Coordinadora del Programa Social Granitos de Esperanza
Según la FAO el café es una de las bebidas más elegidas en el mundo y uno de los productos básicos más comercializados a nivel global.
Venezuela en vísperas de los años 1900 llegó a ser el segundo país productor mundial de café, para esos años fue uno de los rubros más importantes. En datos extraídos de un artículo Vicente Pérez (Caficultor Venezolano y actual Director Ejecutivo de Fedeagro), publicado él 3 de Octubre de 2022 «CAFÉ, UN RUBRO DE EXCELENCIA», él expresó «con el café se llegaron a realizar carreteras y escuelas, debido a que se cobraba un impuesto cuando subía su precio, siendo tal el impacto, que al caer el precio de café, las obras de infraestructura caían» cito éstas palabras para que tengamos una idea de la magnitud que representó el rubro como determinante económico en nuestro país.
Pero ¿que originó la caída y cuál es la realidad actual del sector cafetalero y sobre todo de los Caficultores?
Todo comienza con un ordenamiento jurídico que no protege al Caficultor, le siguen las mismas limitaciones y amenazas que afectan la agricultura venezolana: altos costos de producción, ausencia de financiamiento, colapso de los servicios públicos, infraestructura deficiente, la FALTA DE GASOIL, una población con bajo poder adquisitivo, sin embargo, a todo lo expuesto se le suma la insolidaridad de una parte importante del sector agroindustrial y su insistencia de comprar por puerto más económico o vía intermediarios, aquí me detengo: los intermediarios son una especie de mafia que opera para aprovecharse de la necesidad de los Caficultores, ofreciéndoles pagar lo que ellos dicen , el precio que ellos fijan y que presuntamente es en componenda con las torrefactoras.
Actualmente hay producción de café en 125 municipios del país, una UDP puede sacar unos 10 quintales de café, son unidades pequeñas, bajo modalidad de Agricultura Familiar, pero son miles las familias que se dedican al rubro, un promedio sumando la producción de todos en éste momento ronda por los 900.000 quintales. Las torrefactoras solo les quieren comprar 2 quintales por Agricultor y no quieren pagar lo acordado 180$ por calidad tipo 1, 140$ tipo 5, violentando así lo establecido en la Gaceta Oficial n.° 42.721 del 25/09/2023, Resolución DM/n.°017/2023, emanada del MPP para la Agricultura Productiva y Tierras: el precio fijado no debe estar por debajo del costo de producción.
En éste contexto están nuestros Caficultores Venezolanos, quienes tienen semanas a las puertas de las dos torrefactoras que compran el rubro, días en colas, con lluvia, sin comer, sin gasolina, esperando ver si logran venderlo y al precio acordado, desde el Estado no hay una mínima muestra de voluntad, el Ministro Castro Soteldo no escucha a los agricultores lo que dificulta que se den soluciones.
Si el Ministro tuviera voluntad de resolver lo urgente, desde el Estado y en convenio real con Caficultores y Agroindustria, pudiesen financiar la compra del café producido hoy para nivelar la demanda y la oferta, así, proteger al Caficultor, a sus familias y al consumidor que cada vez puede acceder menos al producto final.
Es fundamental que los Agricultores Venezolanos asuman la importancia de la organización, de la asociatividad como figura que les otorga poder para definir el camino, en mi artículo anterior hablé de valorar la aplicación Agricultura de Contrato, ahora para transitar ese camino, hay que estar asociados
Para finalizar debo insistir, en Venezuela hay que cambiar el modelo político, y a partir de allí, adentrarnos juntos en las reformas de las leyes y el diseño de una política pública que apoye verdaderamente lo hecho en Venezuela y proteja a nuestros nobles Agricultores
Brenda Ribeiro es colaboradora destacada de Mundo Agropecuario
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