Doctrina del shock y la producción


Pedro Pablo Jijón Ochoa.


La periodista, escritora y activista canadiense Naomi Klein, autora de un importante número de artículos y autora de interesantes obras sobre temas políticos, escribió el libro «La doctrina del shock» en el año 2007.

El libro La doctrina del shock expone que las políticas económicas neoliberales (Milton Friedman y de la Escuela de Economía de Chicago) han logrado instaurarse a través de impactos en la psicología social a partir de desastres o contingencias, provocando que, ante la conmoción y el miedo generalizado, se puedan imponer reformas sociales, políticas y económicas antipopulares.

En Oriente Medio

Desde el enfoque geopolítico, la doctrina del shock la podemos evidenciar en las guerras inducidas, para lograr caos y apropiarse de recursos naturales; recordamos como ejemplo la guerra en Irak (2003 al 2011) donde supuestamente se fabricaban armas químicas, lo que ocasionó una contundente intervención de EE.UU., aduciendo combatir al terrorismo; ocasionando quiebra de su economía, su producción petrolera, daños en infraestructuras y del tejido social; para luego, los EE.UU., apoderarse de campos petroleros y de los contratos de reconstrucción de infraestructuras.

En Latinoamérica

El shock neoliberal internacional en Latinoamérica ha logrado controlar recursos naturales como: petróleo, plata, zinc, cobre, caucho, madera, azúcar; controlar rutas estratégicas (el Canal de Panamá), consiguieron mano de obra barata, conquistaron mercados de consumo y afianzaron el dominio sobre Holdings. Un método de esclavitud moderna.

En América del sur, reservas de agua, petróleo y litio, se vuelve un objetivo estratégico para las transnacionales con poder geopolítico; nuestra región ha sido desde siempre fuente de recursos y materias primas para la industria mundial.

Históricamente se han suscitado diferentes tipos de «shocks», como, por ejemplo: derrocamientos de gobiernos de corte social, magnicidios, bloqueos comerciales y económicos, guerras inducidas y pandemias; para así ocasionar caos, miedo y confusión en la población.

En Ecuador

Hoy por hoy el mundo necesita nuevas materias primas para el desarrollo tecnológico y económico. Nuestro país Ecuador se encuentra situado en el «Triángulo del Litio» (junto con otros países como Bolivia, Chile, Argentina, Chile y Perú) donde se encuentran el 85 % de las reservas mundiales.

El mineral es demandado para la fabricación de baterías tanto de equipos de comunicación como para la creciente industria automotriz autónoma. Lo que vuelve al Ecuador objetivo para aplicar Doctrina del shock apoyado con gobiernos de corte neoliberal y prensa hegemónica.

Me gustaría recalcar que la pandemia de covid-19, considero, fue un shock para beneficiar a las farmacéuticas transnacionales.

La guerra interna, decretada por el actual presidente del Ecuador, con grupos delincuenciales (denominados terroristas) para aplicar la Doctrina del shock y permitir injerencia militar extranjera, que son los grandes beneficiados con sus Holdings. Ajustes en la política económica, con carga impositiva sobre la población, para así beneficiar a Holdings financieros (Banca y FMI).

Con supuesta toma de un canal de televisión en la ciudad de Guayaquil por parte de grupos delincuenciales, acto que luego se desvirtuó y se comprobó que fue un montaje mediático para inducir al caos e histeria general. Para que el actual gobierno pueda tomar medidas antipopulares como el incremento del IVA (Impuesto al valor agregado, del 12 % al 15 %) para supuestamente combatir al terrorismo; que en realidad es para cumplir con impresiones del FMI.

La Producción Nacional

Cabe mencionar que estos ajustes económicos como la subida del IVA no afecta a las grandes cadenas de producción y/o comercialización, ya que trasladan este impuesto al consumidor final, el grueso de la población.

La carga impositiva afecta directamente al consumidor de clase media y aún más a la clase de escasos recursos, quitándole capacidad de pago, restringiendo sus compras a lo estrictamente lo necesario para subsistir.

Lo cierto es que la «Doctrina del Shock» termina golpeando duramente a la producción interna, pequeña y mediana industria (42 % de las empresas), negocios familiares (85 % PEA), sector agropecuario (9 % del PIB).

El miedo generalizado como consecuencia de la Doctrina del shock, obliga a los medianos y pequeños negocios a cerrar operaciones, causando despidos, incumplimientos con acreedores, y el Estado pierde de una de las principales fuentes de ingreso por concepto de recaudación tributaria.

¿Qué hacer ante este caos institucional, económico, social y psicológico?

Necesitamos educar a la población, llevarlos a la investigación y al análisis político sin apasionamientos, reeducar en valores éticos y amor a su cultura, despertar el amor por el país.

Necesitamos urgente también un gobierno de corte social, que invierta en salud, educación y obra pública que genera aceleración de la economía y que, sobre todo, nos devuelva la soberanía y la dignidad nacional.


Pedro Pablo Jijón Ochoa  es colaborador destacado de Mundo Agropecuario

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