*Chilotes rechazados mejoran la vida de campesinas en Nicaragua


Por José Armando González

@jag_ojeda

Son las seis de la mañana, Adriana López Hernández de la comunidad Chiquimula del municipio de Posoltega, provincia de Chinandega, al occidente de Nicaragua, está la espera de que abran el Centro de Acopio de la Cooperativa Multisectorial Angela Delgado, R.L. (COOPEMAD), quiere ser una de las primeras en entregar cuatro sacos y una tina de chilotes (maíz en crecimiento de 7 u 8 semanas). Uno de sus hijos los cortó el día anterior de las dos manzanas que cultiva durante el año.

Se siente un poco agotada, las horas de sueño fueron pocas, pero una taza de café la reanimará mientras espera su turno. Estuvo limpiando y pre seleccionando los chilotes hasta la una de la mañana para no tener mucho rechazo (chilote que no cumple con los parámetros del comprador).

Ella y 21 productoras más están produciendo chilotes para mejorar su calidad de vida y la de sus familias, agrupadas en la Cooperativa Multisectorial Esperanza de Chiquimula, R.L. (COPEMUCHI); una cooperativa hermana y aliada de la COOPEMAD, quienes trabajan juntas para suplir a una cadena de supermercados locales del país.

Adriana cuenta que una manzana de maíz puede dar entre 240 y 280 cajillas (14 docenas de chilotes por cajilla), con un valor de 142 córdobas por cajilla (3.96 dólares aproximadamente), dependiendo del manejo que se le dé al cultivo; lo que puede reducir o incrementar su rendimiento.

“Ahorita la sentimos dura (la siembra) porque hubo una gran alza del abono, se elevó de 800 a 2,150 córdobas. El combustible igual se mantenía estable, pero hay alzas y más alzas. Por eso estamos negociando para ver si nos mejoran el precio (el comprador)”.

A raíz del huracán Mitch, Adriana y otras compañeras se quedaron sin nada debido a los estragos producidos en la comunidad. Un grupo de diez mujeres se organizaron y en el 2005 se legalizaron como cooperativa.

Actualmente están produciendo chilotes, plátanos, hortalizas, han establecido huertos familiares, tienen árboles frutales y engordan animales.

La Fundación Luchadores Integrados por el Desarrollo de la Región (LIDER) y Amigos da Terra, han tenido mucho que ver con las mejoras en la capacidad productiva, especialmente con las buenas prácticas de manufactura (BPM) para responder a los requerimientos de los compradores; además que permite condiciones favorables para la producción de alimentos seguros a la población.

A pesar de tener un buen acuerdo de comercialización, aún les cuesta producir, “como es corredor seco nos cuesta producir en el verano, especialmente durante los meses de febrero, marzo y abril, pues gastamos más combustible para poder bombear y regar el cultivo; y aun así el chilote nos sale pequeño. En invierno es que respiramos, pero sin un buen manejo igual podemos tener pérdidas”.

Para el Centro de Producción Más Limpia de Nicaragua (CPML), el rechazo del chilote es una oportunidad para generar un nuevo producto, más empleos y otros ingresos, aplicando el modelo sostenible de economía circular.

“Hemos revalorizado un subproducto de rechazo convertido en un nuevo producto, el chilote encurtido. Además, usaremos los residuos de este para elaborar abono orgánico”, explicó Ronald Fonseca, director del CPML.

“Con el rechazo del chilote queremos producir chilotes encurtidos con una buena presentación, etiqueta, envase y un producto de calidad. Serían nuevos ingresos para la familia y eso depende en que nosotros nos pongamos las pilas, que unas lo procesen y otras los andemos vendiendo”, dijo López.

Para producir los encurtidos, les han elaborado una cartilla que establece los requisitos, condiciones de operación y medidas necesarias para la producción, elaboración, almacenamiento y distribución de los alimentos que garantice un producto inocuo, en buen estado y comestible, apto para el consumo humano.

Con el financiamiento de la Xunta de Galicia y el acompañamiento de Amigos de la Tierra, Fundación LIDER, el CPML, el Ministerio de Economía Familiar, Comunitaria, Cooperativa y Asociativa (MEFCCA), están explorando varias ideas para generar nuevos productos con los residuos del cultivo del maíz.

Hasta ahora les han apoyado en la mejora de la producción y comercialización, “entre las mejoras al centro de acopio están el revestimiento de la pila de lavado de los productos, colocación de mallas antivirus, gabachas y gorros, cajillas plásticas, lavadero. Además, se les ha creado la marca DelÁngel, con la cual comercializarán sus productos”, detalló Eduin Paniagua de Fundación LIDER.

Las productoras de chilotes, quienes también comercian plátano, son parte de 207 mujeres que están siendo beneficiadas para mejorar la producción y el acceso a oportunidades económicas en 7 municipios de la provincia de Chinandega, ubicados en el corredor seco de Nicaragua.

*Chilote: maíz en crecimiento de 7 u 8 semanas