La lluvia se retrasa, el sorgo se marchita; cuando finalmente estalla la tormenta, las quejas vuelven a surgir.
por la Alianza de Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical
Para romper este ciclo de incertidumbre, científicos de la Alianza de Bioversity International y el CIAT, INERA y la Universidad de Ghana realizaron la primera encuesta a gran escala sobre servicios climáticos agrícolas en Burkina Faso, Ghana, Malí y Senegal.
Publicado el 9 de julio de 2025 en Frontiers in Climate , el estudio analiza las expectativas de 1212 agricultores y traza un camino creíble para convertir los informes meteorológicos en una inversión rentable. Los investigadores principales son: Adama Ouedraogo, Mathieu Ouedraogo, Irene S. Egyir, Peter Läderach, Akwasi Mensah-Bonsu y John Baptist DJ Jatoe.
Bajo el cielo de África Occidental, el clima se ha convertido en el factor determinante de cada temporada agrícola. El cien por cien de los encuestados reportó haber sufrido sequía en la última década; uno de cada dos ha visto tierras bajas inundadas por lluvias inesperadas, y más de un tercio recuerda cosechas arrasadas por olas de calor. A esto se suman los vientos que aplastan el mijo, las ráfagas que arrancan los techos de los graneros y las plagas que proliferan tras las lluvias tardías. El resultado: los agricultores se enfrentan a una situación imposible: ¿deberían sembrar temprano para aprovechar las escasas lluvias o retrasar la siembra y arriesgarse a perder la oportunidad de mercado?
Sin embargo, cuando un pronóstico fiable llega a tiempo, los beneficios rozan el milagro económico. Estudios realizados en Níger y Etiopía demuestran que un simple SMS estacional, combinado con asesoramiento sobre qué variedad plantar, puede aumentar los márgenes brutos en más de un 20 % por temporada.
Pero la encuesta revela una brecha inesperada: apenas uno de cada diez agricultores confía en la información científica; la mayoría todavía observa la floración del árbol néré, prueba variedades de maduración temprana o traslada sus rebaños a tierras bajas para limitar las pérdidas.
El problema no es la falta de datos meteorológicos —existen—, sino la ausencia de cobertura local: mensajes en francés donde se habla bambara, pronósticos enviados después de que la azada ya esté almacenada, lo que desalienta las cuotas de suscripción. Esta brecha informativa se ve agravada por una tasa de analfabetismo cercana al 74 % en Burkina Faso y, a menudo, por la escasez de fondos, sin los cuales el asesoramiento es letra muerta.
En estas condiciones, el clima se considera un diagnóstico sin receta: útil, pero inútil si no se combina con un seguro climático y créditos de insumos. El estudio llega a una conclusión clara: con el apoyo financiero adecuado, la lluvia se convierte en un aliado en lugar de una amenaza.
Descifrando las preferencias de los agricultores: del diseño de paquetes a la jerarquía de opciones
Para desentrañar lo que realmente desean los productores, los investigadores crearon un experimento de elección digno de un laboratorio itinerante. Se presentaron a 1212 agricultores cinco paquetes que combinaban pronósticos meteorológicos a diferentes escalas temporales, asesoramiento sobre semillas o sanidad vegetal, seguros indexados a la sequía, microcréditos e información de mercado. Cada participante evaluó múltiples escenarios, seleccionó su paquete preferido y eligió su canal de entrega favorito: SMS, radio comunitaria o servidor de voz interactivo.
La votación reveló un claro ganador: el Paquete 4 —que combina información meteorológica diaria, asesoramiento personalizado sobre semillas, seguro contra sequías y crédito estacional— obtuvo el 45% de las preferencias. El Paquete 0, minimalista y gratuito, sin datos meteorológicos, solo obtuvo el 22%. Destacan las particularidades regionales: en Mali, los productores priorizan la experiencia varietal para asegurar la siembra; en Ghana, el seguro impulsa las decisiones; en Burkina Faso, el acceso al crédito tiene un gran peso en las explotaciones agrícolas con problemas de liquidez.
Los modelos econométricos confirman que el valor percibido de un servicio aumenta a medida que la información se vuelve más frecuente y prescriptiva: «siembra el 15 de junio, usa la variedad X, fertiliza a la dosis Y». En cambio, los pronósticos semanales o los programas de radio dominicales genéricos apenas influyen en las decisiones. A pesar de las barreras lingüísticas , los SMS siguen siendo el servicio de mensajería más fiable; su bajo coste y velocidad compensan el alto nivel de analfabetismo, especialmente cuando se combinan con pictogramas ingeniosos que traducen las nubes y las gotas de lluvia en imágenes nítidas.
Este enfoque afinado incluso cuantifica la «disposición a pagar»: un día de pronóstico ultralocal equivale en promedio a 0,70 USD para un agricultor senegalés, mientras que un seguro contra sequías representa 1,30 USD para un agricultor ghanés. Mejor aún, estas cantidades varían según el cultivo (el arroz de regadío tolera más riesgos que el mijo de secano) y el tamaño de la explotación, lo que sugiere precios diferenciados y subsidios específicos para impulsar la adopción masiva.

El paquete ganador: los agricultores quieren una combinación de conocimientos a corto y largo plazo
El Paquete 4 destaca porque une dos palancas clave: anticipación y protección. Añadir un préstamo de USD 1000 aumenta la probabilidad de adopción en un 39%; sin embargo, incluso sin este incentivo, sigue siendo el favorito. La sequía, considerada el enemigo público número uno, lo subraya: cuando los investigadores simulan que se duplicará en la próxima década, casi el 60% de los encuestados optan por el Paquete 4. En la práctica, el pronóstico meteorológico diario les indica cuándo sembrar, el seguro promete una compensación si no hay nubes y el préstamo financia semillas, fertilizantes o mano de obra.
Los agricultores también perciben la lógica circular: la precisión de los datos meteorológicos aumenta la relevancia de los seguros, lo que tranquiliza a los prestamistas en caso de impago y les permite acceder a créditos con bajos intereses. No sorprende que el 62 % cite la fiabilidad de las previsiones como el criterio principal antes de firmar un préstamo. Esta interacción evoca los ensayos de seguros indexados en la cuenca del cacahuete de Senegal: sin datos meteorológicos granulares, la confianza se erosiona, las pólizas se venden mal y los bancos se resisten.
El paquete 4 resulta atractivo por otra razón: la distribución de costos. En lugar de pagar tres suscripciones independientes, el agricultor paga una sola cuota; el proveedor, a su vez, distribuye la recopilación de datos satelitales, el envío de SMS, la gestión de reclamaciones y la administración de préstamos entre una única base de clientes. En los modelos proyectados, cuando los servicios meteorológicos nacionales, las startups de tecnología de seguros, las ONG de microfinanzas y los proveedores de insumos unen fuerzas, el costo marginal de cada servicio puede reducirse en un 40 %. La integración no solo es conveniente para los usuarios, sino que también genera economías de escala que garantizan la rentabilidad del proveedor.
De los resultados a la acción: seis prioridades para las políticas y las empresas sociales
Al final de la encuesta, una verdad sobresale: para que el clima se convierta en un factor clave para la acción de los pequeños agricultores, debe ir mucho más allá de un simple boletín de radio. La eficacia de un servicio climático depende de su capacidad para integrarse en un ecosistema de apoyo integral adaptado a las realidades del campo y a las limitaciones de las explotaciones familiares. Los investigadores identifican seis prioridades estratégicas para gobiernos, empresas sociales, ONG y operadores privados.
- Invierta en información prescriptiva. Los agricultores necesitan mensajes útiles y contextualizados que les ayuden a tomar decisiones inmediatas. Una alerta que especifique la fecha óptima de siembra o el momento de riego es mucho más valiosa que un pronóstico impreciso, ya que genera la mayor utilidad marginal.
- Vincule el seguro con el crédito. El seguro protege contra el riesgo, el crédito financia la adopción de asesoramiento técnico. En conjunto, estas herramientas permiten a los agricultores probar, invertir e innovar sin temor a pérdidas totales: el efecto de apalancamiento más claro observado en la encuesta.
- Diversificar los canales de distribución. Los SMS funcionan, pero no son suficientes. La voz interactiva llega a públicos con bajo nivel de alfabetización, incluidos los pastores nómadas. Las aplicaciones móviles pueden atraer a los jóvenes que buscan soluciones digitales personalizadas.
- Segmente la oferta por cultivo y perfil. Un horticultor de regadío tiene necesidades diferentes a las de un arrocero de tierras bajas o un productor de caupí de secano. Los paquetes modulares adaptados al contexto impulsan una mayor adopción.
- Integrar el conocimiento local y las prácticas endógenas. Todos los encuestados aún observan señales tradicionales: comportamiento de las aves, floración de los árboles, dirección del viento. Reconocer estas señales y vincularlas con datos científicos fortalece la apropiación del servicio.
- Desarrollar un modelo de negocio sostenible. Precios diferenciados, subsidios específicos para los más vulnerables y un enfoque de colaboración público-privada son clave para reducir costos sin comprometer la calidad. El objetivo: que estos servicios sean viables a largo plazo.
Los autores recomiendan integrar firmemente el Paquete 4 en las políticas nacionales, manteniendo al mismo tiempo un Paquete 0 gratuito para el acceso universal. Los gobiernos pueden subsidiar las primas iniciales de seguros, los operadores de telecomunicaciones pueden ofrecer SMS climáticos a precios sociales, y los centros de investigación pueden refinar la precisión de los pronósticos a nivel de parcela. En África Occidental y otras regiones, esta estrategia volvería a situar a los agricultores en el centro del sistema de alerta y acción.
Más información: Adama Ouedraogo et al., Preferencias de los pequeños agricultores en África Occidental sobre los paquetes de servicios climáticos: un modelo de elección declarada, Frontiers in Climate (2025). DOI: 10.3389/fclim.2025.1581001
