En el corazón del paisaje agrícola de Ghana, se está produciendo una revolución silenciosa que afecta a un alimento básico familiar.
En el artículo de la Dra. Jeannette Adouin-Chinbua, investigadora del CSIR Crop Research Institute, publicado en el portal Graphic Online, habla sobre una nueva comprensión de la industria bananera en Ghana: “Plátanos de postre y vegetales ( estos últimos se llaman plátanos y son alimentos que requieren tratamiento térmico) que desempeñan un papel importante en la seguridad alimentaria y la economía de Ghana están emergiendo ahora como actores ambientales en la agrosilvicultura.
Anteriormente, a menudo se pasaba por alto la contribución de las plantas de banano al medio ambiente. Sin embargo, estos cultivos no son sólo una fuente de nutrición, sino que afectan significativamente la fertilidad del suelo. Sus sistemas de raíces profundas mejoran la estructura y estabilidad del suelo, reduciendo la erosión y haciéndolo más resiliente al cambio climático. Los tallos de las hojas y los residuos de frutas se pueden integrar creativamente en sistemas agrícolas sostenibles, como el mantillo orgánico o el compost, aumentando la fertilidad del suelo y reduciendo la necesidad de fertilizantes sintéticos.
Mientras el mundo lidia con los efectos adversos del calentamiento global, la capacidad de la planta del banano para secuestrar y almacenar carbono es de suma importancia. Absorben dióxido de carbono de la atmósfera y lo almacenan en su biomasa, lo que ayuda a reducir las concentraciones de gases de efecto invernadero y ayuda a combatir el cambio climático.
En Ghana, estos cultivos se están integrando en prácticas agrícolas sostenibles que garantizan la seguridad alimentaria y al mismo tiempo promueven la resiliencia climática y la biodiversidad. Los cultivos intercalados, en los que los plátanos se cultivan junto con otros cultivos, aumentan los ingresos por parcela de tierra y diversifican el paisaje agrícola, haciéndolo menos susceptible a los riesgos relacionados con el clima. Las copas de las plantas de banano brindan sombra y reducen la evaporación de la humedad del suelo, proporcionando un microclima más estable para otros cultivos. Los plátanos también se han mostrado prometedores en la fitorremediación, la desintoxicación de contaminantes del suelo y son una herramienta valiosa para rehabilitar tierras degradadas.
La agrosilvicultura es otra tecnología creciente en Ghana que permite cultivar plátanos en armonía con los árboles para generar ingresos adicionales. Las hojas y los tallos del plátano, ricos en nutrientes esenciales, pueden servir como alimento complementario para el ganado. Además, en algunas regiones, las hojas de plátano se utilizan como material de embalaje biodegradable y sostenible, lo que reduce los residuos plásticos y promueve los embalajes ecológicos.
Las plantas de banano se perfilan como candidatas para producir energía renovable. Residuos como pseudotallos y hojas se pueden procesar para convertirlos en biocombustibles, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y promoviendo fuentes de energía sostenibles.
La medicina tradicional reconoce desde hace mucho tiempo las propiedades medicinales de los plátanos de postre y vegetales: las hojas se utilizan para curar heridas y las semillas de plátano sirven como diurético, que se extiende más allá de la mesa.
Teniendo en cuenta los beneficios ambientales de los bananos, Ghana desarrollará sistemas de producción de bananos de manera que la seguridad alimentaria y la resiliencia climática coexistan armoniosamente”.
Fuente y foto: www.graphic.com.gh. Autora: Dra. Jeannette Adouin-Chinbois.