Agua para la Paz: Estrategias para un futuro sostenible


Por Mariela Ramos, jefa de proyectos de Sustrend (coejecutor Programa TT Green Foods).


En el día mundial del agua, no podemos dejar de preguntarnos: ¿cómo estamos gestionando este recurso vital y cada día más escaso? Hace unos días la OCDE, en su último informe de Evaluación de Desempeño Ambiental de Chile, indica que la competencia por el agua que se produce entre industria, agricultura, minería, generación de energía, abastecimiento de agua para la población y ecosistemas se hace cada vez más intensa, agravando y profundizando conflictos sociales a lo largo del territorio nacional. Muy en línea con el lema de Naciones Unidas para este 2024: “Agua para la paz”.

Al ser un desafío multisectorial, la problemática es compleja con múltiples factores que abordar. Si nos enfocamos en los sistemas alimentarios – altamente dependientes de este recurso – vemos que la agricultura se encuentra dentro de las principales fuentes de contaminación de aguas debido al uso de fertilizantes y pesticidas. Por otro lado, tenemos la pérdida y desperdicio de alimentos que, según la FAO, a nivel mundial está alcanzando un 30% de la producción total de alimentos para consumo humano. Esto significa que estamos desperdiciando el agua que utilizamos a nivel global para producir dichos alimentos, más grave aún, si consideramos la mega sequía que tenemos en Chile hace 14 años. De este crítico escenario han ido surgiendo modelos asociativos ciencia – empresa para explorar nuevas soluciones, potenciando la investigación, desarrollo e innovación.

Un ejemplo de ello es la plataforma TT Green Foods, en la cual estamos colaborando desde Sustrend, junto a un consorcio de entidades que desarrollan soluciones tecnológicas para enfrentar los impactos del cambio climático aplicando principios de economía circular. Estas soluciones apuntan a disminuir la pérdida y desperdicio de alimentos, el consumo de agroquímicos y mejorar la eficiencia en el uso de agua. Entre ellas, encontramos tecnologías que aplican recirculación de aguas, soluciones basadas en la naturaleza para la restauración de suelos degradados y formulación de agentes humectantes de suelos con extractos botánicos revalorizados de otros procesos industriales. Esto es solo una pequeña muestra de que hay disponibilidad de diversas soluciones con enorme potencial.

Si bien la tecnología avanza rápido, por sí sola no resuelve el problema. Los avances requeridos en el ámbito regulatorio y de sistemas de gobernanza no han sido acordes al carácter de urgencia. Es así, como en el informe de la OCDE, las recomendaciones tienen relación con la sobreexplotación del recurso y la necesidad de una nueva reforma al código de aguas, la falta de instrumentos económicos para incentivar un consumo responsable y normas de calidad de aguas insuficientes y poco estrictas. Resulta urgente acelerar los acuerdos y consensos necesarios entre las distintas partes interesadas para avanzar en los temas regulatorios, ahí es donde tenemos un desafío tremendo como país.