Cuidar la salud de la vaca seca no sólo es importante para preparar al animal para la siguiente lactancia, sino que también es clave para prevenir muchas enfermedades, incluida la mastitis.
Las vacas son más susceptibles a nuevas infecciones de mastitis durante las dos primeras semanas del período seco, dos semanas antes del parto y dos semanas después del parto. La prevención de la mastitis seca de las vacas es una buena forma de prevenir infecciones clínicas en el rebaño.
La mastitis es una inflamación del parénquima de la glándula mamaria causada por bacterias y sus toxinas, caracterizada por cambios físicos, químicos y bacteriológicos en la leche y cambios patológicos en el tejido glandular de la ubre. Esta es la enfermedad más costosa para el ganado lechero y provoca una disminución de la producción de leche, pérdida de calidad y cantidad de leche y sacrificio prematuro de animales.
Reducir el número de vacas portadoras de infecciones durante el período seco no sólo evita que se conviertan en infecciones clínicas, sino que también limita la fuente de bacterias infecciosas a otras vacas del rebaño.
La prevención de la mastitis seca es muy eficaz si se realiza correctamente.
El primero es el saneamiento. Para las vacas secas mantenidas en un establo, una cama limpia y cómoda y la eliminación oportuna del estiércol son tareas evidentes. Además, recorte las colas y elimine el pelo de la ubre para reducir el riesgo de infección.
En segundo lugar, la vacunación. El establecimiento de un protocolo de vacunación para vacas secas debe consultarse con el veterinario que supervisa el rebaño.
Tercero. Aditivos alimentarios. Los factores nutricionales desempeñan un papel clave en el aumento de la resistencia a las infecciones mamarias, y la suplementación dietética o de apoyo de micronutrientes como zinc, cobre, cobalto, hierro, manganeso, cromo y selenio es necesaria para optimizar la inmunidad de la ubre.
Microelementos como el betacaroteno, las vitaminas A, C y E, las lactoferrinas y la L-histidina proporcionan una inmunidad mejorada y un efecto antioxidante, previniendo la degeneración del tejido alveolar. La vitamina A y el zinc influyen en la salud epitelial y pueden afectar las barreras protectoras físicas de la ubre. El estado de las proteínas también afecta la integridad del esfínter del músculo liso del pezón. La calidad y cantidad del tapón de queratina pueden verse influenciadas por las proteínas, el zinc y la vitamina A. Los estudios han demostrado que la ingesta media de vitamina E reduce el riesgo de infección intramamaria en un 14%.
- Vitamina E: 1000 UI por día para vacas secas.
- Selenio: 3 mg/día para vacas secas.
- Cobre: 10 y 15 ppm en la dieta.
- Vitamina A: 110 UI/kg de peso corporal.
- Vitamina D: 30 UI/kg de peso corporal para vacas secas.
- Zinc: 300 mg/día.
Cuatro. Selladores de pezones: internos y externos. Los selladores de pezones son compuestos inertes que impiden físicamente que los mastógenos entren al seno a través de la punta del pezón. Esta intervención imita el mecanismo protector natural del tapón de queratina que sella cada canal del pezón durante el período seco.
El uso de selladores internos de pezones es una parte importante de un programa de prevención de mastitis en vacas secas cuando los animales tienen un alto riesgo de contraer infecciones ambientales. Los selladores internos para pezones forman una barrera física en el canal del pezón, impidiendo la entrada de bacterias. También pueden reducir la pérdida de leche antes del parto, que es un factor de riesgo de mastitis.
El protocolo de uso del sellador de pezones en vacas secas es responsabilidad del veterinario, al igual que el procedimiento en sí. Una buena higiene es fundamental, ya que cualquier bacteria que se introduzca al aplicar el sellador para pezones quedará atrapada en el cuarto y puede causar una mastitis grave, aguda y, a menudo, mortal.
Los selladores externos para pezones son películas no irritantes a base de látex, acrílico o polímero que se aplican a la superficie del pezón para crear una capa en el extremo del pezón que evita que las bacterias entren en el canal. La opción más común es un spray para pezones con yodo tres veces por semana durante al menos tres semanas antes del parto.
Quinto. Terapia antimicrobiana. La terapia antimicrobiana para vacas secas o no lactantes casi siempre es más exitosa que la terapia de lactancia porque las tasas de curación son más altas y se previenen nuevos casos de mastitis.
Prevenir la infección en sólo el 1% del rebaño permitirá pagar todo el programa de tratamiento de las vacas secas. De hecho, en hatos con baja incidencia de mastitis, prevenir nuevas infecciones durante el período seco es más importante que tratar las infecciones existentes. Esto se debe a que el cuarto infectado, tratado durante el período seco y curado, producirá el 90% de la producción potencial de leche durante la siguiente lactancia. Sin embargo, el cuarto que se infectó durante el período seco o permaneció infectado durante una lactancia anterior producirá entre un 30 y un 40% menos de leche.
Las tasas de curación son más altas que durante la lactancia, debido en parte al uso de productos de liberación lenta que mantienen niveles eficaces de antibióticos durante un largo período de tiempo en la ubre no lactante.
Para reducir el uso de antibióticos, la terapia selectiva con antibióticos para vacas secas se ha vuelto popular en rebaños con presión de mastógenos muy baja. La terapia selectiva se basa en seleccionar únicamente cuartos (o vacas) infectados o potencialmente infectados para el tratamiento. Esto se hace para reducir el costo de los antibióticos y contra el desarrollo de cepas de bacterias resistentes a los antibióticos.