Se ha descubierto que el gen Highlander regula la autoincompatibilidad, que tiene el potencial de permitir que las plantas se autofertilicen creando oportunidades para generar cultivos más fuertes y resistentes para la agricultura.
La investigación se inició con la observación de la amapola de campo, Papaver rhoeas, la cual posee el mecanismo para evitar problemas en la autofecundación. Las amapolas pueden reconocer su propio polen y desencadenar un programa de suicidio celular, proporcionando una forma precisa y limpia de eliminar los granos de polen no deseados.
Esta capacidad de controlar si una planta puede o no autofertilizarse tiene el potencial de ayudar a los mejoradores a desarrollar cultivos más resistentes. Luego, los investigadores utilizaron Arabidopsis thaliana (una planta “autocompatible”) como base para la investigación y así obtener información sobre la autoincompatibilidad de cultivos. La planta se sometió a una evaluación genética para identificar un gen fundamental para regular la autoincompatibilidad.
Más tarde, los investigadores desarrollaron una línea de plantas de Arabidopsis autoincompatibles diseñadas para identificar el gen “Highlander”, que cuando se eliminó, eliminó la autoincompatibilidad e hizo que una planta autoincompatible fuera completamente autofértil. El gen también codifica la proteína PGAP1 que se encuentra en levaduras y humanos, y ahora también en plantas. Esta es la primera vez que se identifica una función para él en las plantas. El gen “Highlander” recibió su nombre del guerrero inmortal de la película de 1986 del mismo nombre, que en castellano se llamó ‘Los inmortales’.
Más información en la University of Birmingham y en artículo publicado en Current Biology.