África y América Latina comienzan a compartir agenda agrícola


SAN JOSÉ – Ministros de Agricultura de África y América Latina y el Caribe acordaron construir en conjunto una agenda de cooperación orientada a una mayor y mejor producción de alimentos, en una reunión virtual acogida desde esta capital por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).


La cita, coauspiciada por la Alianza para una Revolución Verde en África (AGRA, en inglés) concordó en que entre ambas regiones “existe un reto único y común: construir una agricultura intensiva en conocimientos, con rostro humano, en alianza con el cuidado del ambiente y también con los ámbitos de la nutrición y la salud”.

Los ministros reiteradamente plantearon la necesidad de innovar en el campo de la agricultura, y como un primer paso acordaron construir a lo largo del año agendas que vinculen a las instituciones de asistencia técnica para el agro, así como a sus científicos y profesionales.

Se coincidió en que la innovación es indispensable para una mayor productividad y sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios, como la agricultura digital y las investigaciones en biotecnología.

Atribuyeron un papel central a las instituciones de investigación latinoamericanas y caribeñas, como el argentino Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la también estatal Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa).

La innovación será el eje de una reunión más amplia de ministros africanos y de toda América, que decidieron realizar en el segundo semestre de este año.

Otros temas de interés común que surgieron del debate fueron la recuperación de los suelos degradados, el manejo eficiente del agua, y la promoción de un comercio internacional de alimentos más abierto, más justo y más transparente.

“Este encuentro es el inicio de una serie de compromisos; un momento perfecto para la cooperación Sur-Sur y para aprender unos de otros”, expuso Agnes Kalibata, exministra de Agricultura de Ruanda, enviada del secretario general de las Naciones Unidas para la Cumbre de Sistemas Alimentarios 2021, y presidenta de AGRA.

La cumbre “nos dio la oportunidad de unir estos continentes para aprovechar lo mejor que nuestros países ofrecen. Vamos a demostrar que la cooperación internacional puede ayudarnos a alimentar a más personas y a cuidar mejor nuestro planeta, siendo productores responsables”, agregó.

Una agricultora observa su sembrado de cassava (yuca, mandioca), uno de los muchos cultivos comunes en África y América Latina y que muestran la pertinencia de la cooperación Sur-Sur en campos como innovar y compartir sus agendas sobre producción y comercio agrícolas. Foto: BM

Tereza Cristina, ministra de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, coincidió en que “hay espacio para una rica cooperación entre los dos continentes”, y sostuvo que “es crucial considerar la agricultura y la seguridad alimentaria de forma conjunta, pensar en el comercio agrícola libre y justo, y en la sostenibilidad”.

En aras del “comercio internacional agrícola transparente y justo”, Cristina criticó “el proteccionismo de los países desarrollados, que ha obstaculizado la consolidación de una producción de alimentos más moderna y dinámica en los países en desarrollo”.

El argentino Manuel Otero, director general del IICA, también destacó que “necesitamos más cooperación Sur-Sur” y que el consenso que se construye “se transforme en hechos que transformen la calidad de vida en las zonas rurales, mejoren la rentabilidad de los agricultores y favorezcan prácticas sostenibles”.

Otero fue ratificado y asumió el lunes 17 como director del IICA por un segundo período cuatrienal consecutivo (2022-2026).

Durante esa ceremonia también se entregaron los reconocimientos “Cátedra IICA”. En biotecnología e innovación se otorgó la distinción a Gabriela Olmedo, primera mujer en dirigir el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional de México.

En biotecnología y desarrollo sostenible se distinguió a la bioquímica argentina Raquel Lía Chan, quien lideró el desarrollo del gen HB4 que proviene del girasol y que le confiere al trigo y a la soja tolerancia a la sequía, y “por sus contribuciones al fortalecimiento de los sistemas nacionales de ciencia y tecnología”.

La empresaria ganadera suizo-paraguaya, Maris Llorens, fue designada “embajadora de buena voluntad” del IICA, “un reconocimiento a sus contribuciones para el desarrollo de una ganadería innovadora y la preservación ambiental”.

A-E/HM