Un equipo de investigación del INTA Reconquista, Santa Fe, trabaja en la producción, análisis y validación de bioinsumos y biopreparados que mejoren la calidad de los suelos y protejan los cultivos en sistemas agropecuarios extensivos. Este desarrollo busca dar respuestas a las necesidades y demandas de productores agropecuarios, instituciones educativas y profesionales del sector.
Ante la creciente demanda de alternativas al uso de los insumos químicos para la producción agropecuaria, un equipo de trabajo de la unidad de experimentación en producción agroecológica (UEPA) del INTA Reconquista, Santa Fe, construyó una biofábrica de insumos de origen orgánico. Para esto, trabajaron de manera articulada a la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (SAFCI) del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y el INTA.
Allí, producirán, analizarán y validan biopreparados y bioinsumos que sirvan como alternativa y den respuesta a las demandas de productores agropecuarios, instituciones educativas y profesionales del sector.
Daniela Vitti –investigadora del INTA Reconquista, Santa Fe– explicó que “la biofábrica es un centro de producción de bioinsumos y biopreparados que busca evaluarlos y validarlos para mejorar la salud ambiental de los agroecosistemas”.
Se trata de un centro de producción y desarrollo de bioestimulantes, biofertilizantes, biocontroladores, bioestabilizadores y bioinoculantes. Todos ellos, elaborados con materias primas de origen mineral, vegetal o animal que contribuyan a mejorar de la calidad de los suelos, la protección vegetal y el ambiente.
Por su parte, Federico Pognante –investigador en la biofábrica y técnico de la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena–, explicó que, “en la biofábrica trabajamos con los más sencillos con la intención de que cualquier persona pueda producirlos y puedan ser utilizados en cualquier escala productiva”, detalló.
A su vez, anticipó que “los resultados son comparable con cualquier insumo químico, sumado a que son naturales, no provocan daño ambiental y regeneran el sistema productivo”. Además, Pognante ponderó a los bioinsumos por su bajo costo de producción en general y señaló que sólo hay que dedicarle tiempo a su preparación e incorporar esta práctica como una tarea más del campo. Por otro lado, indicó que, “las biofábricas son espacios de fácil instalación y sólo requieren un reacondicionamiento de cualquier espacio del campo que tenga acceso al agua y a electricidad”.
La biofábrica forma parte de una propuesta de producción agroecológica y tiene como objetivo principal producir biopreparados y bioinsumos de interés agropecuario, compartir tecnologías entre los agricultores en el proceso de reconversión productiva, disminuir el uso y dependencia de productos industriales, mejorar la productividad agrícola, reducir el impacto ambiental y mitigar los efectos del cambio climático. Además, es un espacio de formación e intercambio de experiencias con escuelas rurales, productores agropecuarios y público en general.
“Mediante la fabricación y utilización a campo de biopreparados y bioinsumos se busca reducir el impacto ambiental, disminuir costos, utilizar recursos naturales locales y mejorar la productividad agrícola local”, señaló Lacelli.
Actualmente, producen supermagro, bocashi, fitoestimulantes a base de ortiga, fungicidas, repelente de insectos y bioinsecticidas con ruda y paraíso. Además, se elaboran fitoterápicos para el control de parásitos en ganadería. Y, durante los próximos meses, se trabajará en talleres dirigidos a productores y estudiantes para enseñar los procesos de fabricación y las utilidades específicas de cada bioinsumo.
La unidad de experimentación en producción agroecológica (UEPA) del INTA Reconquista, Santa Fe, busca socializar y promover la adopción de los conocimientos generados en la sistematización e investigación en producción agroecológica, tanto agrícola como ganadera. Para esto, trabajan en el diseño y evaluación de un sistema productivo en el que se analizan y ajustan prácticas agroecológicas.