Los poros están en casi todo. Si miras con atención, los encontrarás en la madera y los ladrillos de los edificios, en tu piel y en el suelo. Los poros del suelo son los espacios entre las piezas sólidas de la Tierra (rocas, arenas, limos, arcillas y materia orgánica).
por Aaron Lee M. Daigh, Universidad de Nebraska – Lincoln
Crédito: Aaron Lee M. Daigh
Algunos poros están aislados y rodeados de sólidos por todos lados, como una burbuja atrapada. La mayoría de los poros están conectados entre sí y forman vías que llegan hasta el interior de la Tierra. Estos poros son como las tiendas, los lugares de reunión social, las carreteras y las rutas comerciales del mundo bajo nuestros pies. Allí es donde ocurre la acción.
Los suelos también tienen poros. El suelo está hecho de material sólido: partículas de arena, limo, arcilla y materia orgánica. Algunos de los poros del suelo son lo suficientemente grandes como para que podamos verlos, como los agujeros de lombrices y las grietas que se producen en el suelo durante las sequías. Sin embargo, no se pueden ver la mayoría de los poros porque son muy pequeños, incluso con los microscopios estándar.
Los poros del suelo tienen una gran variedad de formas y tamaños. Imagina que tu zapato fuera igual al poro más pequeño por el cual un lombrices puede absorber agua. Comparado con eso, ¡la entrada de un agujero de lombriz sería dos veces más alta que el Monte Everest! La variedad de tamaños y cómo se conectan entre sí permite que el agua y el aire fluyan a través de ellos, pero también retienen y almacenan parte del agua como los poros de una esponja de cocina.
Los diferentes tamaños y formas de los poros respaldan muchos servicios en los suelos que, en última instancia, benefician a la naturaleza y a los humanos. Puede que esto no sea obvio al principio, pero es como usamos los diferentes espacios en nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, los pasillos, las escaleras y los ascensores permiten que las personas se muevan por los edificios. Las tuberías en las paredes llevan el agua a los fregaderos y fuentes, mientras que otras tuberías eliminan los desechos de los baños, lavavajillas y cuartos de lavado. Las habitaciones dentro de los edificios nos brindan espacios para descansar, comer, trabajar, jugar y socializar. Observe cómo todos estos diferentes tipos de espacios tienen su propio tamaño y forma para funcionar de la manera que deseamos.
De la misma manera, algunos poros del suelo son excelentes para retener agua, mientras que otros son excelentes para mover agua y aire dentro y fuera del suelo. Redes de diferentes poros sustentan la gran diversidad de organismos que viven bajo tierra para satisfacer sus propias necesidades de agua, aire, alimento y refugio.
Las superficies de los poros son particularmente activas, algunas más activas que otras. Las paredes porosas construidas o revestidas con arcillas y materia orgánica proporcionan un área fértil para el comercio, la transformación y el almacenamiento de compuestos químicos deseables, como nutrientes vegetales y alimento para microorganismos.
Toda esta actividad con los compuestos químicos se debe a que las superficies tienen cargas eléctricas. Los compuestos químicos con una carga opuesta a las paredes de los poros tenderán a adherirse a la pared, de forma similar a como funcionan los imanes, siempre y cuando otro compuesto no haya ocupado el espacio. Los compuestos con una carga similar a la de la pared del poro serán empujados y suspendidos en el agua del poro. Cuando el agua se mueve a través de los poros, estos compuestos fluirán con el agua hacia dondequiera que se conecten los poros vecinos, como las capas freáticas y los acuíferos.
Por último, estos poros brindan espacio para que las raíces de las plantas y los microorganismos nazcan, crezcan y se reciclen nuevamente en la tierra. Los tubérculos como las patatas y las zanahorias se producen en los poros. Otras plantas que proporcionan alimento en la superficie, como los frijoles y la lechuga, se anclan en los poros mediante sus raíces, lo que también les permite beber agua y obtener los nutrientes almacenados en los poros del suelo. Y las propias raíces crean más poros en el suelo.
Dado que los suelos son generalmente blandos, al menos en comparación con las rocas, podemos cambiar el tamaño y la forma de los poros hasta cierto punto. Al igual que los arquitectos, artesanos e ingenieros diseñan el diseño de casas, jardines botánicos, armarios y tractores, podemos diseñar y gestionar parcialmente los espacios porosos en las partes superiores del suelo. Entonces, la próxima vez que cruces un campo, labras el jardín o elijas qué vegetales, flores o árboles plantar en el jardín (y sí, ¡las raíces de las plantas diseñan y administran sus propios espacios bajo tierra!), piensa en ti mismo como un diseñador y pregúntate qué quieres que logren los poros debajo de tus pies. Para obtener más información sobre la salud de los poros y el suelo en su área, comuníquese con su educador o especialista en extensión local.
