El misterio de las banderas del insecto matador


Los científicos del STRI afirman que no hay evidencia de que agiten sus patas para atraer a una pareja sexual, como se pensaba


STRI/DICYT Los pavos reales machos sacuden sus elaborados plumajes, una exhibición de apareamiento deslumbrante, y las arañas pavo real macho también bailan, mostrando sus abdómenes de colores brillantes. Las exhibiciones más extrañas y conspicuas de la naturaleza evolucionaron para atraer parejas. En Panamá, los insectos matadores agitan patas de colores brillantes, pero nadie sabe por qué. La explicación principal es que los ancestros que agitaban los pies atraían a más o mejores compañeros, pero los científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) afirman que no hay evidencia de que los insectos matadores agiten las patas para atraer a una pareja sexual. Al igual que Darwin, esperan encontrar una nueva y mejor explicación para su movimiento de piernas.

“La naturaleza misma del descubrimiento es que no podemos anticipar a dónde conducen nuestras interrogantes”, comentó Ummat Somjee, becario postdoctoral de STRI cuyo trabajo sobre selección sexual y armamento en insectos ha aparecido en el New York Times, “Al seguir nuestra curiosidad, a veces llegamos a realidades inesperadas, lo que nos lleva a reevaluar las mismas preguntas que hicimos en primer lugar… un poderoso enfoque exploratorio para proporcionar información a medida que miramos la naturaleza desde una nueva perspectiva”.

Si los machos usan las banderas para señalar agresividad o para atraer parejas, los machos más grandes probablemente tendrían banderas más grandes y las hembras probablemente no tendrían banderas. El pavo real hembra no cuenta con un plumaje llamativo. Un equipo internacional de instituciones del Reino Unido, Panamá, Estados Unidos, Suiza y Alemania se dispuso a averiguar si esto era así.

Para diferenciar a los insectos, marcaron cada uno con puntos de pintura no tóxica. Luego, pusieron tres insectos en un recinto grande y protegido, anotando la ubicación de cada uno cada dos minutos. El video dentro de la jaula durante el experimento mostró un seguimiento del comportamiento de los insectos después de que el investigador abandonó la habitación. Registraron cuánto tiempo agitaron los insectos sus patas y la distancia entre los tres insectos en cada ronda. En general, documentaron más de 745 ondeos de sus banderas.

Toda su evidencia indica que ese comportamiento no se trata de atracción sexual. El tamaño de las banderas no cambió según el sexo del insecto. Tanto para machos como para hembras, los insectos más grandes generalmente tenían banderas más grandes. Las hembras tenían cuerpos más grandes que los machos en general, pero sus banderas no eran más grandes que las de los machos del mismo tamaño. Tanto los machos como las hembras las ondearon aproximadamente la misma cantidad de veces y aproximadamente al mismo ritmo. Los insectos eran más propensos a ondearlas cuando otros estaban más lejos, no cuando estaban más cerca unos de otros. Así que no se encontraron diferencias en el comportamiento entre machos y hembras. No importaba si los grupos de insectos eran todos machos, todas hembras o mixtos.

Si el sexo no es la razón de este comportamiento y de estas estructuras, entonces ¿por qué mueven las patas Tal vez ondear sus banderas aleja a los depredadores de partes importantes del cuerpo. A casi uno de cada seis insectos matadores en la naturaleza les falta una pata trasera. Tal vez sea mejor sacrificar una pierna que ser atacado directamente. ¿Quizás, como un torero en un ruedo, las piernas de colores brillantes actúan como la capa de los matadores, para distraer los ataques del cuerpo principal? Sus futuros experimentos pondrán a prueba estas ideas.

¿Por qué es esto importante? En Panamá, donde se realizó este trabajo, y en la vecina Costa Rica, los chinches matadores, Anisosclelis alipes, son plagas comunes en las siembras de maracuyá, Passiflora edulis. ¿Quién sabe? Quizás saber más sobre cómo interactúan los insectos matadores con los depredadores podría resultar en una mejor manera de proteger las plantas que rociar insecticidas químicos que también matan insectos benéficos: algo para probar en el futuro. Las buenas ideas provienen de prestar atención y hacer una investigación cuidadosa para comprender mejor el mundo natural.

El autor principal del artículo, Cameron Longbottom, era un pasante de la Universidad de Manchester en el Reino Unido: “Estar en el campo en Panamá es muy diferente a ver Avatar en Internet. Para ver animales en sus propios hábitats, no logras eso en muchos lugares, para estudiar este insecto que está en la portada de la guía Lonely Planet y el libro Magic Web, pero que nadie sabe nada al respecto. Me encantaría regresar. Todavía hay mucho que aprender”.