Con la llegada de la nueva temporada, muchos de nosotros empezamos a pensar en cómo optimizar el cultivo de plantas en el sitio. Una de las formas más efectivas de mejorar la calidad del suelo y reducir los residuos es comenzar a elaborar tu propio compost casero. En este artículo te contamos cómo construir un contenedor de compost moderno de forma económica y práctica.
El compost es un fertilizante natural que enriquece el suelo con nutrientes. Ayuda a mejorar la estructura del suelo, aumenta sus propiedades de retención de agua y promueve el desarrollo de la microflora beneficiosa. Usar compost en tu jardín o huerto ayudará a que las plantas crezcan sanas y fuertes.
Hacer tu propio compost es una forma gratuita de obtener fertilizante para tu jardín. En lugar de gastar dinero en fertilizantes comprados en tiendas, puedes utilizar tus propios desechos. Esto no sólo es rentable, sino que también le permite controlar exactamente lo que introduce en su suelo.
Si bien los centros de jardinería venden bolsas de compost ya preparado, los productos orgánicos caseros son un competidor obvio.
La mayoría del compost en bolsas se asienta y se vuelve más denso, lo que lo hace menos útil para mejorar la estructura del suelo. También pueden filtrarse nutrientes si las bolsas se humedecen durante el almacenamiento. Además, no se sabe a qué sustancias químicas puede haber estado expuesto el producto, qué organismos viven en él y cuál es el nivel de bioseguridad en general. Lamentablemente, en algunos supermercados que venden plantas y abono para jardín, la situación fitosanitaria es muy mala: comprando productos con su propio dinero, a veces la gente adquiere bonificaciones desagradables en forma de cochinillas o hongos misteriosos.
Y estos extraterrestres crecieron en tierra vegetal comprada en una tienda. Hasta el día de hoy, el propietario que envió la foto a la redacción no puede identificar el tipo de hongo. Si lo reconociste escribe en los comentarios ¿Qué clase de milagro es este?
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En general, el compost casero puede ser mejor que el compost comprado en la tienda si se prepara adecuadamente y tiene un equilibrio de nutrientes. Hacer tu propio compost reduce los residuos y es divertido experimentar con diferentes mezclas y recipientes.
El compost es el motor de la productividad de nuestro huerto y cultivos de hortalizas. Y la gran ventaja es que puedes construir tu propio contenedor de compost por casi nada, excepto el tiempo que lleva.
El compost tiene muchos beneficios: nutrición orgánica para las plantas, ahorro de dinero en fertilizantes sintéticos y mejora la salud del suelo. Cada vez que incorporas compost al suelo, reduces la compactación y añades oxígeno al suelo.
El compost ayuda a las plantas a fortalecer su sistema inmunológico, crea relaciones simbióticas beneficiosas con los microorganismos del suelo y generalmente se considera uno de los requisitos básicos para una agricultura responsable.
Esta útil práctica requerirá un poco de trabajo extra. Es necesario dar vuelta la pila periódicamente y controlar su contenido. Existen diferentes métodos de compostaje tanto en frío como en caliente, vale la pena estudiarlos y probarlos, para luego elegir el que sea más conveniente para ti personalmente.
Así como existen diferentes métodos de compostaje, también existen diferentes formas de almacenar el compost. Algunos simplemente lo entierran en el suelo (método de zanja), otros cubren la pila con gruesas láminas de cartón corrugado y otros están listos para construir un contenedor.
La ventaja de un contenedor es que retiene el compost mejor que una simple pila, evitando que el contenido se esparza por toda el área durante fuertes lluvias o vientos. También puedes utilizar una combinación de tres o más contenedores conectados entre sí para crear un contenedor de compost diferente, o simplemente crear un contenedor separado.
En la versión combinada, las cajas suelen estar destinadas al compost normal, al vermicompost y al llamado “mantillo de hojas”, que en realidad es un acondicionador del suelo.
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Fotografía de fuentes abiertas.
Otra opción moderna: la troika del compost. Son tres recipientes colocados juntos para facilitar la mezcla. Con los contenedores vacíos, moverás el compost de un contenedor a otro, dándole la oportunidad de rotar. Luego, continúe apilando en la celda recién desocupada, llenando el primer compartimento con material nuevo.
Cuando el compost llega al tercer contenedor, está listo para usarse y el siguiente lote está a punto de ser transformado.
Sin embargo, un solo contenedor de compost puede realizar fácilmente su tarea principal: la producción de fertilizantes orgánicos.
Ahora sobre la elección de los materiales de construcción. Hay una gran cantidad de ellos, dependiendo del método de compostaje que prefieras: fardos de heno, bloques de hormigón o ladrillos viejos, paletas de madera o jaulas de conejos desechadas.
Las células viejas se pueden revivir fácilmente para nuevos propósitos reemplazando la malla.
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Fotografía de fuentes abiertas.
Hay un matiz. No utilice el alambre que normalmente se emplea para cubrir un gallinero. Pierde fácilmente su forma y se desgasta rápidamente. Compre una malla de alambre gruesa con revestimiento de plástico.
La madera es una buena opción, pero es importante tener en cuenta que con el tiempo se convertirá en abono y será necesario reemplazarla.
Los palets de madera te dan la oportunidad de hacer tantos contenedores como quieras. Además, no es necesario tener conocimientos de construcción y tener a mano un conjunto de sujetadores y herramientas de metal.
Puedes utilizar bridas de plástico para unir cuatro paletas y formar una caja. Es rápido y fácil.
Añadir otro contenedor al sistema es muy sencillo: simplemente hay que unir tres pallets más utilizando un lado del contenedor ya fabricado para completar otra caja. Después de dos o tres años aproximadamente, será necesario actualizar el sistema de madera. ¡Pero sin clavos y excelente materia orgánica!
Foto principal: Dmitry Lukyanov
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