El índice de precios de los alimentos de la FAO desciende un 1,9 % al tiempo que las nuevas previsiones de la FAO apuntan a una menor producción mundial de cereales en 2022
Roma – El barómetro de los precios mundiales de los productos alimenticios descendió por quinto mes consecutivo en agosto, debido a la caída de las cotizaciones de la mayoría de los productos de referencia, según un nuevo informe publicado hoy por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El índice de precios de los alimentos de la FAO, que se sigue atentamente, se situó en un promedio de 138,0 puntos en agosto, es decir, un 1,9 % menos que en julio, pero todavía un 7,9 % por encima de su valor de hace un año. El índice refleja la variación mensual de los precios internacionales de la cesta de los productos alimenticios más comercializados.
El índice de precios de los cereales de la FAO disminuyó un 1,4 % con respecto al mes anterior, un descenso motivado por una disminución del 5,1 % de los precios internacionales del trigo que obedece a la mejora de las perspectivas sobre la producción en América del Norte y la Federación de Rusia, así como a la reanudación de las exportaciones desde los puertos ucranianos en el Mar Negro. En promedio, los precios del arroz se mantuvieron estables durante el mes, mientras que las cotizaciones de los cereales secundarios aumentaron ligeramente, un 0,2 %, ya que el aumento de los precios mundiales del maíz, derivado de unas condiciones de cultivo cálidas y secas en la Unión Europea y los Estados Unidos de América, se vio compensado por la bajada de los precios de la cebada y el sorgo.
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO disminuyó un 3,3 % con respecto a julio, situándose en un nivel ligeramente inferior al de agosto de 2021. Los precios mundiales del aceite de soja experimentaron un aumento moderado debido a la preocupación por las repercusiones de las condiciones atmosféricas desfavorables sobre la producción en los Estados Unidos de América; no obstante, esta ganancia se vio contrarrestada con creces por el descenso de las cotizaciones de los aceites de palma, girasol y colza, que responde a una mayor disponibilidad de aceite de palma procedente de Indonesia, como consecuencia de la reducción de los impuestos a la exportación, así como a la reanudación gradual de los envíos de aceite de girasol desde los puertos de Ucrania.
El índice de precios de los productos lácteos de la FAO se redujo un 2,0 % en agosto, aunque se mantuvo un 23,5 % por encima del valor registrado en agosto de 2021. Los precios mundiales del queso aumentaron por 10.° mes consecutivo, mientras que los de la leche se redujeron ante las expectativas de un aumento de la oferta de Nueva Zelandia, aun cuando la producción sigue siendo menor en Europa occidental y los Estados Unidos de América.
El índice de precios de la carne de la FAO descendió un 1,5 % desde julio, aunque sigue estando un 8,2 % por encima de su valor de hace un año. Las cotizaciones internacionales de la carne de aves de corral cayeron en agosto ante las elevadas disponibilidades exportables a nivel mundial, mientras que los precios mundiales de la carne de vacuno descendieron a causa de la débil demanda interna en algunos de los principales países exportadores. Las cotizaciones de la carne de cerdo aumentaron.
El índice de la FAO para los precios del azúcar descendió un 2,1 % hasta su nivel más bajo desde julio de 2021, provocado principalmente por el aumento del límite de exportación en la India y el descenso de los precios del etanol en el Brasil.
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Perspectivas de reducción en la producción de cereales para 2022
La FAO también ha publicado hoy su pronóstico actualizado relativo a la producción de cereales para 2022, cuyas perspectivas apuntan a un descenso significativo.
Se prevé que la producción mundial de cereales disminuya en 38,9 millones de toneladas, o un 1,4 %, con respecto al año anterior, según la nueva Nota informativa de la FAO sobre la oferta y la demanda de cereales.
La mayor parte de la revisión a la baja se refiere a los cereales secundarios, ya que se espera que los rendimientos del maíz en la Unión Europea caigan un 16 % por debajo de su promedio quinquenal debido a las excepcionales condiciones climáticas de calor y sequedad. En cambio, la FAO elevó su pronóstico sobre la producción mundial de trigo con respecto a su último informe de julio hasta los 777 millones de toneladas, un descenso insignificante con respecto a 2021, a raíz del nivel de cosecha sin precedentes que se espera en la Federación de Rusia y a las condiciones atmosféricas propicias en América del Norte. Se prevé que la producción mundial de arroz descienda un 2,1 % respecto a su nivel máximo histórico alcanzado en 2021, debido principalmente a la irregularidad de la distribución de las precipitaciones en la India y Bangladesh.
La utilización mundial de cereales en el período 2022/23 se cifra ahora en 2 792 millones de toneladas, mientras que se prevé que las existencias mundiales de cereales al cierre de las campañas de 2023 se contraigan en un 2,1 %, hasta los 845 millones de toneladas. Como resultado, se espera que el coeficiente reservas-utilización de cereales en el mundo descienda ligeramente, pasando del 30,9 % de 2021/22 al 29,5 %, un nivel que, según la FAO, sigue siendo relativamente elevado desde una perspectiva histórica.
Se prevé que el comercio mundial de cereales disminuya un 1,9 % en 2022/23 (julio/junio) con respecto al período anterior, y se sitúe en 469,6 millones de toneladas.