La lechería argentina podría estar a las puertas de un cambio significativo.
Redacción Mundo Agropecuario
Un equipo conjunto del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)-CONICET y de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) ha desarrollado en el país una vacuna experimental destinada a prevenir la Mastitis bovina, una enfermedad que representa una de las principales causas de pérdida de productividad en tambos argentinos. Según los primeros resultados de campo, la vacuna logró reducir en un cuantioso porcentaje la incidencia de infecciones intramamarias causadas por Staphylococcus aureus en vaquillonas de primera lactancia, lo que abre una vía estratégica hacia una alternativa de control más eficiente, menos dependiente de antibióticos, y adaptada a las condiciones nacionales.
Un desafío persistente en la producción lechera
En Argentina se estima que más de 9.000 establecimientos tamberos producen alrededor de 11.500 millones de litros de leche por año, sosteniendo decenas de miles de empleos directos e indirectos. La mastitis bovina, en ese contexto, es una amenaza constante: reduce la producción, afecta la calidad de la leche, incrementa costos de tratamiento —frecuentemente con antibióticos— y pone en riesgo la rentabilidad del tambo. Además, Staphylococcus aureus se perfila como uno de los agentes más difíciles de controlar pues muchas veces genera infecciones recurrentes, con bajo nivel de respuesta al tratamiento convencional.
¿Qué ofrece esta nueva vacuna?
El desarrollo local presenta varios elementos innovadores. La vacuna combina cuatro antígenos recombinantes junto a un adyuvante liposomal diseñado en los propios laboratorios del equipo investigador, lo que la diferencia de las formulaciones importadas actualmente disponibles en el mercado argentino. En los ensayos preliminares realizados bajo condiciones de campo, con vaquillonas de primera lactancia expuestas de forma natural, se registró una reducción del 60,7 % de nuevos casos de infección intramamaria y un alargamiento del tiempo libre de infección con respecto a animales no vacunados.
Estos resultados son muy prometedores porque no solo apuntan a reducir la incidencia de la enfermedad, sino también a extender los periodos sin nueva infección, lo cual tiene implicancias directas en la producción lechera, el bienestar animal y los costos operativos del tambo.
Aplicación práctica y beneficios para el tambo
Para el productor, esta vacuna puede convertirse en una herramienta de prevención de gran valor complementario al manejo sanitario tradicional. Si bien no reemplaza las buenas prácticas de ordeñe, la higiene de los equipos, la monitorización de la calidad de leche ni el control microbiano frecuente, suma un escalón más hacia un manejo más integral.
Entre los beneficios distintivos están: menor necesidad de antibióticos (algo clave en un mundo preocupado por la resistencia antimicrobiana), menor incidencia de producción perdida, mejora de la calidad del tanque de leche, y posiblemente, reducción del descarte de litros o del deterioro de la ubre que se traduce en menor vida productiva del animal.
Retos y consideraciones para el sector
No obstante, queda camino por recorrer para que esta vacuna esté disponible comercialmente y pueda usarse masivamente. Para ello, el equipo investigador deberá validar su eficacia en distintos rodeos, con diferentes contextos productivos, genotipos de vacas, variantes del agente patógeno y condiciones locales de manejo. Uno de los desafíos mencionados es comprobar que la protección se mantenga en rodeos con diferentes poblaciones de S. aureus y en escenarios variados, un paso clave antes de la producción a escala.
Desde el punto de vista económico y logístico, también se debe considerar el costo de la vacuna, las dosis requeridas, su integración a los protocolos de vacunación rutinarios de los tambos, así como su almacenamiento, transporte y administración eficiente. Además, aunque el beneficio ya se refleja en menores tasas de infección, el impacto total en la productividad —litros adicionales de leche, mejora en la vida útil del animal, menores tratamientos— debe evaluarse a lo largo del tiempo para que el productor pueda valorar su inversión.
Implicancias para la competitividad y la sostenibilidad
El desarrollo de una vacuna nacional tiene un valor estratégico más amplio. Significa que Argentina avanza en su capacidad de generar soluciones científicas adaptadas a su contexto productivo, lo cual refuerza el sistema de ciencia, tecnología e innovación agropecuaria. Para los tambos, esto implica que podrían acceder a una herramienta cuyo diseño desde el origen tiene en cuenta las condiciones nacionales (patógenos locales, sistemas de ordeñe típicos, dinámicas de producción argentinas) y no depender únicamente de fórmulas importadas que muchas veces subestiman esa heterogeneidad.
Desde la perspectiva de la sostenibilidad, reducir el uso de antibióticos en la producción lechera es un objetivo creciente a nivel global. Poder contar con una vacuna que reduzca la necesidad de tratamientos frecuentes y aporte a la salud del animal y del alimento, apunta hacia tambos más eficientes, con menor impacto microbiano y mejor reputación productiva.
Qué puede hacer el productor hoy
Aunque la vacuna aún no esté en el mercado comercial, los productores pueden ir preparado el terreno: revisar sus protocolos sanitarios, mantener actualizado su esquema de vacunación general, fortalecer las prácticas de control de mastitis (monitoreo, higiene de ordeñe, atención a la ubre, análisis de leche), y mantenerse al tanto de las novedades científicas y comerciales para implementarla cuando esté disponible. También puede ser útil evaluar el estado del rodeo: frecuencia de mastitis intramamaria, nivel de tratamientos antibióticos, pérdidas económicas por descarte de litros o vacas, para que el día que la vacuna esté disponible, pueda decidir en base a datos concretos el beneficio que podría obtener.
La vacuna experimental desarrollada por INTA-UNL frente a la mastitis bovina representa un avance sustancial para la lechería argentina: ofrece una nueva herramienta de prevención, con resultados alentadores de reducción de infecciones, de origen nacional, adaptada al contexto local. Para los tambos, es una señal de que la innovación está llegando a una enfermedad que cuesta millones en pérdidas anuales. Ahora la clave será que los ensayos avanzados confirmen su eficacia en diferentes escenarios y que el proceso comercial permita que llegue al establo. Mientras tanto, vale estar preparado, fortalecer el manejo sanitario y estar listo para incorporar esta innovación en cuanto esté disponible.
Referencias
https://intainforma.inta.gob.ar/avanzan-en-el-desarrollo-de-una-vacuna-para-prevenir-la-mastitis-bovina/
https://www.argentina.gob.ar/noticias/avanzan-en-el-desarrollo-de-una-vacuna-para-prevenir-la-mastitis-bovina
https://www.infobae.com/revista-chacra/2025/10/26/una-vacuna-argentina-que-entusiasma-al-tambo-avances-contra-la-mastitis-bovina/
