Hoy en día es impensable la agricultura sin tractores, pero la fuerte subida de los precios de los combustibles fósiles en los últimos meses ha puesto en duda el modelo actual de maquinaria agrícola y ha puesto de relieve la importancia de la innovación.
Marcos Vásquez, presidente del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Lugo y conservador del Agromuseo de la Vida Integrada, ubicado en un cortijo familiar de Lankara, habló sobre las tendencias del mercado mundial de tractores en el marco de un webinar organizado por el Consejo General de los Colegios Oficiales de Tecnólogos Agrarios de España.
Extractos del informe pericial fueron publicados por el portal www.campogalego.es.
La búsqueda de nuevas fuentes de energía y los avances en automatización determinarán el futuro de la maquinaria agrícola en los próximos años. Los tractores agrícolas inteligentes están cobrando impulso y las máquinas autónomas se harán realidad en muchos sectores, incluida la producción de alimentos.
motor de hidrógeno
Diversos fabricantes están tratando de encontrar alternativas al actual sistema de propulsión de los tractores agrícolas monopolizado por el motor de combustión interna de ciclo diésel, pero en el futuro “lo más probable es que coexistan varios tipos”, apunta Marcos Vásquez. – Un motor de hidrógeno podría ser una gran solución, aunque tendrían que coexistir varios kits de motorización, adaptados a cada región del planeta, ya que “hay varias formas de producir hidrógeno: por hidrólisis del agua, que consume electricidad; conversión de vapor de gas natural; y la transformación anaeróbica de la biomasa, que es muy atractiva ya que la biomasa se puede producir en las propias granjas”.
“La producción de hidrógeno a través de la fermentación anaeróbica de la biomasa es una tecnología muy tentadora, porque es posible desarrollar una tecnología que permita que los residuos generados en las fincas produzcan nitrógeno, que es necesario para el movimiento de las máquinas en la finca.
Esto no es ciencia ficción. Ya existe un sistema New Holland que utiliza este combustible, aunque no es sencillo y requiere un número importante de cabezas de ganado para poder alimentar por sí solos a las máquinas, por lo que es imposible obtener suficiente nitrógeno de 50 vacas de una fosa de estiércol. hacer esto”, explica el experto.
“La desventaja del hidrógeno es que no hay logística de distribución ni sistemas avanzados de almacenamiento que permitan usarlo como lo hacemos hoy con el diesel”, dijo.
motor eléctrico
Otra alternativa podría ser un motor eléctrico, y de hecho ya existen en el mercado algunos modelos de tractores eléctricos. Por ejemplo, el fabricante alemán de cajas de cambios ZF ha desarrollado y promociona un motor eléctrico, y ya se han entregado bastantes unidades. Otras marcas como Fendt también apuestan por la tecnología eléctrica con su E100 Vario, en este caso un tractor eléctrico de 100 caballos.
“El problema es que las baterías se fabrican con elementos naturales limitados como el litio, y si piensa en tractores grandes de más de 200 caballos de fuerza, necesita baterías de 800 voltios, que serían caras y grandes”, explica Vásquez.
“Además, habría que conectar muchas celdas en serie para lograr la potencia requerida, con las dificultades que esto conlleva a la hora de operar, porque en caso de fallar una parte, todo el sistema quedaría fuera de servicio, » señala.
El lado positivo de los tractores eléctricos es que las baterías se pueden recargar posteriormente en las propias fincas, mediante la instalación de sistemas de energías renovables (paneles fotovoltaicos o mini-generadores de viento).
motorización híbrida
El tractor híbrido Antonio Carraro HRX, presentado en Bolonia en 2021 y listo para la venta, es capaz de recuperar la energía generada por algunos implementos utilizando recuperadores tanto en los ejes de rueda como en la toma de fuerza para almacenar esta energía posteriormente en baterías para alimentar algunos elementos eléctricos como un ventilador de refrigeración del motor o un sistema de climatización en cabina.
“John Deere en ese momento, hace algunos años, también adoptó la motorización híbrida en sus tractores de la serie Sesam 7000 E, aunque actualmente no utiliza este sistema. Actualmente hay tractores de este tipo en funcionamiento con cierto grado de hibridación, aunque ahora la empresa no apuesta por motores híbridos y está invirtiendo mucho más en automatización”, explica Vázquez.
“La mayor desventaja de la motorización híbrida es que hay dos mundos en el propio coche: el mundo de la combustión y el mundo de la electricidad, lo que implica mayores costes de mantenimiento y reparación”, afirma.
Motor endotérmico convertido
Se tratará de crear combustibles sintéticos sostenibles para seguir utilizando los motores actuales, tanto de ciclo Otto como de ciclo Diesel.
“Esta tecnología está en desarrollo, y Porsche Motors parece tener ya resultados interesantes, porque la empresa quiere que sus clientes que han tenido autos de esta marca durante años puedan seguir usándolos con combustible del futuro”, dice el experto. – Otra posibilidad sería convertir el actual motor endotérmico a otros combustibles como el bioetanol o el hidrógeno, siguiendo el ejemplo de Eduardo Barreiros en su momento, cambiando los motores de gasolina por los diésel.
La que se ha mostrado más atrevida para ingresar al mercado con tractores de combustible alternativo es New Holland. Los tractores en su línea Methane Power funcionan con metano (tienen un tanque de metano adicional en la parte delantera para más autonomía), y en Bolonia tienen una granja experimental que demuestra que es posible repostar equipos con los residuos generados en la propia granja. ”, señaló Vázquez.
Reconstrucción de tractores fuera de servicio
“Desde el punto de vista de la sustentabilidad y el consumo de recursos, es indignante la cantidad de energía que cuesta construir una máquina pesada”, dice Marcos. – Según un estudio elaborado por la Sociedad Española de Historia Agraria, el tractor moderno actual con una capacidad de 100 a 120 caballos de fuerza y un peso de unas 4 toneladas requiere 660.000 megajulios de energía para crearlo y debe trabajar 400 horas diarias durante 8 años para consumir la cantidad equivalente de energía en forma de combustible.
Por eso, dice Marcos, “es muy probable que muchos de los tractores dados de baja no consumieran la energía que costaba su diseño”, por lo que aboga por alargar la vida útil de los tractores con las reformas necesarias para actualizar los equipos.
“Los tractores adaptados a las medidas actuales de seguridad y control de la contaminación son máquinas confiables que pueden durar muchos años”, dijo.
Vázquez recordó que “las marcas con más glamour de los coches modernos, como Porsche, Lamborghini, Aston Martin o Alfa Romeo, nacieron gracias a la producción de tractores y al dinero que invertían los agricultores en la compra de estos equipos agrícolas. Porsche se creó para fabricar tractores, y de hecho entre 1950 y 1964 se fabricaron 125.000 tractores y sólo 77.000 coches. Lamborghini todavía continúa produciendo automóviles y tractores”.
Tractores autónomos
“El tractor autónomo es una realidad muy tangible, por lo que si hablamos de tractores del presente y del futuro, deberíamos hablar de automatización”, enfatiza Vásquez.
Ya existen varios modelos avanzados de tractores autónomos, como el concepto de tractor-implemento John Deere presentado en Agritechnica 2019, donde el implemento se acopla directamente a un tractor sin cabina y todo funciona de forma autónoma.
Otra idea en el camino podría ser el concepto de tractor arrastrado de Massey Ferguson, en el que un solo conductor controla varios tractores a través de un sistema de cámaras y sensores en el puesto de mando de la unidad principal.
La tecnología aporta valor a los desarrolladores: John Deere alcanzó los 44.000 millones de dólares de ingresos en 2021, más que nunca en la historia de la compañía, gracias a la automatización y robotización que ofrece para el campo, y el resto de los principales fabricantes del mundo siguen la misma estrategia.
“Los coches autónomos los desarrollan las personas, pero en algunos aspectos, como la creación de empleo, esto juega en nuestra contra y es difícil encontrar un punto de equilibrio. Siempre que ha habido automatización ha habido una mejora de la productividad en cualquier sector de la economía, pero al mismo tiempo se han perdido puestos de trabajo. En otras palabras, cuanto más automatización, mejor economía, pero menos empleos, dice Vásquez. – Según una investigación de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU., de cada 10 puestos de trabajo actuales, 6 podrían automatizarse. Según este informe, por ejemplo, en Alemania, la reducción del empleo en el sector agrícola como consecuencia de la automatización será del 6%.
Pero el desarrollo de la mecanización agrícola no es igual en todo el mundo, y la brecha tecnológica es una clara realidad también en el sector agrícola.
Todavía hay mucho antojo de animales en el mundo. El 52 % de la tracción agrícola en los países en desarrollo (479 millones de hectáreas de tierra agrícola) todavía proviene de la tracción ganadera, en comparación con solo el 7 % en los países desarrollados (644 millones de hectáreas de tierra agrícola).
Es oportuno recordar lo que significó la mecanización en la historia de la agricultura y la producción de alimentos. Cuando imperaba el trabajo de personas y animales hace siglo y medio, un campesino alimentaba de 5 a 10 personas de su entorno, dependiendo de sus habilidades y del lugar del planeta en el que se encontraba; el nacimiento del tractor moderno le permitió al agricultor alimentar a 50 personas, y hoy son 155”, concluyó el experto.
(Fuente: www.campogalego.es. Fotos de fuentes públicas).