Tos en las cabras


Aquí hay un tema que preocupa a todos los criadores de cabras, desde principiantes hasta expertos: la tos en las cabras. Si cree que la cabra simplemente «se resfrió», esta es, por supuesto, una visión muy superficial. De hecho, todo es mucho más complejo. La tos no es una enfermedad, sino solo un síntoma, y ​​nuestra tarea es descubrir la verdadera causa.


La tos es una señal de alarma del cuerpo. Nuestra tarea no es solo silenciarla, sino encontrar y extinguir el incendio. Las causas pueden dividirse en varios grupos.

1. Enfermedades infecciosas (las más comunes y peligrosas)

Aquí tenemos las razones “principales” que requieren la mayor atención.

Enfermedades parasitarias (helmintiasis)

¡Este es probablemente el número uno del ranking! Los culpables son los nematodos (gusanos) que parasitan los pulmones y los bronquios (por ejemplo, Dictyocaulus spp. ).

¿Cómo se produce la infección? Es sencillo. Una cabra en un pastizal ingiere una larva de parásito con hierba o heno. Dicha larva, tras entrar en el cuerpo, realiza un verdadero viaje: desde los intestinos, penetra en el torrente sanguíneo, llega a los pulmones, crece allí, causa irritación y, posteriormente, los individuos adultos son expectorados, ingeridos y vuelven a entrar en los intestinos, donde ponen huevos. El ciclo se repite.

Síntomas: Tos frecuente, húmeda y característica, especialmente notoria al levantarse por la mañana o durante la actividad física. Puede presentarse agotamiento, anemia (palidez de las mucosas) y retraso del crecimiento en los niños.

Infecciones bacterianas

Pasteurelosis. Una enfermedad grave causada por la bacteria Pasteurella multocida . Suele presentarse debido al estrés (transporte, malas condiciones). La tos es dolorosa y sorda, acompañada de fiebre alta, depresión, secreción nasal y ocular y, en casos avanzados, neumonía grave.

Micoplasmosis. ¡Una enfermedad muy insidiosa! Causada por micoplasmas ( Mycoplasma spp. ). A menudo afecta no solo el sistema respiratorio (tos, neumonía), sino también las articulaciones (cojera) y la ubre (mastitis). Es difícil de tratar con antibióticos convencionales.

Infecciones virales

Los virus suelen ser el primer ataque que debilita el sistema inmunitario y abre las puertas a las bacterias. Rara vez causan problemas graves por sí solos, pero complicaciones como la neumonía bacteriana secundaria son comunes.

2. Causas no infecciosas

Neumonía por aspiración. Esto ocurre si la cabra ha inhalado un cuerpo extraño. Con mayor frecuencia, esto ocurre cuando se administran medicamentos líquidos incorrectamente con una jeringa (inyectando un chorro demasiado fuerte directamente en la garganta, y no detrás de la mejilla) o al atragantarse al beber.

Alergias e irritación. El heno polvoriento y mohoso es una causa común de tos. El polvo y las esporas de hongos irritan las vías respiratorias, causando tos seca y paroxística. Esto mismo puede ocurrir por el aumento de los niveles de amoníaco en una habitación mal ventilada.

Presión mecánica. En muy raras ocasiones, pero a veces, los ganglios linfáticos inflamados o los tumores en la cavidad torácica presionan la tráquea, provocando tos.

Traumatismo: Un golpe en el esternón o las costillas también puede provocar tos.

¿Cómo puedes saber qué tiene exactamente tu cabra? Primero, observa a cada una. ¿Tose una o varias? Si tosen varias, lo más probable es que se deba a una infección o a las condiciones de mantenimiento (heno polvoriento). Evalúa su estado general: temperatura, apetito y brillo en los ojos. Una temperatura elevada es un signo inequívoco de un proceso inflamatorio agudo (pasteurelosis, neumonía).

¿Cuál es la temperatura corporal normal de las cabras? Hay una pequeña diferencia: la temperatura corporal normal de las cabras no es constante y puede fluctuar ligeramente según diversos factores.

Temperatura media: de 38,5 °C a 39,5 °C. La temperatura de las crías puede ser, en promedio, 0,5 grados superior a la de los animales adultos. Por la noche, suele ser ligeramente superior a la de la mañana. Después de correr y jugar, la temperatura puede subir brevemente. Si la cabra está nerviosa (por ejemplo, al ser sujetada para la medición), el indicador puede estar ligeramente sobreestimado. En las hembras preñadas, la temperatura es estable, pero antes del parto puede descender ligeramente.

La regla principal: un aumento persistente de la temperatura por encima de 39,8 °C es una clara señal de que se está produciendo un proceso inflamatorio en el cuerpo (infección, neumonía, mastitis, etc.). Una temperatura inferior a 38,0 °C suele ser signo de hipotermia, shock o agotamiento severo, lo cual también es muy peligroso.

Cómo medir usted mismo la temperatura de una cabra

¡No te asustes! Es un procedimiento sencillo si conoces algunos secretos. Solo necesitas dos cosas:

  1. Termómetro electrónico (veterinario o humano). ¡Se recomienda encarecidamente el electrónico! Es más seguro (sin riesgo de romper uno de vidrio), mide mucho más rápido (30-60 segundos) y suele emitir un pitido al finalizar la medición. Si solo tiene un termómetro de vidrio de mercurio, ¡tenga mucho cuidado!
  2. Vaselina, aceite vegetal o cualquier otro lubricante.

Tranquiliza al animal. Háblale con cariño y dale una golosina (una manzana seca, una galleta). Es mejor que alguien te ayude a sujetar a la cabra. Enciende el termómetro electrónico y asegúrate de que aparezca «00» o «Lo» en la pantalla. Lubrica generosamente la punta del termómetro con vaselina.

Coloque la cabra en un establo o presiónela suavemente de lado contra la pared del corral. Su asistente puede sujetarla por los cuernos o por debajo del cuello. La posición más importante y fácil para medir es cuando la cabra está de pie. No la empuje de lado.

Medimos la temperatura por vía rectal (a través del recto). No existe otro método fiable. Con una mano, sujete la base de la cola y levántela con cuidado pero con firmeza. Con la otra mano, introduzca con cuidado y lentitud el termómetro lubricado en el ano. Diríjalo ligeramente hacia abajo (hacia las patas delanteras). ¡No lo introduzca demasiado! Basta con introducirlo 2-3 centímetros (aproximadamente la longitud de la punta, para que el sensor quede dentro). Si encuentra resistencia, no presione; modifique ligeramente el ángulo.

Espere a que el termómetro electrónico emita un pitido. Si usa un termómetro de mercurio, deberá esperar de 5 a 7 minutos, sujetándolo firmemente y presionando la punta contra el termómetro para que no se caiga.

Retire el termómetro con cuidado. Lea las lecturas. Asegúrese de limpiarlo con un algodón empapado en alcohol o desinfectarlo con jabón.

Mantén la calma. Tu nerviosismo se transmitirá a la cabra. Hazlo todo con seguridad y suavidad. ¡No sueltes el termómetro! La cabra podría sacudirse y el termómetro se hundirá demasiado o, peor aún, se romperá. Sujétalo siempre con fuerza. Trata a la cabra después del procedimiento. 

Si la temperatura es superior a 40 °C o inferior a 38 °C, es motivo de urgencia para llamar al veterinario. Sobre todo si presenta otros síntomas: letargo, rechazo a comer, tos o diarrea.

El veterinario auscultará los pulmones y la tráquea con un estetoscopio. Sibilancias, gorgoteos y silbidos: toda esta información es invaluable. Por ejemplo, en el caso de la helmintiasis, a menudo se oyen sibilancias húmedas, y el siguiente paso es examinar las heces en el laboratorio para detectar la presencia de larvas de helmintos. Si se sospecha pasteurelosis o micoplasmosis, se toman muestras nasales para el diagnóstico por PCR, que mostrarán con precisión el patógeno.

La automedicación puede ser peligrosa. El antibiótico o la dosis incorrecta empeorarán el problema. El esquema general es el siguiente.

1. Para la helmintiasis, se recetan antihelmínticos. Albendazol, fenbendazol, ivermectina (¡tenga cuidado con la dosis para cabras lecheras y hembras gestantes!). Es importante tratar a todo el rebaño al mismo tiempo y repetir el tratamiento después de 10 a 14 días para interrumpir el ciclo de desarrollo de los parásitos.

En caso de infecciones bacterianas (pasteurelosis, neumonía), se recomienda un tratamiento con antibióticos de amplio espectro. Se suelen utilizar oxitetraciclina, fluoroquinolonas (p. ej., enrofloxacino) y macrólidos (tilosina). La elección del fármaco, la vía de administración (intramuscular, subcutánea) y la duración del tratamiento (¡al menos 5-7 días!) son determinadas por el médico. La interrupción del tratamiento puede provocar recaídas y resistencia bacteriana. 

En caso de micoplasmosis se necesitan antibióticos eficaces contra este patógeno (timosina, tilosina).

2. Alivie la afección. Comience con expectorantes. Para ayudar a la cabra a expectorar, puede usar Mucoltin, Ambroxol (dosis según el peso), así como infusiones (infusión de flema, tomillo, tusilago). Para bajar la fiebre y la inflamación, use Flunixin (muy eficaz para la neumonía) y ketoprofeno. Los inmunomoduladores y las vitaminas que apoyan el cuerpo, como Gamavit, Eleovit y complejos vitamínicos, contribuirán a la recuperación.

3. ¡Las condiciones de detención tienen un 50% de éxito!

El aislamiento de un animal enfermo es clave para la salud de todo el rebaño. En resumen, una cabra enferma debe estar separada de las demás en una habitación cálida, seca y limpia, sin corrientes de aire, pero con buena ventilación. Ofrézcale solo heno de alta calidad, sin polvo ni moho. Si el heno está en mal estado y no hay otro, humedézcalo ligeramente antes de distribuirlo. Ofrézcale abundante agua caliente. Puede añadir decocción de manzanilla u ortiga al agua.

5. Siempre es mejor prevenir que curar

La salud de las cabras está en manos del dueño. Siga estas sencillas reglas:

  • Cuarentena: Aislar a todos los animales nuevos durante 3-4 semanas.
  • Desparasitación programada. Tratar a todo el rebaño en primavera y otoño, y hasta 4 veces al año si pastan en pastos cultivados. Modificar las preparaciones para evitar la resistencia.
  • Alimento de calidad. Un buen heno y agua son la base de la salud.
  • Buenas condiciones. Limpieza, ropa de cama seca, sin hacinamiento ni corrientes de aire.
  • Vacunación oportuna. Consulte con su veterinario sobre la necesidad de vacunar contra la pasteurelosis.

Si su cabra tose, no espere a que se le pase sola. Examínela, tómele la temperatura, analice sus condiciones de alimentación y alojamiento. Y lo más importante, no dude en llamar a un veterinario. Cuanto antes se haga el diagnóstico correcto, más rápido y económico será el tratamiento.



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