Falta de vías terciarias afectaría seguridad alimentaria y humana en zonas rurales: Colombia


No contar con estas vías, que comunican una vereda con otra o con la cabecera municipal, incide negativamente tanto en los ingresos familiares como en los precios y la producción de los alimentos, el acceso a la salud y la educación, las condiciones de vida del campesinado y demás factores clave para la seguridad alimentaria y humana de los hogares rurales.



“Aunque el campesino cultive, si al momento de cosechar y transportar sus productos no tiene una vía terciaria en buen estado, tendrá que incurrir en costos muy altos que en ocasiones llevan a la pérdida de la producción y el incentivo para seguir produciendo alimentos. Esa pérdida del interés por cultivar lleva a que se pierda una práctica de producción de la seguridad alimentaria y nutricional, que es el autoconsumo”.

Así lo describe la economista Stefany Sepúlveda Ayala, magíster en Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien asegura que “los hallazgos de su estudio muestran que la ausencia de la seguridad alimentaria y humana en estos hogares se da por la falta de gestión en infraestructura vial, a cargo de las entidades que deberían propender su correcta implementación y mantenimiento”.

Su investigación se desarrolló según la teoría del “realismo crítico” y con una metodología mixta (cualitativa y cuantitativa) con fuentes de información primaria –campesinos de distintos territorios del país, periodistas y actores institucionales– y secundarias, obtenidas de la Encuesta Nacional de Situación Nutricional (ENSIN 2015) y de la revisión bibliográfica de otros trabajos relacionados. Con estos elementos logró incluir distintas variables que le permitieron realizar un ejercicio básico estadístico para complementar los resultados de las entrevistas semiestructuradas aplicadas a las fuentes primarias.

A merced de los intermediarios

Otro de los problemas identificados en el estudio son los intermediarios, quienes se estarían “aprovechando” de lo difícil que les resulta a los campesinos sacar sus productos para comprarlos a un menor precio, el cual además no les alcanza para adquirir los alimentos que ellos no producen.

Según la magíster, “esto lleva a otro problema: el generacional, ya que ante la dificultad para comercializar sus productos, los jóvenes campesinos prefieren emigrar a las grandes ciudades. El campo se está quedando solo y ya no se produce como antes, no hay disponibilidad de alimentos, y aunque intentan sacar sus productos, los intermediarios son quienes determinan a quienes comprarles y a quienes no. Es una cadena generalizada en todo el país”, subraya.

Según lo establece el Estado colombiano, las vías terciarias son responsabilidad de los gobiernos municipales; sin embargo, la investigadora considera que “no se tiene en cuenta la capacidad económica y los recursos humanos del municipio, pues pese a que estos quieren mejorar las vías con distintas estrategias y programas, ello no siempre es posible, especialmente por temas presupuestales que dejan tramos abandonados u obras incompletas”.

“Para que los hogares rurales tengan seguridad alimentaria y humana se requiere la infraestructura vial, la permanencia de las nuevas generaciones en el campo, preservar las prácticas de autoconsumo, presencia estatal que cree condiciones equitativas de acceso al mercado, al crédito, a la propiedad privada, que incentive al campesinado, proteja la vida de esta población y que regule la intermediación, comercialización y los precios de compra y venta, entre otras acciones”, detalla.

Otra mirada

El estudio abre un nuevo camino de investigación que aporta a la medición de la seguridad alimentaria, un tema que, según la experta, ha tenido muchas limitaciones en abordajes anteriores, en especial por la falta de datos y acceso a información. “Para obtener datos como los número de vías terciarias, tuve que realizar muchos derechos de petición, y como la información no se actualiza desde 2016, tampoco se tenía completa certeza de ella”.

Su investigación se traduce en un documento dirigido a políticos, agrónomos y campesinos, quienes encontrarán elementos sólidos que demuestran que las vías terciarias son importantes para la ruralidad y la disponibilidad de alimentos, pero también para el desarrollo humano, para que todas las personas se puedan transportar sin complicaciones y para que puedan acceder a servicios básicos de salud.