Luis Alfonso Ortiz
Ingeniero de la Producción Agropecuaria y pequeño productor agrícola
Los agricultores lamentamos las prácticas de botar las cosechas que afecta nuestros campos agrícolas, la idiosincrasia del andino es de personas de bien y solidarios hacia los demas, siempre en momentos de cosecha parte de su rubros los regala al colectivo que se acerca a sus unidades de producción.
Ahora bien, para garantizar LA SEGURIDAD AGROALIMENTARIA el estado Venezolano debe garantizar combustibles hacia las zonas rurales, garantizar que las vías de acceso se encuentren en buen estado, proteger al campesino, apoyarlos con financiamientos, garantizarles que sus cosechas sean distribuidas a precios justos en los principales mercados del país. No permitir el «contrabando» de hortalizas del vecino país, que afecta la producción local, en un país normal se importa lo que nos hace falta , no lo que nos sobra.
El estado debe de generar políticas de protección a nuestro campo, a nuestros productores andinos que se encuentran tan deprimidos, apoyarlos con financiamiento, asesoramiento técnico, garantizarle cosecha segura, que cuando exista un excedente de producción, el estado, les ayude a su distribución.
La justicia debe ser equilibrada, así como se pretende sancionar a personas que botaron hortalizas por la crisis que se viene presentando en el pais,de la misma manera deben hacer con Tareck El Aissami y una serie de corrupto de cuello blanco que si atentaron de manera grotesca contra los bienes de la nacion, pero otra vez más, se ataca al más débil.
Por que no apoyar mas a el eslabón primario que labra la tierra, que dobla el espinazo e irriga la tierra con el sudor de su frente, el futuro de una nación, inicia desde el campo. Por qué no sancionar aquel comerciante que en Santa Filomena, Estado Trujillo Venezuela le devolvió y no le pagó el tomate que transportó y se lo tiró en su unidad de producción, allí es donde la justicia debe actuar, o sobre aquellos comerciantes que estafan a nuestros campesinos, que se llevan las cosechas a crédito y en muchos casos no son canceladas.
De seguir esta situación tan alarmante los agricultores se verán en la necesidad de abandonar sus campos, las hortalizas no quieren valer nada, debido a la poca capacidad de compra del Venezolano, los bajos sueldos que generan, no son suficientes para satisfacer sus necesidades y que hacemos nosotros los productores si nuestras cosechas no son transportadas, se nos pierden y dejarlas en el campo que se pudran e incorporarla como materia orgánica para volver a sembrar. Cada situación tiene tres puntos de vista la mía, la tuya y la real.