Un equipo de investigación del INTA Pergamino –Buenos Aires– caracterizó la producción de materia verde, la duración de la ventana de picado para silaje de planta completa y la dinámica de secado de los granos, según cada ambiente y el destino final del cultivo. Recomendaciones para obtener los mejores resultados en la producción de maíz tardío.
Debido al desplazamiento del área productiva hacia zonas periféricas, durante la última década, la superficie de maíz tardío y de segunda aumentó casi un 50 %. Esta situación permitió que se avance en la diversificación de los usos del cultivo. Por esto, investigadoras del INTA Pergamino –Buenos Aires– avanzaron en la caracterización de la producción de materia verde del maíz tardío, el mejor momento para el picado para silajes de planta completa y la dinámica de secado de los granos, según cada ambiente y el destino final del cultivo.
“Los diferentes destinos del cultivo de maíz implican requerimientos contrastantes: cuando se destina a silaje de planta completa, se espera una mayor producción de materia verde y una ventana de picado más larga; mientas que, cuando se destina a granos, es deseable obtener altos rendimientos en grano y un secado rápido, principalmente en siembras tardías”, señaló Yesica Chazarreta, genetista y becaria doctoral del CONICET en el grupo de Ecofisiología de cultivos de INTA Pergamino.
Ensayos realizados en el campo experimental del INTA Pergamino, realizados en genotipos graníferos y de forraje, en dos campañas (2019-2020 y 2020-2021) y en dos fechas de siembra –temprana y tardía–, determinaron que el ranking de los híbridos depende del ambiente considerado y del destino final del cultivo.
El trabajo demostró que en siembras tempranas se obtuvieron mayores rendimientos en grano y un secado rápido de los mismos, pero menor producción de materia verde y una ventana de picado acotada. En siembras tardías se logró mayor producción de materia verde y una ventana de picado más extensa, pero se desplaza al secado de los granos a un ambiente desfavorable.
En relación a la duración de ventana de picado, en siembras tempranas se situó entre los 35 – 50 días desde floración con una duración de 13 – 19 días. En siembras tardías se encontró entre los 48 – 70 días desde floración, extendiéndose por 16 – 27 días, casi sin cambios de duración entre fechas de siembra.
La producción de materia verde fue mayor en siembras tardías (83613 kg ha-1) respecto a siembras tempranas (75329 kg ha-1). “Los híbridos difirieron en su producción de materia verde y en su respuesta a una mejora en el índice ambiental”, expresó Chazarreta.
En cuanto al rendimiento del grano, hubo diferencias entre siembras tempranas y tardías 2019-2020 (13120 kg ha-1, 11909 kg ha-1 respectivamente), sin diferencias entre fechas de siembra 2020-2021 (14896 kg ha-1, 15154 kg ha-1). Debajo de 13313 kg ha-1, se destacó DK 72-10 (híbrido más estable) y en ambientes de mayor rendimiento NEXT 22.6.
Por otra parte, “el secado de los granos mostró una tasa de secado inicial mayor a la tasa de secado final, ambas menores en las fechas de siembra tardías”, indicó María Elena Otegui, investigadora del CONICET en el INTA Pergamino y docente de la Facultad de Agronomía de la UBA, quien señaló que los híbridos presentaron diferencias en las tasas de secado y en el punto de quiebre, que impactaron en la fecha de humedad comercial de cosecha.
Este trabajo fue presentando en el Congreso de Maíz Tardío 2021 y obtuvo una distinción especial, en el marco de una convocatoria abierta para presentar posters de investigación y experiencias productivas sobre maíz tardío.