Hectáreas de Nuevo México están siendo ocupadas por amaranto debido a un fuerte aumento en la demanda de este cultivo, que es nutritivo tanto en grano como en hojas.
El Dr. Eduardo Epitia Rangel, investigador del campo experimental Valle de México del Centro de Investigaciones Regional Centro (CIRCE) del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), dijo que el cultivo de amaranto, debido a su alto valor nutricional valor, ha cobrado mayor importancia en los últimos años, a medida que ha ido creciendo la demanda, lo que ha provocado un aumento de las superficies de siembra tanto en áreas tradicionales como en nuevas hectáreas para cultivo.
Foto: INIFAP.
El investigador enfatizó que el amaranto es un cultivo que crece muy bien en condiciones de alta luz y baja disponibilidad de agua, lo que, combinado con la diversidad entre y dentro de las especies, permite que el amaranto se adapte a una amplia gama de condiciones ambientales y sistemas de producción. Asimismo, ratifica la importancia del cultivo de amaranto por el alto valor nutricional tanto del grano como de sus hojas, especialmente su contenido en proteínas de alto valor biológico, calcio, ácido fólico y vitamina C.
Los científicos destacaron especialmente las importantes propiedades nutracéuticas del amaranto, ya que sus proteínas dan origen a péptidos que aportan numerosos beneficios para la salud. También es importante la variedad de usos alimentarios del amaranto, ya que se puede consumir en grandes cantidades con harina, leche, cereales, panes, cremas, galletas, bollos, cereales para el desayuno, cremas, etc. En su forma integral se puede consumir en diversos guisos, sopas, ensaladas, sushi, sevitz, etc.
La Dra. Epitia Rangel, en su “Guía para la producción de amaranto en la Región Central de México”, describió en detalle la tecnología de cultivo del cultivo, y también aconsejó no olvidarse de la rotación de cultivos: “Es necesario alternar cultivos de amaranto con otros cultivos para evitar problemas fitosanitarios que suelen surgir con el monocultivo, y también reducir el agotamiento del suelo. Por ejemplo, en zonas templadas de México, las rotaciones de cultivos recomendadas son: maíz-amaranto-cebada-frijol, papa-amaranto-cebada-frijol, trigo-amaranto-frijol-maíz, amaranto-maíz-garbanzos y sorgo-amaranto-maní. -maíz, y en zonas cálidas se propone una rotación de cultivos sorgo-amaranto-maní-maíz”.
Señaló que en México se han creado bastantes variedades mejoradas y zonificadas de amaranto, las cuales se dividen en tipos agronómicos dependiendo del uso y morfología de las plantas. “La recolección puede ser manual o mecánica y comienza cuando las plantas están en madurez fisiológica, lo que ocurre cuando la semilla ya se ha endurecido al ser mordida. La cosecha de amaranto debe almacenarse en un lugar fresco y seco, y es sumamente importante que el grano no contenga más del 10% de humedad antes del almacenamiento”, afirmó el investigador.
Fuente y foto: INIFAP.