Un análisis internacional revela los impactos potenciales de abandonar los pesticidas sintéticos
Redacción Mundo Agropecuario
¿Qué ocurriría si los agricultores de todo el mundo adoptaran de manera masiva estrategias de manejo sostenible de plagas? Esta es la pregunta que motivó un estudio internacional encabezado por la Universidad de Bonn y ETH Zúrich, cuyos resultados fueron difundidos recientemente por Phys.org. El trabajo recopila la opinión experta de más de 500 especialistas de distintas disciplinas —ecología, agronomía, economía y ciencias ambientales— para evaluar los efectos potenciales que tendría un cambio global en la forma de controlar las plagas agrícolas.
La investigación surge en un momento marcado por la urgencia de reducir los impactos negativos de los pesticidas sintéticos sobre la salud humana, la biodiversidad y la calidad del suelo. A pesar de su eficacia, estos insumos químicos generan externalidades que amenazan los sistemas productivos a largo plazo. Frente a ello, el estudio plantea alternativas sustentadas en prácticas agroecológicas, manejo integrado y nuevas tecnologías capaces de armonizar productividad y sostenibilidad.
Lo que revelan los expertos: una transición con oportunidades y retos
Los resultados del estudio muestran que una adopción generalizada de prácticas sostenibles podría reducir notablemente la dependencia de pesticidas convencionales. Sin embargo, los expertos advierten que el impacto no será uniforme entre regiones ni entre tipos de cultivos. En zonas donde las plagas son altamente agresivas o donde los agricultores carecen de acceso a tecnologías de monitoreo, la transición podría generar ciertas reducciones temporales de rendimiento.
Por otro lado, en regiones que ya aplican estrategias de control biológico, rotaciones de cultivos o manejo preventivo, las pérdidas serían mínimas o incluso inexistentes. En algunos casos, los especialistas sugieren que los sistemas productivos podrían ganar resiliencia, reduciendo la presión de plagas a lo largo del tiempo gracias a un equilibrio ecológico más estable.
Este enfoque multidisciplinario coincide en señalar que la sostenibilidad no puede medirse únicamente en función del rendimiento inmediato. Las prácticas recomendadas buscan mejorar la salud del suelo, promover la biodiversidad funcional y disminuir los costos asociados al uso continuo de pesticidas sintéticos.
Beneficios ecológicos: biodiversidad, salud del suelo y resiliencia
Uno de los hallazgos más consistentes es el potencial de recuperación ecológica que podría derivarse de este cambio global. La reducción en el uso de insecticidas y fungicidas favorecería la presencia de enemigos naturales —como avispas parasitoides, mariquitas y microorganismos benéficos— que regulan poblaciones de insectos y hongos patógenos.
La recuperación de la biodiversidad funcional desempeñaría un papel clave en el equilibrio de los agroecosistemas, disminuyendo la necesidad de intervenciones químicas. Asimismo, la estructura del suelo podría mejorar significativamente al reducirse la acumulación de residuos tóxicos y al incrementarse la actividad microbiana. Esto permitiría que los cultivos mantengan un crecimiento más saludable y un ciclo de nutrientes más eficiente, incluso frente a variaciones climáticas.
Los expertos destacan también la importancia de diversificar cultivos, fomentar la cobertura vegetal y promover prácticas de bajo impacto como la labranza reducida. Estas acciones crean hábitats más estables que benefician tanto a los organismos del suelo como a los polinizadores, elementos esenciales para la productividad agrícola a largo plazo.
¿Habrá una caída en los rendimientos? Una visión matizada
Uno de los temores más comunes entre agricultores y formuladores de políticas es la posibilidad de que la eliminación de pesticidas sintéticos provoque disminuciones pronunciadas en la productividad. Sin embargo, el estudio deja claro que la respuesta no es simple.
Según la opinión de los expertos consultados, las pérdidas potenciales dependerán del tipo de cultivo, las condiciones climáticas, la disponibilidad de asesoría técnica y la capacidad local de implementar tecnologías de monitoreo. En cultivos altamente intensivos o vulnerables a plagas recurrentes, podría observarse una reducción inicial. Pero en sistemas donde los agricultores ya aplican estrategias basadas en prevención y equilibrio ecológico, las pérdidas serían pequeñas o nulas.
Además, la investigación sugiere que, con el tiempo, los sistemas productivos pueden estabilizarse, generando un nuevo equilibrio ecológico que reduzca la presión de plagas y aumente la eficiencia de los controles biológicos. Esto abre la posibilidad de que la agricultura sostenible no solo sea una alternativa viable, sino una vía para fortalecer la seguridad alimentaria de forma duradera.
Aplicaciones prácticas: hacia una transición posible para la agricultura mundial
El estudio señala que la adopción global del manejo sostenible de plagas requerirá inversiones estratégicas en investigación, asistencia técnica y desarrollo de tecnologías accesibles. Entre las recomendaciones destacan:
- promover herramientas de monitoreo digital para detectar plagas tempranamente
- diversificar cultivos y fomentar paisajes agrícolas mixtos
- usar controladores biológicos certificados y compatibles con cada ecosistema
- capacitar a los agricultores en prácticas preventivas y diagnósticos precisos
- integrar políticas públicas que incentiven la innovación y reduzcan riesgos económicos
Los expertos enfatizan que esta transición no debe verse como una amenaza al rendimiento, sino como un proceso diseñado para aumentar la resiliencia agrícola, reducir costos de largo plazo y mejorar la salud ambiental. También recuerdan que el éxito depende de la colaboración entre agricultores, científicos, instituciones y mercados.
Un futuro agrícola más equilibrado y sostenible
La investigación coordinada por la Universidad de Bonn y ETH Zúrich ofrece una visión clara: el manejo sostenible de plagas no es solo una tendencia, sino una necesidad global para enfrentar la degradación ambiental y mantener la productividad de los cultivos. Aunque la transición presenta desafíos, los beneficios ecológicos, económicos y sociales podrían superar ampliamente los costos iniciales.
Al comprender mejor las dinámicas entre plagas, biodiversidad y prácticas agronómicas, los agricultores podrán tomar decisiones informadas que combinen eficiencia y sostenibilidad. El estudio refuerza la idea de que la agricultura del futuro dependerá de sistemas más integrados, donde la agroecología, el conocimiento local y la innovación tecnológica trabajen en conjunto para garantizar una producción segura y estable.
Referencias
- Phys.org. “Global shift to sustainable pest management could boost yield and reduce risks.”
- Material de apoyo y referencias científicas citadas en la publicación original.
