumos importados como el maíz transgénico o la soya.
Además, su cultivo es más compatible con prácticas de agricultura regenerativa, ya que mejora la cobertura del suelo y favorece la biodiversidad agrícola.
Casos exitosos y perspectivas futuras
En países como India, Nigeria y México, diversas cooperativas ganaderas han comenzado a incluir mijo perla y sorgo dulce en raciones para ganado lechero y de engorde. Los resultados han sido prometedores en términos de resiliencia frente a sequías, estabilidad en la producción de leche y carne, y reducción en los costos de alimentación.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) promueve la inclusión de cereales menores como parte de estrategias globales para enfrentar el cambio climático en la agricultura y la ganadería.
El mijo y el sorgo representan una solución innovadora, económica y ambientalmente viable para enfrentar la crisis climática desde el sector ganadero. Apostar por estos granos no solo mejora la eficiencia de los sistemas productivos, sino que también fortalece la soberanía alimentaria, la sostenibilidad y el bienestar animal.
Referencias
- FAO (2021). Smart Food: Millets and Sorghum – Resilient Crops for a Changing Climate.
https://www.fao.org - Singh, G. et al. (2020). «Nutritional potential of sorghum and millets in animal feeding.» Journal of Animal Nutrition, 34(2), 145-157.
- CGIAR (2022). Millets and Sorghum: Smart Grains for the Climate Crisis.
https://www.cgiar.org - IFAD (2020). Feeding the Future: Climate-resilient crops for drylands.
https://www.ifad.org
